07»Sueños pesados.

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•Pero, ¿cuál era la importancia de soñar si las pesadillas de la realidad te perseguían hasta en tus sueños?•

Park LeeNa

Al principio todo era negro, lejano y borroso. Mi cabeza se debatía entre un estado de completo escepticismo y confusión, como cuando te despiertas de un sueño del cual ni siquiera recuerdas el momento en el que fuiste a dormirte. Abrir los ojos y mantenerlos cerrados era lo mismo pues todo a mi alrededor era oscuro. Sin embargo, un sentimiento de terror comenzó a crecer inmensurablemente dentro de mí, lo que me llevó a mirar hacía todas partes, ¿Dónde estaba? ¿qué me pasó? ¿qué es esto? ¿quién soy?

Conforme las preguntas se iban acumulando, mis sentidos se despertaban lentamente. Como si el veneno paralizante de los sueños poco a poco fuese abandonando mi cuerpo y la realidad reclamara mi conciencia con desesperación.

Entonces comencé a escuchar un ruido. Era muy lejano como para identificarlo, pues aún me sentía dormida, pero era molesto. Quizás demasiado. Como el goteo de un grifo que fue mal cerrado en la distancia. Me di cuenta de que estaba sobre el suelo, no sabía sobre qué exactamente, todo era muy confuso. Me senté y vi mis manos, moví los dedos, pero estos se sentían cosquillosos, como si con cada movimiento los despabilara un poco más y estos se resistieran porque quedarse quietos era mejor.

Dormir era más fácil que estar despierto.

Con el paso de los minutos la oscuridad que me rodaba comenzó a aclararse, sin embargo, no difería de mi primera impresión. Comencé a entrar en un estado de desesperación, sin saber exactamente la razón. Quería salir de donde sea que estuviese, pero mis piernas no respondían, mi cabeza dolía tanto que el mundo me daba vueltas. Comencé a notar un hedor muy fuerte y comencé a toser como si la vida se me fuese en eso, dándome cuenta de lo mucho que necesitaba hacerlo.

El leve ruido que había escuchado en un principio comenzó a aumentar, poco a poco, de una manera en la que me ponía los nervios de punta, como si estuviese acercándose a mí de manera violenta y desde todas las direcciones. Finalmente, cuando me alcanzó, algo explotó dentro de mis oídos.

Como si la barrera de la realidad y la fantasía de una mente dormida fuese despedazada por una situación violenta y demandante.

Algo malo estaba sucediendo y el destino no quería que me lo perdiese. Quería regocijarse en mi dolor.

Fue cuando identifiqué aquel molesto, pero inofensivo goteo como gritos de ayuda, desesperación, pánico y terror.

Y olor de una muerte inminente inundaba todo mi entorno.

»※«

Kim SeokJin

Había pasado poco menos de dos horas para cuando noté una alteración en la respiración de LeeNa, supuse que era porque estaba próxima a despertarse por lo que decidí ignorarlo y seguir con la vista perdida en el movimiento de las ramas del árbol que nos cubría con su sombra. Incluso admito que estuve a punto de dormirme en varias ocasiones, sin embargo, cuando ella comenzó a murmurar por ayuda supe que algo estaba mal con ella.

Bajé la mirada y la observé en detalle. Una parte de mi me reprochaba la manera en la que la miraba, como si hubiese sobrepasado la barrera de lo normal, como si fuese irrespetuoso e incluso como si rozara lo abusivo. Quizás por fue esa razón que me limité a mirarla solo por un par de segundos, no obstante, al verla con el ceño fruncido y los labios entreabiertos me di cuenta de que algo estaba mal.

Realmente mal.

Me moví un par de centímetros, con sumo cuidado, para poder erguir mi espalda con mayor comodidad. Su respiración era errática y agolpada y de un momento al otro su cuerpo comenzó a elevar su temperatura a tal nivel que unas pequeñas gotas se hacían visibles entre su frente y la línea de su pelo.

Game is not over| K. SeokJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora