Capítulo 12.

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Cory entró a la casa y se encontró con un Shawn alegre que se lanzó sobre él.

—¡Me dijo papá, me dijo papá!— gritó emocionado.

Riley y Cory se miraron emocionados y dieron un chillido de emoción. Finalmente estaba pasando, aunque muchísimo más rápido de lo que esperaron.

—Farkle debe saberlo.— dijo Riley tomando su teléfono celular y dirigiéndose a su cuarto.

Ambos amigos se miraron. Topanga llevó a Auggie a la cama y se acostó junto a él dejando a los dos hombres juntos.

—Maya me dijo papá, yo, creí que jamás pasaría. Creí que no volvería a confiar en mi.— dijo Shawn con una sonrisa en su rostro.

Shawn se sentía el hombre más afortunado del mundo, y lo era. Sabía lo mucho que valía la confianza de Maya y está vez lo valoraría más que a nada. Por su parte, Cory sabía que esto era lo que su amigo necesitaba para dejar su mala vida de lado y de esa manera él y Maya podrían ser felices de una vez, así como debió ser en un principio.

—Realmente me alegro amigo.— dijo Cory palmeando el hombro de Shawn. —Ambos merecen ser felices.

—Lo sé. Maya es la mejor chica del mundo, no dejaré que nada malo le pase.

Y así iba a ser, ahora Maya tenía a las personas más dulces para que la protegieran de todo lo malo, y Shawn finalmente tendría a alguien valioso que le hiciera feliz.

Mientras tanto, en la habitación de Riley ambas chicas se encontraban ansiosas mientras el teléfono sonaba.

—¿Hola?— preguntó Farkle algo adormilado del otro lado de la línea.

—¡Farkle!— chillaron ambas sonriendo a la cámara del celular.

Lindas.— respondió un poco más despierto mientras se acomodaba en la cama. —¿Ocurre algo?— preguntó preocupado.

—¡Maya le dijo papá a Shawn!— gritó Riley emocionada.

—¿Enserio? Wow, me alegra mucho cariño.

Maya se sonrojó ante el comentario y Riley lo notó. Maya jamás creyó que un chico la tendría así de enamorada, y Riley jamás habría imaginado ver a su amiga así.

—Aww, ustedes son muy lindos.— dijo Riley.

—Maya lo es.— respondió Farkle y Maya golpeó a Riley con un cojín.

—¿Qué? ¿Por qué?— preguntó mirando a su amiga.

—Porque no puedo golpear a Farkle.— respondió Maya bromeando.

—Mañana deberían verse.— soltó Riley de repente.

—¿Quieres bonita?— preguntó Farkle dulcemente. Su sonrisa y toda su ternura enloquecían a Maya quién caía enamorada con cada una de sus palabras.

—Por supuesto.— respondió Maya con una sonrisa torpe.

Todo se veía perfecto así, nada debería cambiar.

Por la mañana el desayuno fue agradable en el pequeño apartamento de los Matthews. Todos reunidos como una gran familia, porque realmente lo eran. Los panqueques preparados por Topanga sabían deliciosos, así como los huevos revueltos que Cory había preparado. El café que los adultos tomaban estaba hecho a la perfección, y el chocolate caliente de Auggie era tentador. Riley y Maya tomaban jugo de naranja, felices por lo que estaba ocurriendo.

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