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Los días habían pasado y seguía castigada, claro, para mí seguía siendo un día normal

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Los días habían pasado y seguía castigada, claro, para mí seguía siendo un día normal.

No hablaba mucho con mis padres, también había seguido la comunicación con Jimin, eso también había cambiado un poco. Sólo un poco, hace unos días él me había mandado un mensaje, claro, después de muchos más, uno donde me decía que lo intentara, que intentará regresar a la vida, que intentará empezará a salir de esta zona de confort, que regresara a la escuela.

Él me dijo que si quería que mis padres empezarán a tratarme como un adulto, yo tenía que dar ese paso primero.

Esa noche no había dormido nada pensando y pensando, en todo. Abrazada a ese peluche que él me había regalado, había pensando y mucho. Y hoy era el día en que me había levantado con esa decisión en mi cabeza. Por eso, decidida, salí de mi habitación y baje las escaleras, encontrando a mis dos progenitores sentados en la mesa, tomando café.

-- Necesito hablar con ustedes - me recargue en una de las sillas.

-- ¿Que pasa? - mi padre, quien tenía un periódico en sus manos, lo dobló y lo dejó a un lado. Mi madre había hecho lo mismo con unos papeles de su trabajo, tal vez.

-- Quiero decirles que tomé una decisión -

-- ¿Y de que se trata esa decisión, hija? Claro, si se puede saber -

Mordí mi labio inferior, apretando con mis manos la madera de la silla. Me armé de valor.

-- Yo... quiero regresar a a la escuela -

Tal vez había sido por la manera en que hable, o lo rápido que salieron las palabras de mi boca, pero la cara de mis padres mostraba el desconcierto.

-- ¿Qué? - había dicho mi madre, quien parecía mirarme como si estuviese diciendo algún disparate.

-- Quiero regresar a la escuela, fue lo que decidí - asentí hablando de manera más firme que la primera vez.

Tardaron unos minutos, en los cuales parecía que estaban asimilando mis palabras. Esperé, tenia que hacer algo para que ellos vieran que ya no era una niña a la cual tenían que encerrar en su cuarto para protegerla si algo malo pasaba. Mostrarles que era una adulta, la cual podría salir adelante.

Y ellos reaccionaron, lo hicieron. Ambos se levantaron de sus sillas, dejando de lado las tazas de café y viviendo a mi lado.

-- ¡Eso es realmente bueno, hija! -mi madre parecía estar eufórica.

-- Hoy mismo hablaré a la escuela, ellos entenderán - mi padre sacó su teléfono marcando algunos números, mientras nos miraba de vez en vez.

-- No te preocupes, todo estará bien, regresaras a la escuela como tú lo podes, nosotros... -

-- Mamá, regresaré a la escuela, pero no quiero regresar a la misma, yo quiero entrar a otra - los miré a ambos.

-- Sí, tienes razón, no sería lógico entrar a la misma escuela, buscaremos una - mi padre habló en esta ocasión.

-- No, yo ya decidí a cual entrar -

Ambos me miraron extrañados.

-- ¿A cual escuela, entonces? -

Pasé saliva, volví a apretar la madera de la silla mientras sentía como mis manos sudaban por mis nervios.

-- La escuela que quiero es... -

☁☁☁☁

-- Nunca pensé que entrarías a la misma escuela que yo -

-- ¿Que pensabas? Claro que podría hacerlo, hable como todo un adulto - sonreí.

-- Bien hecho, buena chica - él me despeino mi cabello.

-- ¡Jimin! - me quejé mientras trataba de quitar sus manos de mi cabeza.

Sonriendo quitó sus manos y yo intenté arreglar la maraña de cabello que había dejado. Bufé.

-- No te enojes, mira el lado bueno -

-- ¿Y cual es ése lado bueno, según tú?- entorne los ojos.

-- No habrá más salidas nocturnas, y eso significa no más castigos- sonrió haciendo que sus ojos sonrieran también. Adorable.

Con mis mejillas ardiendo miré a otro lado.

-- ¿Siempre tienes que tener la última palabra en todo? - me quejé.

-- Me gusta tener la última palabra, pero si eres tú,  estoy dispuesto a cedertela -

Negué divertida.

Hoy estaba en la escuela, en mi primer día de clases. Mis padres se habían movido ágil mente cuando les había dicho que quería entrar a ésta escuela, la cual me había mencionado Jimin, él había sido la persona que me había dado la gran idea de entrar aquí, así no sería tan difícil empezar.

-- ¡Jimin! -escuché que habían gritado a nuestras espaldas. Ambos giramos la cabeza.

Una chica venía corriendo agitando la mano y sonriendo. La miré extrañada.
Cuando llegó hasta nosotros, Jimin la saludó.

-- Kumi, como siempre tan enérgica -

-- Ah, esta bien así, si empezamos el día con energía, todo irá bien - sonrió.
--Bueno, supongo que eso está bien, mira, quiero presentarte a alguien, Kumi, ella es Eliza, Eliza, ella es Kumi, es mi mejor amiga - Jimin movió su mano entré la chica y yo  presentándonos.

-- Mucho gusto, es un placer - me extendió su mano.

-- Ah, gracias, igualmente - acepté su mano.

-- Kumi, Eliza estará en tu clase, ¿podrías ayudarle? Es nueva aquí -

-- Claro, no pasa nada - ella le empujó un poco su hombro. - Yo lo haría si ella me lo pedía, no tenias que decirlo-

Los miré a ambos, parecían conocerse bien. Había esa química que solo existía cuando estabas con una persona que conocías de hace tiempo, sentía algo de envidia. Ella podría conocer mas a Jimin de lo que yo conocía al propio chico. Me sentía desplazada en cierto modo. Los envidiaba.

-- Eliza - Jimin movió su mano frente a mi rostro.

-- ¿Qué?  - ambos rieron, causando que yo parpadear a varias veces.

-- Te fuiste, decía que es hora de entrar a clases -

-- Ah, claro - asentí avergonzada de perderme a mi misma.

-- Ten un buen inicio de clases, nos vemos en el almuerzo - acarició mi cabeza, esta vez de manera más suave.

-- Gracias - lo miré a los ojos, él solo sonrió y asintió, se despidió de nosotras y se perdió entre la multitud.

Yo solo vi como su espalda se alejaba de donde yo estaba alejándose y dejándome sola.

-- Wow - giré mi cabeza a verla cuando hizo esa exclamación. - Vaya, que extraño -

-- ¿Que cosa? - pregunté confundida.

-- Ya sabes, esa atmósfera tan... íntima- movió sus manos.

-- ¿De quién?  - volví a mostrar mi confusión.

-- De ustedes, jamás había visto ese lado de Jimin, tan atento y... suave con una chica -  ella tenía ambas cejas levantadas.

-- Él es como siempre, así suele ser él -

-- Sólo contigo, Jimin no suele ser tan cercano a ninguna chica y tampoco muy suave, claro, es un caballero con las chicas pero... jamás así - ella me señaló con su mano de arriba a abajo.- Ni siquiera conmigo, y eso que soy su amiga -

No dije nada, solo miré hacia la dirección donde se había perdido Jimin, tratando de encontrar respuestas.

¿Eso era verdad? Jimin.

Butterfly [Park Jimin] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora