08»Dinero sucio.

1.7K 262 165
                                    


Nada era puro en este mundo. Ninguna acción era efectuada sin algún interés escondido y quizás esa era la peor de todas las incógnitas.

¿Cuál es el interés que lo lleva a hacer las cosas?

¿Qué es lo que lo mueve?

¿Lastima? ¿culpa? ¿cariño? ¿dinero?

»※«

Día 02.

Park LeeNa.

Cuando abrí los ojos casi suspiré del alivio; era mi cama, mis sabanas, mi habitación a oscuras.

Mi realidad.

Había tenido que rogarle a la señora Kang que me permitiera una de mis pastillas para dormir, las cuales obviamente no me dejaba tener a mi cargo a causa de mi intento fallido de suicidio con estas. Sin embargo, eso no significaba que había dejado de necesitarlas. Generalmente guardaba mi orgullo y jamás se las pedía, pues sentirme vulnerable ante ella era peor que pasar varios días sin poder conciliar más de una o dos horas de sueño. Pero anoche estaba 100% segura de que, de no dormir, le daría más vueltas al asunto y, siendo honesta, quería olvidar aquel sueño que había vuelto a atormentarme durante mi siesta en el parque.

Quise sentarme sobre mi cama para levantarme y alejarme de la cama antes de volver a dormir, pero cuando hice el mínimo intento por enderezar mi espalda todos mis músculos se retorcieron del dolor, obligándome a caer sobre las sabanas y cerrar los ojos mientras soltaba una queja a labios cerrados. Odiaba esa sensación, como todo mi cuerpo quedaba doliendo culpa de haberse tensado abruptamente durante el ataque, como me sentía vulnerable y terriblemente avergonzada. Incluso, luego de que la neblina del ataque de ansiedad dejara de nublar mi juicio, había quedado lo suficientemente alterada como para llorar.

Un lujo que, si era honesta, nunca me lo permitía.

Abrí los ojos en la penumbra de mi habitación donde, por alguna razón, mis ojos se detuvieron en el espejo de cuerpo completo que estaba pegado en una de las paredes. Espejo que se encontraba completamente cubierto por una manta. Como había mencionado antes, había días en los cuales era lo suficientemente valiente como para ver mi reflejo, sin embargo, hoy no era valentía sino curiosidad lo que me hizo pensar en quitar la manta.

¿Cómo se verían las marcas de mi cuello? ¿Cómo estaría mi rostro? ¿los rasguños de mi cuello se notarán demasiado?

¿Cuál era la imagen que ese chico veía en mí?

Un ruido sobre la puerta me devolvió a la realidad y esta vez, sin ánimos de guerra, dejé que la señora Kang pasara sin bloqueos.

―Parece que hoy estamos de buen humor―dijo con simpatía mientras dejaba una bandeja con frutas y mis pastillas en un extremo de mi escritorio. El estetoscopio colgaba de su cuello.

―Al contrario, estoy demasiado cansada como para gastar mi energía peleando contigo, haz lo tuyo y vete―Pedí con muy poca amabilidad, extendiéndole mi brazo para que realizara el mismo control de siempre.

Ella solo soltó una risa incrédula.

―Incluso estas amable, ¿debería sentirme halagada? ―preguntó con gracia mientras que yo me limité a verla seriamente, su sonrisa mágicamente se borró. Estiró su brazo hasta alcanzar el tazón con frutas y lo dejó sobre la mesita que estaba a un lado de mi cama―A diferencia tuya, yo si me levanté de buen humor y me tomé la libertad de traerte el desayuno a la cama, come algo antes de ingerir tus pastillas.

Game is not over| K. SeokJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora