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Jungkook sintió el constante bamboleo en el espacio de la cama a su lado y frunció el ceño entre el sueño, aún demasiado adormecido como para ser consciente de su alrededor.

—¿No puedes dormir? —preguntó en un ronco susurro. Normalmente eso pasaba cuando Taehyung estaba preocupado o ansioso, como esperando el estreno de una película o una serie en Netflix. Jungkook podía estar cansado como la mierda, pero siempre se giraba y lo abrazaba por la cintura para susurrarle por horas al oído. El resultado: un Taehyung desmayado del sueño.

Pero esta vez cuando quiso voltearse, la voz que le respondió no fue la de Taehyung. Fue Hana.

—No, Jungkookie.

Su mano literalmente se detuvo a mitad de camino y cayó pesada, rígida, sobre los muslos de su esposa. Eso estaba mal. Allí había curvas, su cuerpo era pequeño y menudito, y se sentía extraño contra el de él. No era Taehyung.

—¿Jungkookie?

—¿Por qué no puedes dormir? —se las arregló para preguntar, su voz ronca y áspera.

—Yo.... Uh, estaba pensando y... —Hana se dio la vuelta, escondiendo su cabeza en el cuello de Jungkook. El cabello le hizo fastidiosas cosquillas allí donde tocaba su piel—. Yo... Me gustaría que tuviéramos un hijo...

Él cerró los ojos por un momento. No estaba ni siquiera un poco sorprendido por sus palabras, pero sin duda sí estaba contrariado. No era como si se considerara a sí mismo un hombre come niños, ogro, orangután y tirano, ni más faltaba: también quería, a futuros lejanos, formar una familia; y cuanto más lejanos fuesen, mejor.

Quería un hijo, tal vez dos.

Pero no de Hana.

—No es un tema que hablaría en estas condiciones —farfulló.

—¿Por qué no? —La chica hizo un mohín, acurrucándose más contra él—. Este es el momento en el que podemos hablar. Ahora casi no vas a la agencia y siempre tienes reuniones aquí y allá...

Jungkook trató de no bufar. Odiaba pisar la agencia porque la persona por la que iba ya no estaba. Andar por esos pasillos resultaba ahora innecesario, sin sentido y algo... molesto. No podía sacarse de su mente esa pregunta: ¿dónde estás?

Pero él no la iba a pronunciar en voz alta. Él estaba bien. Habían pasado dos semanas, catorce días que no significaban nada para él. Nada. Si quería sexo, podía buscar a Hana.

—Somos muy jóvenes —resolvió decir después de varios segundos—. Tú eres una linda modelo, recién iniciando tu carrera, y no querrás dañar tu figura. Deberíamos esperar.

Quiso reírse. Él ahora estaba contradiciéndose. En un principio, su único plan fue formar una familia tradicional con Hana y enseñarle al viejo decrépito de Shin que podía ser un hombre maduro y responsable, que tenía su vida planificada, ordenada y estructurada como la de todos sus altos socios. Y cuando por fin ella estaba sugiriéndolo, la idea no le llamaba mucho la atención.

—¿Q-Qué? —Hana se escuchó dolida—. ¿Mi figura? Tú... ¿Me quieres solo por mi cuerpo?

El problema es que yo ni siquiera te quiero.

—Yo no dije eso —replicó pese a sí mismo. Se inclinó un poco y besó la coronilla de su esposa. El sueño ahora se había disipado por completo y solo quedaba una sensación pesada sobre su cuerpo—. Digo que deberíamos esperar. Solo un poco.

Harmful love - KookV [[Sin editar]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora