¿Qué es el tiempo?, ¿Cuánto dura un momento?
Los números señalados por las manecillas de algún reloj no fueron coincidencia, llevará a esa persona al lugar que pertenece y desea llegar.
Las reglas están establecidas, será su decisión el enfrentar...
26 de agosto del 2003, 1:15 pm (Continuación de Traveler... les recomiendo releer el capítulo 10 T T )
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🐢 Todo pasó tan rápido que era difícil de comprenderlo a la primera vez, ¿acaso había muerto y mi alma pagaba las consecuencias? Eso no era científicamente posible, el reloj debió hacer algo más que lograr realizar un viaje en el tiempo, lo que sucedía incumplía infinitas bases de la física, ¿por qué había rejuvenecido? ¿Quién era este nuevo pequeño Dan? ¿Habrá sido mi destino el tener que encontrarme con él? ¿Debí interferir en la continuidad del tiempo para salvarle? ¿Qué querían esos trajeados ahora? De lo que estaba seguro, era que nuevamente me seguirían la pista.
Después de escapar de ellos, reaparecimos en un ring de un gimnasio abandonado, no podíamos comunicarnos libremente el uno con el otro por la barrera del idioma. Aun así, el pequeño Dan fue un niño valiente, tal vez guiado por su instinto, supo que era alguien de fiar, dejo de llorar y tomado de mi mano, pude recordar cuando éramos niños, todo el tiempo que vivimos atrapados en esas paredes blancas, siendo más máquinas que humanos. Lo juré dentro de mí por Daniel, Luke, Edward, William, Sei y Matthew, que protegería a este niño en su honor.
Fue en ese día en particular, el inicio en que recapacité de que lo inexplicable, formaba parte de los misterios ocultos de nuestro mundo, o debería decir, mundos.
– DAMN!– Al cruzar el marco de la salida del gimnasio una fuerte fuerza de atracción nos atrapó, siendo más intensa que la de viajar con el reloj, sentía como mi cuerpo se comprimía dolorosamente, obligándome a cerrar los ojos.... De inmediato, eso terminó, rodeándonos de una inusual tranquilidad. La luz absorbida por una espesa neblina lastimaba la vista con una blancura total. De a poco comenzó a aclararse lo suficiente para distinguir en donde nos encontrábamos. Habíamos sido transportados a un bosque de árboles altos, sin señal de alguna construcción cercana, se respiraba la humedad y naturaleza. Atrás de nosotros, donde debería encontrarse una pared y puerta, estaba el tronco hueco de un árbol podrido. La pequeña mano del niño temblaba, la apreté para que supiera que era real y yo también lo veía.
–Vamos,– volvimos nuestros pasos atrás, adentrándonos de nuevo al hueco del tronco. Soportando la misma sensación de atracción y compresión. En esta ocasión, luché por mantener los ojos abiertos; un instante, que era lo que duraba el viaje, observé una oscuridad total, a lo lejos colores que se fragmentaban y cambiaban de forma; entrecruzándose, acercándose a una gran velocidad y repentinamente, los colores tomaron formas sólidas, con nuestros cuerpos materializados a la normalidad, reaparecimos no en el gimnasio, sino que en algún túnel, el pequeño vomitó.
–¡Daniel! ¿Estás bien? El niño negó con la cabeza y secó su boca con el dorso de su mano.
–Ch-Changkyun...– dijo sin levantar su cabeza apuntándose a sí mismo.
– Ok, solo una vez más ¿sí?, será la última vez que hagamos esto, – sin comprenderme completamente el niño sujetó de mi mano con su mano limpia, "sin duda este era el Daniel que conocía o alguna vez conocí". Repetimos el proceso del viaje, apareciendo ahora en alguna casa vieja de paredes anchas con una enorme ventana.
