Capítulo 7

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(Si no has leído la historia luego de la edición, se recomienda releer la historia ya que lo que se leerá en el siguiente capítulo puede que no concuerde con el pasado anterior de la historia ya que se han cambiado muchas cosas con respecto a personajes y/o relaciones de la historia. Espero puedan entender y les guste esta nueva edición).

Maya despertó junto a Farkle quien aún seguía dormido. Era muy temprano así que decidió no despertarlo. Comenzó a mirar cada pequeño detalle en Farkle y lo lindo que se veía durmiendo. Tomó un lápiz y una hoja y comenzó a dibujarlo, cada detalle, todo. Sé detuvo en sus brazos, y notó dos cortes nuevos. Dos lágrimas cayeron en la hoja. Dejó el dibujo a un lado e intentó dormirse.

.   .   .

- Maya, cariño, despierta.

- ¿Qué?

- Cariño, despierta así vamos a clase - dijo Farkle, Maya se detuvo a mirarlo lo cual le preocupó porque el ya se había duchado, así que supuso que no le quedaba mucho tiempo.

La rubia se levantó rápidamente y se dirigió al baño a cepillar sus dientes. Cuando terminó salió del baño y Farkle estaba cambiando su remera, su cuerpo parecía el de un dios griego por lo cual Maya no pudo resistirse a observarlo. Cuando Farkle terminó, Maya salió de la habitación y golpeó la puerta fingiendo no haberlo visto antes.

- Sabes que puedes pasar Maya, no necesitas golpear la puerta, estas en tu casa, ponte cómoda.

- Gracias Farkle, pero, no lo sé...

- Tranquila cariño.

- Fark, ¿tienes algo ropa? - dijo la rubia.

- Creo que tengo algo por aquí cariño - Farkle buscó y al no encontrar nada fue al armario que antiguamente usaba su madre y encontró algunas prendas - yo... no sé si sean de tu gusto pero es lo único que encontré - dijo dándole una camisa blanca y un pantalón de jean acampanado.

- Gracias.

- Cuando salgas ven a mi habitación a cambiarte que yo iré a pedir que preparen el desayuno, no nos dará el tiempo de ir a Topanga's.

Maya asintió y entró a la ducha. Dejó que el agua se llevara todo lo malo. Pero algo había olvidado, su madre.

- Maldición - murmuró Maya mientras temía lo que podría hacerle o decirle su madre.

Terminó la ducha y salió del baño con una toalla envuelta en su cuerpo y otra en su cabello. Al entrar a la habitación Farkle aún no había salido. Farkle miró su cuerpo con algunas gotas de agua mientras observaba como la toalla delineaba su figura, nunca había notado lo sensual que podía ser Maya.

- Yo... lo siento ya salgo - dijo cubriendo sus ojos y salía de la habitación.

.   .   .

Iban ambos en el asiento trasero del auto en silencio, Maya miraba por la ventana mientras Farkle jugaba con sus manos.

- Llegamos, joven Minkus - dijo el chófer del gran auto.

- Gracias.

Farkle bajó y le abrió la puerta a Maya.

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