¿Qué es el tiempo?, ¿Cuánto dura un momento?
Los números señalados por las manecillas de algún reloj no fueron coincidencia, llevará a esa persona al lugar que pertenece y desea llegar.
Las reglas están establecidas, será su decisión el enfrentar...
-De verdad Hyunwoo, -decía Hoseok frunciendo el ceño,- si querías comer ¡Solo lo hubieras dicho!
Hyunwoo engullía su segunda hamburguesa con entusiasmo en un elegante café llamado Traveler.
-Eres realmente terrorífico, ¡Pensé que ibas a matarme!
-Te dije que tenía hambre.-dio una enorme mordida a su hamburguesa.
-Lo mencionaste, pero lo olvidé ¡cuando te volviste una máquina asesina! -Hoseok bebió de su café americano. En su época las cafeterías eran más un autoservicio que un lugar de estar, incluso el café tenía un sabor diferente que no se comparaba a ese néctar de los dioses que ahora bebía, - ¿Vienes seguido aquí?
-Solo...- Tragó lo que tenía en la boca,- cuando hay promociones.
-¿Gusta más café?- Un mesero encantador con una boina se había acercado a Hoseok por su costado, llevaba una cafetera llena de aquel suculento café perfumado y sonreía mostrando sus relucientes dientes blancos.
-Oye,- El chico dio un ligero respingo.- ¡Tú me entregaste el volante para las clases de kendo hace unos días!
-ohhh si,- el chico volvió a sonreír con pena,- ¿Te inscribiste?
-¿Si lo hice? –Hoseok río con ironía, -¡Ahora estoy atado a ellos por un año! Ni siquiera obtuve su 50%.
Hyunwoo casi se atragantaba con la mordida que le dio a la hamburguesa.
-¿Es enserio? Que descaro de tu parte Hyunwoo.
-No fue mi culpa Minhyuk, fue algo de mi padre y él.- Hyunwoo se limpió con una servilleta y bebió de un trago el café que le quedaba.
-Como si en el Traveler no te respetáramos todas las promociones, tacaño,- el muchacho volvió a llenar la taza de café de Hyunwoo.
- Él es Lee Minhyuk, a veces nos ayuda a repartir volantes.
-No les ayudo, vendo mis servicios,- Minhyuk sonrió orgulloso, Hoseok asintió.
-Shin Hoseok.
Los dos hicieron una ligera reverencia, y el joven mesero siguió con su trabajo atendiendo a las demás mesas.
-Es un adicto al trabajo,- le comentaba Hyunwoo, - aunque debo admitir que es muy bueno convenciendo a las personas, es muy servicial, aunque a veces, es algo antipático.
-¿Quién no lo sería? Imagina el tener que sonreír así todo el día,-los dos observaron al chico que irradiaba toda su energía al llegar con otros clientes- nosotros necesitaríamos usar un cubrebocas con una sonrisa dibujada para no asustar a nadie...
Una risa de foca se le escapó a Hyunwoo, provocando las carcajadas de ambos, algunos comensales voltearon a verlos. Trataban de contenerse, queriendo casi ocultarse bajo la mesa.
-Mejor vayámonos, -le sugirió Hoseok.
-Sí, no te preocupes por la cuenta, yo invito hoy por el susto que te di.
-Ja, ja- Hoseok hizo un puchero- que gracioso...
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