•Y aunque buscara un camino diferente, la historia siempre volvía a repetirse. Condenándome a buscar el mismo final•
Miré a mi "madre" casi sin poder creerlo -digo casi porque en el fondo no me sorprendía en absoluto- y entré al auto no sin antes dar un buen portazo, uno que no pudo romper el vidrio del preciado y costoso auto de mi tutora como hubiese querido, pero que si logró expresar en parte el gran enojo que tenía.
Y más importante aún, logró alterar su preciada paciencia, tal y como quería.
─Nada de esto sería necesario si no actuaras de esta manera, jovencita─ comentó con un claro enfado, mientras tiraba su bolso a los asientos traseros y se acomodaba en el lugar del conductor. Lucia uno de sus caros y finos trajes de diseñador, de aquellos que compraba cuando iba de viaje de negocios por Europa o América, no importaba si permanecía todo el día en ese castillo que ella solía llamar "hogar" siempre vestía de forma asquerosamente ostentosa.
Me crucé de brazos complemente enfadada y destiné mi mirada en ver como el enrejado que cubría el estacionamiento de mi casa se iba moviendo para dejar salir al vehículo. No quería volver a ese lugar, era la misma rutina que siempre, podría recitarla de memoria si quisiese, no importaba el profesional que sea todo siempre se basaba en lo mismo.
Las mismas mentiras, las mismas promesas falsas. El olor de la condescendencia disfrazada de una falsa empatía me asfixiaba.
─Si tan solo dejaras de tratarme como si fuese el problema─ contesté sin apartar mi mirada de la carretera, el día estaba casi tan nublado como mi estado de ánimo.
Y aunque todos los días se sintieran así, había algunos días más nublados que otros y hoy, curiosamente, parecía ser el más nublado de todos.
─Es que lo eres ─aseguró mi madre dándole un pequeño golpe al volante─ No comes, no hablas, no haces tus tareas, te lastimas ¡Ya ni siquiera sales con tus amigas! ─exclamó indignada luego de haber enumerado mi comportamiento con sus dedos adornados con los diamantes más excéntricos que podría haber elegido. Como solo ella podía llenar su vacío con esa imagen que les daba a los demás. Ese vacío que irónicamente era llenado con más vacío.
─Y entonces decides llevarme al psicólogo antes de hablar con tu hija ─comenté fingiendo importancia y sin darme cuenta, conseguí que mi madre me mirase de manera arrepentida─ ¡Oh esperen! ¿Cómo podrías hablar con tu hija? ─pregunté de manera irónica con una gran risa falsa─ Si tu trabajo es más importante.
El rostro de ella se oscureció de manera tal que se olvidó de su papel de "madre que se preocupa" y en cambio, dejó a la vista su verdadero rostro.
─Quizás no se note, pero estoy haciendo un gran esfuerzo ayudándote.
No pude evitar reír amargamente al escucharla y entonces me permití voltear a verla unos segundos solo con el propósito de rebajarla. Era impresionante ver cómo sus mentiras habían cavado tan profundo en su mente, que ahora incluso se las creía.
─Claro, pagarle a un desconocido pero renombrado profesional para que haga el trabajo que como madre no cumples es taaaaaaan complicado─ critiqué haciendo un énfasis bastante abusivo con la palabra "tan" lo que solo logró agregarle más veneno a mis palabras─¡Todos vengan a fotografiar y entrevistar a la dueña del conglomerado Park ayudando a su problemática hija!
Mi gran y adorable madre (nótese el sarcasmo) tensó la mandíbula mientras tomó fuertemente el volante. Sonreí, había veces en la que pensaba que el único momento en el cual sentía que valía la pena seguir viva era cuando lograba molestarla, además de que era el único momento en el cual hablaba con otra persona.
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Game is not over| K. SeokJin
FanfictionKim SeokJin no ha estado bien desde hace un tiempo. Park LeeNa nunca estuvo bien. El lo perdió todo en una noche. Ella buscaba perderlo todo. Mientras el intenta salir adelante, ella planea escapar y cuando el camino de ambos jóvenes se cruza, las h...