Capitulo seis

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_ Buenos días Tom- saludo Nastia sentándose sorpresivamente a su lado en la mesa de Slytherin. Tom sintió el repentino impulso de decirle que se fuera, que no quería su compañía, pero no abrió la boca. Ella lucia unas enormes ojeras oscuras bajo sus ojos, hoy de un color ámbar brillante, le extendió un pastel de chocolate con una sonrisa que Tom sabia que fingía. - ¿Es tu favorito verdad?

- ¿Y tu como lo sabes Goodrich? ¿Acaso me espías mientras desayuno?

- Se mas cosas de las que quisiera saber. - respondió ella tomando un sorbo de té.

El le dirigió una mirada desconfiada, ¿a que se refería exactamente? ¿ Acaso la chica habría averiguado alguno de sus secretos?. Tom se tenso, noto que varios pares de ojos se posaban en ellos, era sumamente extraño ver a Riddle desayunado con alguien, especialmente si ese alguien era una chica de otra casa. Estaba a punto de inventar una excusa para zafarse de aquella extraña situación cuando una mano se poso sobre su hombro produciéndole un fuerte escalofrío. Era Albus Dumbledore.

_ Anastasia... joven Ridlle - saludo el profesor con voz suave como era habitual. - Que maravilloso día ¿verdad?

_ Profesor. - saludo Tom con tono caballeroso. Nastia solo le dedico una sonrisita tímida.

- Vengo a recordarle personalmente que tiene una cita en mi despacho hoy, señorita Goodrich. - dijo el anciano con una leve sonrisa.

- No lo he olvidado profesor, ahí estaré.

Dumledore les guiño un ojo y se alejo despacio hasta la mesa de profesores. Tom miro a Anastasia con curiosidad.

- ¿Por qué tienes una cita con Dumbledore?

- Es solo un castigo que debo cumplir. - respondió ella tratando de restarle importancia. - ¿Quieres entrenar duelo hoy? - pregunto mientras se comía el ultimo bocado del pastel de chocolate.

- Por supuesto. - dijo dedicándole una de sus sonrisas encantadoras. Mientras varios pares de ojos femeninos se clavaban en Anastasia con desprecio.

- Estupendo, ¿conoces el invernadero trece? - pregunto ella en un susurro para que nadie la oyera.

- Ese lugar esta abandonado Goodrich.

- Exactamente, ya nadie se pasea por ahí, no quiero otro castigo por batirme a duelo con tigo. Te veré ahí al atardecer después de mi cita con Dumbledore... parece que ya debo irme no soy muy bien recibida en esta mesa. - dijo mirando de reojo a Bellatrix Black que estaba insultado a viva voz a todos los ravenclaws.

- espera... - susurro Tom con un tono de voz demasiado elevado. - se había reparado en que el relicario de Slytherin ya no decoraba el cuello de la chica y en su lugar había un bonito collar de perlas y oro. Se mordió la lengua con fuerza para no perder el control. Se sintió mareado al recordar el momento cuando descubrió que aquel relicario le había pertenecido a su madre, prueba de que el era el verdadero heredero de Slytherin. Le habría lanzado un hechizo en ese mismo momento si no fuera porque Dumbledore no le quitaba los ojos de encima desde el otro extremo del gran comedor.

- ¿ Que sucede Tom? - le pregunto Anastasia desconcertada.

- Nada, lo lamento nos vemos después. - susurro y acto seguido salio disparado hacia las mazmorras, al verlo un grupo de alumnos de primero se hicieron a un lado claramente asustados.


Anastasia decidió no concurrir a su clase de adivinación esa mañana, ya había tenido suficiente con los sueños extraños que la habían atormentado la noche anterior. En su lugar tomo un libro de hechizos avanzados de la biblioteca y se dirigió hacia el lago. Se alegro cuando vio a Colin Copper y corrió a sentarse a su lado. El estaba recostado contra el tronco de un árbol concentrado leyendo un antiguo ejemplar de cuentos de Beedle el bardo a sus pies se veía un hermoso fuego azul dentro de un frasco de cristal.

El único amor de Tom RiddleWhere stories live. Discover now