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Capítulo 2.

Maya Hart:

En un par de horas descubrí que Farkle era una gran compañía, mejor de lo que había pensado. Nunca creí que me sentiría tan mal si Lucas escogía a Riley, siempre pensaba en lo bien que sería ser elegida, pero no pensé en que podría no ser yo. De igual manera no pensé mucho en ello, Fark demostró ser buena compañía en estas horas que estuvimos juntos, por un momento pude olvidar lo ocurrido. Seguíamos en la banca hablando cuando recordé que Fark salió una clase antes.

—Y tu genio, ¿no concurriste a una clase?— dije algo sorprendida y confusa, por favor estamos hablando de Farkle, el nunca se perdería una clase.

—Si, amm...— comenzó a ponerse nervioso, creo que olvidó avisar que salía antes. —¿Crees que me dejen recuperar la clase con tareas?— dijo algo preocupado.

—Fark, nadie te pedirá tareas a ti. En cambio si a mi, entonces tú me harás los trabajos que me manden para recuperarla.— ambos reímos. —Bueno ya, enserio, ¿por qué faltaste?

Conozco a Farkle, no falta por cualquier idiotez, debe ser algo realmente importante para él.

—Te fuiste llorando, no te dejaría irte así sin más.— sonreí, me dio demasiada ternura y me pareció muy dulce de su parte. —Además, sabía que necesitabas compañía.

—Gracias genio.— dije con dulzura, realmente no sabía que decirle o como agradecerle, era muy dulce de su parte venir por mi, y aún más correr por mi.

—Espero ahora esté mejor mi rubia favorita.— dijo mientras sus hermosos ojos azul cielo brillaban. Nunca me había tomado el tiempo de apreciar sus bonitos ojos, que estúpida.

—Soy la única rubia con la que hablas.— le contesté automáticamente.

—Si conociera a otra tú no dejarías de ser mi favorita.— lo empujé ruborizada y el me abrazo.

Estuvimos abrazados por unos minutos más, hasta que se me ocurrió invitarlo a comer a Topanga's. Me levanté de el asiento y limpie el polvo de mis shorts, bueno no tenían polvo pero me gusta el dramatismo. Farkle se levantó y nos dirigimos caminando lentamente hacia la tienda. Llegamos y Topanga's estaba cerrando, así que pedimos donas y batidos de chocolate para llevar. Partimos caminando hacia una especie de plazoleta donde nos quedamos a ver el atardecer mientras hablábamos y comíamos las donas. Al terminar con las donas, sé hizo la noche y Farkle se ofreció a acompañarme a casa, pero no accedí a su propuesta. Mi barrio no es un lugar amistoso, y no creo que sea del agrado de Farkle, contando que ni bien me deje en casa Farkle es un buen blanco para ser robado y el es muy indefenso para ello, realmente temería que le pase algo.

Farkle Minkus:

Estaba intentando convencer a Maya de que sería una mala idea de que se vaya sola a su casa, pero ella no cedía.

—Farkle, siempre he ido sola a mi casa, ¿qué cambiaría ahora?— Maya no sé cansaba de negarme que la acompañara.

—No puedes irte sola Maya, ¿y si te ocurre algo?— dije preocupado.

—Nada pasará, Farkle. No creo encontrar aliens en el camino.

A Maya no le importó mucho cuantas veces insistí, tomó sus cosas y dio por terminada la charla dándome un tierno beso en la mejilla y un abrazo, no dejaría que se salga con la suya está vez.

—¡Maya Penlope Hart!— grité llamando su atención y la de todos los presentes.

Maya me dirigió una mirada poco amistosa al mencionar su segundo nombre tan alto.