21.- D

258 40 24
                                    


Oscuridad, un sonido ensordecedor, unas luces borrosas pasaban a gran velocidad, o sería al revés ¿él era quien viajaba? Los huesos le dolían, la cabeza le daba vueltas, sentía que iba cada vez más rápido, más adentro, a un lugar desconocido, en donde quizás no hubiera salida.

Despierta, — Una voz tranquila le hablaba, — se está haciendo tarde.

Hoseok abría sus pesados parpados con dificultad, su cuerpo no respondía como quería, se encontraba cansado y adolorido. La luz matutina contraía sus pupilas. Percibía el cantar de unas aves a la distancia, quizás fueran unas golondrinas migratorias las que decidieran anidar cerca de su departamento, aspiró profundo el penetrante aroma de un café que recordaba bien.

El café del Traveler también es mi favorito, — mencionó aquella voz, Hoseok pretendía levantarse apresurado, pero las sabanas que lo envolvían se lo impidieron, haciéndolo ver como un bebé enorme pateando y manoteando en la cama. Mientras forcejeaba, aquel hombre sin prestarle atención, preparaba café en una cafetera de metal pequeña y alargada calentándolo en la parrilla eléctrica.

— ¿Q-quién eres tú? — preguntó Hoseok empujando las palabras al ver a ese alto y delgado chico despreocupado vestido de un elegante traje marrón. Sin embargo, el hombre sin inmutarse, se encontraba absorto observando la cafetera que comenzaba a hacer un sonido extraño, la cual sujetó de la agarradera para servir el oscuro líquido en las tazas que seguramente debía haber traído junto con la cafetera y el café.

— ¿Cómo te sientes?, — el chico agregó azúcar a las tazas y las llevo consigo a la cama de Hoseok que seguía con la boca abierta.

— ¿Qué sucedió?, ¿Cuánto tiempo ha pasado?, — Hoseok buscaba en los buros que estaban a los lados de la cama el reloj de correas, ignorando que tenía la hora y fecha proyectada en la pared.

—Bebe esto, te ayudará, —dio un sorbo a una de las tazas e hizo una mueca, —me he pasado de azúcar.

Hoseok apretó los labios, comenzando a molestarse.

— Te pregunté, que quien eres... — haciendo énfasis en las últimas tres palabras, el delgado muchacho lo miraba sin expresión, sosteniendo en ambas manos las tazas humeantes. Entonces, Hoseok pudo divisar el brillo de la corona del reloj en la muñeca de ese desconocido, pasó saliva al momento en que su corazón latía con fuerza. El chico arqueo una de sus cejas, percatándose de la vista fija de Hoseok en el reloj, depositando las tazas en el buró de la cama, desabrochó la correa del artefacto y lo alzó a la altura de los ojos del pálido muchacho.

—Tómalo, aún faltan unas horas antes de que puedas accionarlo, han pasado dos días de tu incidente.

— ¿Qué fue lo que pasó? —Hoseok dubitativo tomó el reloj.

—Tuviste una desincronización de tiempo, ¿No leíste las instrucciones que dejé? — el delgado chico de cabellos castaños abrió el primer cajón del buró sacando las hojas en las que tenía escrito el uso apropiado del reloj, —aquí dice claramente que no puedes permanecer en el pasado más de siete horas.

Apuntaba a una de las líneas distorsionadas en las que había escrito con letra floritura.

— ¿Te han dicho que tu letra es incomprensible?

El muchacho carraspeo la garganta, porque sí lo hacía seguido su compañero y sobre todo, lo hicieron hace muchos años sus antiguos amigos.

—"Sei odiaba cualquier cosa que escribiera"...— recordaba el castaño al volver a tomar una de las tazas para dársela a Hoseok, — bébelo antes de que se enfríe, — tomando asiento a la orilla de la cama, el chico suspiró antes de hablar, — ese reloj que tienes es nuestro, de cierta forma te pertenece, funciona de manera diferente dependiendo de quien lo use. Eso quiere decir que si está transportándote treinta años en el pasado, debe de haber una razón, puesto que su función es llevarte al tiempo que perteneces o deseas ir.

Time Travel (ShowHo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora