Amando el cosmo

Cap. 37

PRIMAVERA  DÍA 10

Las grandes puertas de la habitación compartida de los Reyes del universo se abrieron dejando entrar a tres hermanos de disparejas cabelleras día, noche y el ocaso se adentraron a la recamara de sus padres buscando a él rey del universo Egberth Kurtz, el zafiro y el par de cielo miraron a su padre sentado escondiendo los vendajes con una delgada camisa blanca

Una pequeña sonrisa de la esposa del universo se apoderó del rostro ante el infantil y desesperación de sus hijos al entrar a la habitación, desear mirar con sus propios ojos el estado de su progenitor, hombro junto a la mitad del abdomen vendado ante las heridas recibidas por el deseo de proteger a sus compañeros, familia y las galaxias

La Princesa corrió hacia su padre subiendo a la cama abriendo sus brazos atrapando a su progenitor en un abrazo fuerte uno del cual pensó que no podría darle otro día más, liberando su preocupación en las lágrimas de alivio al ver a su padre vivo y no la imagen de su padre derrumbándose frente a sus ojos lleno de sangre

La sonrisa en el rostro del Rey del Universo como su mirada brillaron con la belleza del hogar de las estrellas el cosmos, un dolor se apodero de su corazón al ver el miedo como desesperación de sus hijos mayores siendo escondidos por el silencio y tranquilidad, sonrió acariciando las hebras rojas oscuras de su pequeña princesa sollozando en sus abrazos, temer ante la voz de los demonios anhelar la sangre de sus hijos

- Vamos vamos no estoy muerto. (el rey del universo sonrió palmeando la espalda de su pequeña hija) - Mi pequeña luna deja de llorar.

La esposa del universo dejo salir un suspiro lleno de resignación mirando a su amado esposo el universo bromear ante una verdad no muy alejada de la gravedad ante las heridas acumuladas en el cuerpo por el descuido, junto a la falta de interés en la protección propia si había un herido se volvería un escudo 

Convertirse en el escudo para proteger lo que atesora en su corazón, sonrió dulce al ver el cariño de las palmadas suaves de las manos de su amado universo hacia su pequeña e única hija intentando calmar la preocupación y el miedo de perder a su padre

La pequeña princesa se separó de su padre limpiando cada una de sus lágrimas derramadas al ver las heridas de su progenitor había recibido por proteger lo que más amaba su familia, así como sus compañeros fieles en el campo de guerra, limpiando con sus manos las lágrimas y sólo por un momento las palabras de su hermano mayor varick volvieron a su mente una verdad que muchas veces escucho en juego

No estaba hecha para la guerra, alzando su mirada ante el tacto lleno de cariño y amor admiro el zafiro que siempre estuvo desde el primer día donde abrió sus ojos, la calidez de la cual había recibido, creciendo sin algún inconveniente

Calor y dulzura del par de zafiros que daría su vida por su familia, el amor de un padre hacia su hijo

- Padre se encuentra mejor. (pregunto el príncipe heredero rompiendo su silencio)

- Vamos Varick se que soy viejo pero no es para tanto. (respondió el Rey del Universo mirando a su hija sentarse  en la cama) - Lo mas importante es saber como van la recontrccuion de la capital, los informes de las demás Galaxias . (Rasco su nuca intentando recordar su trabajo) - Lamento dejarte el trabajo duro. (declaró con sarcasmo)

- No debe sentirlo Padre el sera el futuro Rey de Raissa y debe hacer este trabajo tarde o temprano. (el rey del sol  intervino mirando a su padre, una imagen apareció en sus ojos)