•Ya estaba harta de este juego al que todos llaman vida, envíenme directo al nivel final, pensaba perder con estilo.•
Park LeeNa.
―Entonces, ¿Qué tienes planeado? ―pregunté una vez que entramos dentro de aquella caja del infierno llena de espejos llamada ascensor.
Él se quedó callado el resto del trayecto, su respiración era errática, como si acabara de correr una gran carrera y ahora se encontraba en la batalla de controlarse a sí mismo y calmar su pulso. Su mirada estaba perdida en un punto del espejo, lucía como si mirara a la mismísima nada, al vacío. Me quedé mirándolo porque, después de recibir tanto acoso por parte de su mirada, se sentía reconfortante poder observarlo sin que el viera el desastre que tenía frente a él, además, cualquier cosa que pudiese distraerme de los espejos sería bienvenida por mis pupilas. Su respuesta no llegó sino hasta que la melodía que producía el ascensor al llegar a su destino impactó contra nuestros oídos, distrayéndole de sus pensamientos y obligándole a volver a la patética realidad. Y aunque por mi cabeza cruzó la idea de preguntarle en qué pensamiento se había perdido, mi voluntad murió en mi garganta cuando sentí su mirada sobre mí y su mano tomando de la mía.
Entonces, ignorando mi ceño fruncido y mi clara intención de apartarme de él, finalmente me respondió:
―Conocernos―respondió con seguridad mientras acentuaba su idea con un movimiento de su cabeza.
Con mi pobre mano capturada entre la suya, salió de aquel lugar rodeado de espejos que no hacían más que reflejar mis demonios. "mira que flaca que estas, eres un cadáver", "aun así, mira el tamaño de tus piernas, ni la talla más grande podría entrarte", "tan solo mira tu cara, ¿Mereces ser tratada como a una persona? No eres más que un monstruo", "mira tus cicatrices, solo quieres atención", "con esa marca en tu cuello, podrías ir derecho a un circo, fenómeno"
Tragué duro y sacudí levemente la cabeza para intentar dejar aquellos pensamientos atrás, aquellas voces que tanto me atormentaban. En la mañana había considerado inútil tomar mis pastillas recetadas, ya que se suponía que este era mi último día. Y ahora el peso de mis demonios me hacía arrepentirme por no haberlo hecho.
―¿Por qué harías algo como eso? ―el simple hecho de tener que hablar sobre el agujero negro que representaba mi vida me tenía honestamente harta. No había nada ahí que valiese la pena. Ni una sola cosa.
El no pareció pensar su respuesta ni un solo segundo, sin embargo, permaneció en silencio durante un tiempo mientras hacía una mueca amistosa.
―Pasaremos 15 días juntos, LeeNa, conocernos es casi tan importante como el oxígeno que respiramos―A pesar de que su mirada estaba atormentada y su postura entera al caminar me hablaba sobre lo pesado que se sentía, su cara y su tono de voz transmitían alegría como si se tratase de una red wifi sin clave.
Era extraño y curioso, pero una sorpresa agradable, en fin.
―¿Juntos? ―inquirí sin gracia. En realidad, no esperaba una respuesta de él, más bien había sido una burla de mi parte. Sin embargo, este chico sabía esquivar muy bien los comentarios negativos o cabía la posibilidad de que simplemente fuese torpe y no pudiese identificar las referencias de mis comentarios.
―¡Por supuesto que sí! ―la manera en la que dio un pequeño salto en pleno vestíbulo y como gesticuló con las manos, me hicieron acordar al hada madrina de la cenicienta. Ya saben, antes de que todo el circo del príncipe azul comenzara―No pienso dejarte sola un solo día.
Su anuncio me obligó a parar en seco. Más allá de representar un gran cambio en mi estilo de vida, lo tomé como una advertencia. Un pequeño escalofrió recorrió mi cuerpo. No porque lo que acababa de decir me emocionaba como a una niña de la escuela media cuyo crush le había dicho un cumplido, sino, porque un gran sentimiento de pena me inundó el pecho.
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Game is not over| K. SeokJin
FanfictionKim SeokJin no ha estado bien desde hace un tiempo. Park LeeNa nunca estuvo bien. El lo perdió todo en una noche. Ella buscaba perderlo todo. Mientras el intenta salir adelante, ella planea escapar y cuando el camino de ambos jóvenes se cruza, las h...