Donovan llegó al colegio aturdido, no quería golpear a alguien como lo hacía cada mañana. Ignoró al nerd del curso superior al suyo que le tenía arto con su 'érase va todo unido'. Ignoró al profesor al que intimidaba para que siempre le pusiera una A+ en sus calificaciones finales. Ignoró a sus amigos los jugadores de la liga de fútbol y se sentó a un lado de Yuki, quien como siempre se encontraba callado mirando hacia la nebulosa hasta que notó la prescencia de su nuevo "amigo". No quiso hablarle al principio porque aún sentía un poco de temor hacia él, pero tuvo que hacerlo para ver cómo es que se sentía después de la más corta charla que algún ser humano podía haber tenido con Aki.
-Donovan, ¿te sientes bien? Ayer por la tarde huiste despavorido después de que Aki te habló. ¿Le tienes miedo?- le preguntó el con su dulce y tierna voz. En realidad estaba muy preocupado, jamás había visto correr a alguien tan rápido ni siquiera en las Olimpiadas, ni siquiera al hombre que había visto en las noticias que fue perseguido por 5 perros que con rabia habían escapado del refugio de animales.
-Estoy bien nerd... creo- le replicó- r..realmente te admiro por hablarle a un ser tan mágico
-No es mágico, es un ser vivo como nosotros, un humano-
-Si fuera humano tendría brazos, manos y pies y también una boca, no raíces ni un tronco ni hojas extrañas. Hablando de hojas, ¿por qué siempre parece que ese árbol siempre pasa en otoño?-
-No lo sé. Le he preguntado muchas veces pero él solo me dice que el amor es como el otoño pero aún no comprendo que es lo que significa eso-
En eso el timbre del colegio sonó y todos entraron al curso. Donovan se retiró en seguida del lado de Yuki e hizo como si nada hubiera pasado. No quería que lo viesen con uno de los dos chicos más extraños de la escuela, dañaría su imagen del chico más rudo y más fuerte de todos. El primer profesor del día llegó al aula y comenzó a pasar lista a todos los alumnos del tercer año de bachillerato. *Donovan García* dijo en voz alta para que el joven le respondiera presente, lo cual como era 'bravucón' nunca hacía, pero de gana lo hizo simplemente. Todos sus compañeros se sorprendieron como lo había hecho su familia durante esa mañana. Se estaba volviendo suave de alguna u otra manera, estaba empezando a cambiar de a poco tan solo desde el encuentro con el ser mítico.
A la hora del receso no se sentó solo en la esquina del comedor sino que se acercó a los demás y amablamente les pidió un espacio. En la hora de los quemados eligió irse del lado de los débiles y protegió a Yuki de todo golpe fuerte y le enseñó que para no dejarse tocar con la pelota era mejor que se cubriera la cara con las manos, caminara por toda la media cancha y se cubriera con otros para no ser noqueado.
Todos realmente se encontraban muy desconcertados por todo lo que estaba sucediendo, nadie se explicaba. Cuando lo veían pasar ya no sabían si huirle o conversar con él, ocultarse o saludarlo. Era simplemente extraño.
-Yuki no entiendo qué es lo que me pasa en estos instantes... no lo comprendo-
-Estás madurando Donovan- le explicó con mucha atención.
-Dime Doni.... pero ¿madurando? Yo ya pensaba que era un adulto maduro y grande- dijo con una voz altiva y soberbia.
-Madurar no es ser el más fuerte, sino el más sabio, el que sabe que a pesar de que ya conoce mucho, tiene mucho que conocer, que descubrir a través de un mundo de oportunidades-
-Ahora vamos donde Aki ¿verdad?- preguntó con la voz un poco entrecortada por el temor.
-Si, pero antes debemos llevarle un poco de agua porque sus raíces están muy lejos del río, tienes algún recipiente-
-Tengo un balde por aquí oculto, déjame buscarlo y le llevaremos lo que él quiera-
De entre los matorrales sacó un balde de color negro que tenía un pequeño agujero. A ambos no les importó que tiviera ese hoyo, agarraron un pedazo de arcilla de la clase de arte y lo taparon rápidamente antes de que esta se secara. Ya habiendo cogido el agua del grifo caminaron a través de la ladera y se dirijieron por el camino más veloz que los llevara hasta el sitio en donde se encontraba la enorme planta.
-Por fin llegaron jóvenes. Tengo mucho que enseñarles, en especial a tí Donovan. Es de mala educación dejar a alguien hablando solo en especial si te encuentras en medio de una reunión-
-Pero...-
-Nada de peron jovencito, sientate y escucha. Yo no soy como los maestros que se encuentran en la escuela, yo no tengo libros en donde hay ejemplos que no son nada concretos, yo enseño lo esencial que te va a servir para la verdadera vida de allá afuera. X y Y solo te servirán para cuando no encuentres una respuesta real y concreta, pero si es de aquí de la tierra X y Y son solo puros adornos para decir que eso tienes que resolver y tu te las ingeniaras como. Sabes tu eres una X.
-¿Por qué AKI?-
-Porque tu quieres encontrar una Y, una solución en tu vida. Eres un malvado bravucón porque no encuentras respuestas fácilmente y todo lo quieres encontrar a golpes. Te voy a dar una de las respuestas que tu realmente necesitarás. Tus amigos no son aquellos que se aprovechan de ti o los que te buscan para la protección sino los que están a tu lado aunque tu les hagas daño. Se que tu no tuviste amigos cuando eras niño por lo que quisite obtenerlos a los golpes y patadas y eso no le hizo beneficio ni a ti ni a nadie, tal vez pienses que los del equipo de fútbol son tus amigos, pero lo único que quieren es que tu los protejas porque saben que si tu estuvieras en el ledo contrario tu les harías daño... Sabes uno de los que creo que es tu verdadero amigo porque a pesar de todo lo que lo has pisoteado está junto a ti es Yuki... Él es tu amigo
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ARBOL DE OTOÑO
RomantizmDonovan siempre ha sido rudo, para aparentar que no siente dolor, pero al descubrir el secreto de aquel a quien siempre molesta no solo descubre un amigo, descubre que puede aprender del ser menos esperado y que el amor está tan cerca de sus narices