ACLARACIÓN: Narración en primera persona, ¿ok?
Así continuamos: entre platica y platica, risa y risa, y besos y besos, me sentí la mujer más feliz del mundo.
Y al final del día, nos tomamos de las manos y no nos soltamos.
Porque entre las 4 paredes de su habitación confesamos lo que nunca nos dijimos, lo que no podíamos decir.
¿Cómo yo, Marceline Abedeer, podría haberme avergonzado jamás de amar a Bonnibel Bubblegum?
Tal idea, tal pensamiento estúpido que alguna vez tuve; mis inseguridades tan enterradas en mis entrañas... eran ahora cosa del viento. Ya no me pertenecían, ya no más.
No podría jamás avergonzarme de besar sus labios rosados.
No podría jamás avergonzarme de mirar sus ojos.
No podría jamás avergonzarme de amar a tan bella mujer.
Pero casi al atardecer de la fría noche, nos callamos mutuamente con nuestras bocas.
Y la amé, la amé y la amé.
La amé como nunca había amado antes, y deseaba nunca volver a amar ni sentir lo que siento por ella con otra persona, nunca, otra vez.
Pero mis manos se fueron a su cara y rompimos el beso y le dije lo que siempre había querido decirle:
—Te amo.
Y comenzó a llorar, y me volvió a besar, y la volví a besar.
Nos besamos tanto que no podía pensar nada más que en ella, ella y solo ella.
Al final, se había dormido primero, pero la desperté con un beso, lo que la hace abrir los ojos con sorpresa y sonreírme, como si le alegrara estar junto a mi, acostada, y poder mirarme por y para, toda la vida.
—Buenos días —me dice en un susurro, jugando con mi cabello.
—Buenos días.
Nos miramos por un buen rato y en total silencio, solo se podían escuchar nuestras respiraciones pausadas y nuestros corazones a punto de explotar, y luego estallamos a carcajadas.
Tal vez estar con ella toda una vida no suena tan mal.
Tal vez.
[...]
Nos levantamos de su cama y, agarrando la primera prenda que encuentra en el suelo, se la pone.
Me da la mano y la acepto con una sonrisa.
Y comienza a guiarme hacia no sé donde.
—¿Qué haces? —pregunto curiosa tapándome con las sabanas de su cama mientras intento no tropezar en el camino.
—Quiero enseñarte algo, solo sígueme, ¿vale?
Y eso hice, la seguí hasta una esquina de la sala, donde estaba una puerta. Ella la abre y me invita a entrar.
—No entiendo, ¿que quieres que vea? Solo es una pared en blanco, nada especial. No hay nada aquí dentro.
Camino con cuidado a la habitación completamente en blanco.
-Mira detrás de ti.
Hago lo que me pide, volteo y pude ver que había algo escrito en la pared cerca de la puerta:
"Hey, ¿Quieres un chicle?"
Y una infinidad de emociones recorrieron mi cuerpo entero, de la punta de mi pie gordo hasta el ultimo cabello de mi cabeza.
—¿Cómo? -mi voz salio quebrada, como un susurro pequeño.
—Fue cuando hablamos por primera vez.
Luego miro hacia la derecha.
Una foto.
—¿Y esto?
Ella sonríe.
—Fue cuando estabas distraída jugando con tu celular mientras boxeaba, tomé un descanso pequeño y te tomé una foto.
Comienzo a reír, secándome las lagrimas con mis muñecas.
—Eso suena muy acosador —me acerco a tocar las esquinas de la foto, analizando a la mujer que estaba ahí, a la que alguna vez, en un punto, fui.
Bonnibel se encoje de hombros.
—Probablemente.
Niego con una sonrisa en cara, para luego seguir buscando con la mirada más cosas.
Unos cuantos poemas, otros tantas frases que alguna vez me dijo o le dije; fotos mías en el escenario o de nosotras al estar bailando... la pared entera estaba llena de pequeños algo que, de alguna forma, contenían memorias, lágrimas y risas.
Y me sentí, en ese instante, como todas mi paredes se derrumbaron y, entre ahora lágrimas de felicidad, volteó a mirarla dándole un abrazo.
Se siente bonito tener a alguien que haría esas pequeñas cosas para ti.
Se siente bonito tener a alguien a quien amar.
Se siente bonito ser amada por Bonnibel.
Y espero que eso siga así por mucho, mucho tiempo.
—Maldita acosadora -le doy un pequeño pero inofensivo golpe en su hombro mientras que con la otra mano me seco las lágrimas. Se me estaban saliendo los mocos de tanto llorar.
—Auch, eso duele -finge quejarse para luego, en un acto de malicia, agarrarme del brazo haciendo que cayera abajo de ella.
—¿Qué te parece si me castigas? He sido una chica muy mala.
Mi cara se pone roja.
—Te odio.
Sonríe besándome los labios.
—Yo también te amo.
Fin.
PD: No sé si hacer extras, creo que la historia está bien tal y como está, y ya sé que dije que Simon y Ash estarán presentes pero, ya no lo creo conveniente. Deseo que la historia termine aquí, lo lamento.
Como sea ¿Qué les parece? ¿Le falta o le sobra algo? Espero sus comentarios y opiniones <3
Con todo el cariño del mundo, -softsummer.
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Bubblegum
Fanfic❬ Bubbline ; AU ❭ Bonnibel le hace una pregunta muy peculiar a Marceline: "Hey, ¿Quieres un chicle?"