Capítulo 10

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Había llegado el día del festival, Haneul había estado manteniéndose al límite con Yoongi. Había estado repitiendo la pregunta del menor del grupo en su cabeza y se decía a si misma que no quería agobiar al mayor con su actitud posesiva.

Por otro lado, Yoongi se sentía cada vez peor, cuando notaba a la castaña darle espacio, se sentía enfermo. Incluso llego a pensar que ya ni siquiera le veía atractivo, y comenzó a culparse, empezando por haber usado la camisa de Chanyeol aquel día.

Esa mañana Yoongi despertó con horribles dolores en la parte baja de su abdomen, sentía que iba a morir en cualquier momento, el peliblanco temblaba y sudaba por montones.

Su madre no estaba en casa, había ido a visitar a hermana menor de esta, que recientemente había dado a luz, y su hermano estaba trabajando. En ese momento escucho su celular, no tenía ganas de contestar así que dejo que sonara. Al poco tiempo de dejar de escuchar la melodía en el aparato, volvió a sonar, así pasaron tres veces. Esta vez escucho el timbre de la casa, si no contestaba su celular menos iba a bajar a abrir la puerta.

Ayúdame.

El calor que sentía en su cuerpo era desesperante.

Escucho la puerta de su habitación ser abierta de golpe y un cuerpo recostarse a su lado abrazándolo.

- ¿Cómo entraste? – Pregunto con la poca cordura que le quedaba al aspirar aquel olor que lo embriagaba.

- Por la ventana de atrás. – Escucho decir a su novia antes de voltearse y abrazarla.

Llevo su rostro al cuello de la chica, necesitaba llenarse se esa deliciosa esencia. Haneul sabía que Yoongi estaba en celo, y sabía que estar solos en ese momento les traería grandes problemas, pero su lobo le impedía salir de ahí, no podía dejar solo a su omega y menos en ese momento.

- Ayúdame Haneul. – Pidió el mayor. – Por favor, calma este dolor.

La castaña se estaba volviendo loca, el olor de Yoongi era cada vez más fuerte, ahora ella estaba comenzando a sentir calor.

Debes aguantar, vamos Haneul tu puedes.

- Hagamos el amor, por favor. - La voz del peliblanco había sonado como a una súplica. – Márcame Haneul, hazlo... te lo pido.

La castaña cerro sus ojos con fuerza, lo que Yoongi le estaba pidiendo era demasiado, su padre y el tío de Yoongi los matarían – no literal. –

- Demuéstrame que me sigues amando. – Dijo el mayor y Haneul abrió sus ojos. – Porque últimamente siento que no lo haces.

Yoongi comenzó a sollozar en el cuello de Haneul, y el corazón de esta se estrujo. Levanto el rostro del mayor y seco las lágrimas que corrían por su rostro, para luego besarlo, lento, quería demostrarle que jamás iba a poder dejar de amarlo, solo con un simple beso.

- No vuelvas a pensar eso Min Yoongi. – Susurro la chica cerca de los labios contrarios. – Jamás dejaría de amarte, tendrían que arrancarme el corazón para que eso suceda.

Yoongi siguió llorando, volviendo a besar los labios de la chica. Las lágrimas que ahora eran de ambos, rodaban por sus rostros uniéndose en la boca de ambos, podían sentir lo salado de estas entre el beso que se daban.

El mayor se subió encima de Haneul sin separar sus labios de los contrarios, una de sus manos fue directo dentro de la camisa de la chica, podía sentir lo caliente de su piel. Haneul hizo lo mismo, necesitaba sentir la piel de su omega. Yoongi bajo sus besos hasta el cuello de su novia, volviendo a aspirar aquel dulce sabor a chocolate.

El Lobo Blanco | Min Yoongi | OmegaverseWhere stories live. Discover now