01» Saltar no es la solución.

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Escapar de los problemas solo generaba más problemas. Dediqué tanto de mi vida a escapar de ellos que ahora me he convertido en uno y necesito escapar de mi misma


Día 00.
Kim SeokJin

―¡Salta!¡Salta!¡Saaalta! ―Grité con gran desesperación mientras apretaba todos los botones de la maquina con bastante precisión, ni siquiera necesitaba mirarlos o repasar estrategias, tenía los movimientos memorizados, sin embargo, nada podía cambiar el hecho de que mis dedos ya no tenían la misma movilidad que antes. Parpadeé con molestia ya que mi mirada ardía bastante, aunque claro, era lo que ocurría cuando pasas tres horas seguidas frente a una pantalla. Me descuidé un solo segundo para rascarme el ojo izquierdo pero pareció ser lo suficiente para que mi personaje fuese devorado por un dragón de dos cabezas―¡No!¡No! ―Exclamé mientras le daba un golpe a la maquina en cuanto esta mostró sobre su pantalla: "GAME OVER"

―Yah, déjalo― respondió NamJoon a mis espaldas―ganarás la próxima semana ―aseguró mientras apoyaba su mano sobre mi hombro a modo de consuelo. Lo fulminé con la mirada, sabiendo que estaba siendo sarcástico y entonces, la sonrisa de mi hermano creció de par en par―Ahora, si no te importa, hazme lugar que pienso superar tu marca.

Entonces la mano que tenía sobre mi hombro aplicó fuerza y de esa manera logró empujarme hacía un costado mientras que él se proclamaba el nuevo dueño de la máquina.

―¿Esa es la manera en la que tratas a tu hyung? ―le reproché en un tono ofendido pero gracioso en fin y la única respuesta que obtuve de él fue el ruidito característico que hacía el juego cuando este daba comienzo a una nueva partida. El solo volver a echarle un vistazo a la pantalla hizo que mis ojos ardieran―Eh, NamJoon, iré por algo de aire fresco―le avisé y sin esperar respuesta (ya que sabría que no la habría) me fui del área de juegos de aquel bar con temática retro.

Ya era una costumbre para nosotros, los hermanos Kim, frecuentar este bar todos los sábados por la tarde, era un espacio lindo y con una ambientación bastante lograda, muy americana, pero retro, en fin. Lo habíamos descubierto cuando ambos estábamos en la primaria y desde ese día aquel juego se había convertido en la más grande adicción de ambos. Poco tiempo pasó hasta que nos inscribimos en las competencias que organizaban los mismos dueños del bar y hoy, después de años de competencias, ya habíamos formado un equipo junto con otros amigos. Equipo que en unos días competiría para un importante evento.

Evento en el cual haría un regreso luego de haber estado fuera de aquel ámbito por un largo tiempo.

Yo era lo que los demás miembros del equipo llamaban el as bajo la manga, me gustaba quemar mi cabeza pensando en diferentes estrategias, siempre sacrificaba mi personaje por cualquier punto extra e incluso sabía de memoria los diferentes movimientos del dragón de la batalla final. Era de esos típicos callados con más secretos que un confesionario y me encontraba demasiado a gusto con esa imagen que había desarrollado, en especial cuando les hacía pensar a los contrincantes que yo no era ninguna amenaza y luego, durante la batalla, apreciar sus caras de sorpresa.

O al menos así solía ser.

Cerré los ojos cuando me recosté sobre uno de los bancos que estaba en la plaza frente al bar. Era el último día del invierno y esta estación se despedía con todo su esplendor. Estaba completamente nublado, una brisa gélida corría las ramas desnudas de los árboles y amenazaba con que en cualquier momento comenzaría a llover. Solté un suspiro de cansancio, tenía la vista tan quemada que incluso en la oscuridad absoluta que me brindaban mis parpados podía ver al dragón de la batalla final moviéndose con aires de victoria mientras que unas letras rojas me recordaban, en el ambiente de una risa burlesca, que había perdido el juego. Se podía ver tan claro como si fuese un tatuaje en mis pupilas.

Game is not over| K. SeokJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora