Epílogo

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La luna llena alcanza su punto más alto en el cielo. Las estrellas son visibles y muy brillantes en este lado de la ciudad. La luz blanca se filtra por los agujeros en la roca por el paso de los años y el efecto de los animales. Traspasa la nube de motas de polvo e incide en el diamante de color oscuro que pende del dedo de uno de los cadáveres.

En el exterior no hay nada que perturbe el descanso de los difuntos. El forcejeo de la cancela que mantiene la entrada cerrada produce eco en todo el cementerio. Esto concluye con el sonido sordo de la puerta al volar y estrellar contra una enorme roca.

Las piedras rugen en el suelo bajo la presión del peso del cuerpo humano. La luz de la luna afecta al principio al primer caminante, más tarde este, impresionado por su brillo, extiende las manos hacia ella. Entreabre los labios y exhala el primer suspiro que dará pie a su eterna existencia tras siglos prisionero.

El reino de la oscuridad nunca tiene demasiada penumbra. 

Descenso: Ciudad de los muertosWhere stories live. Discover now