cap. 74

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El resonar de las espadas de cada uno de los tres Reyes frenaron el avance de aquellas bestias nacida de la oscuridad, los intentos de las bestias por adentrarse a el palacio dorado de Raissa resonó en cada golpe de los tentáculos sobre el campo de energía, los tres pares de colores de las miradas de los regentes de los débiles hirvieron con deseo de tomar su palabra jurada, proteger con sus propias vidas si era necesario a los débiles, la gran cantidad de bestias aparecieron detrás de la derrota de los soldados de hielo





Los orbes avellana del Rey  Soterios Wolff regente de la Galaxia 1 fueron escondidos por el telón dejando que la energía de la espada en su mano volviera a su origen, retrocediendo cinco pasos hacia atrás dejando a la espada y el escudo en el frente, hincándose en el suelo detrás de sus compañeros de batalla recordando la infancia donde el entrenamiento se volvía duro día tras día ante el deber de proteger a la estrella que iluminaria el futuro de Raissa, desear ser fuertes ante el gran intenso brillo de la estrella, anhelar pararse a la par de la estrella los llevo a luchar, aprender y pulir cada segmento enseñado 



Dejando caer su peso sobre la pierna diestra apoyándose con su otra pierna en el suelo siendo el pivote de su postura para su ataque, dejando que el peso cayera sobre la bota marrón de la armadura absorbiendo energía del entorno, uniendo fundiendo la energía interna almacenada en el núcleo con la energía llevándola al punto más alto 




Canalizando la energía que se encontraba sobre su mano dejando que la energía recorriera sus manos hasta sus huellas dactilares concentrando el movimiento de la energía imagino, alzando su quijada colocando sus manos en posición de tiro dejando que su palma izquierda resplandeciera ante la energía de su interior moldeándola en un arco marrón tan grande que el mismo molde creado por la mente del rey Soterios toco la tierra muerta sobrepasando el rostro del poseedor de la avellana en su mirada



Solo por 5cm más sobre el arco sobrepaso la cabeza de las hebras castañas del líder de los Dagnas, recorriendo su mano dominante hacia atrás dejando canalizar su energía en sus huellas dactilares sobre dos de sus dedos moldeando ante el deseo de su mente, el arma predominante de su ex puesto de caballero dorado Estor, la flecha qué surca hacia el cielo rompiendo las corrientes del aire




Los esmeraldas miraron de reojo a su hermano hincado en el suelo canalizando su energia listo para lanzar su ataque a las bestias, volteo su vista rapido esquivando un gran tentáculo negro de la bestia frunció su ceño corriendo brincando blandiendo su espada con sus dos manos cortando sobre la superficie de la dura piel negra de los tentáculos escuchando el rugir de la bestia ante la leve herida en su cuerpo llorando al ser lastimado por el filo de su enemigo



Agachandose ante el taque de la bestia lanzando su tentáculo, el sonido del viento siendo roto por la flecha marron de energía, la punta de la flecha sobrepaso el viento y cada corriente qué el cielo acogia, el gran rugido resonó sobre el campo de guerra, viscoso y grumoso se derramó de la coraza negra de la bestia por la flecha, el posedor de los esmeraldas se levanto rapido corriendo hacia enfrente brincando blandiendo su espada cortando el tentáculo herido por la flecha paralizadora de su hermano gemelo



Diversas flechas fueron liberadas rompiendo las corrientes de los vientos incrustrandose en la dura piel de las bestias, rugiendo ante el mismo dolor repitiendose por el filo y la energia incrustarse recorriendo cada centímetro de la existencia de las bestias, las flechas realizaron su objetivo paralizando los tentáculos otorgando tiempo para que  el filo de las espadas de sus compañeros terminaran el trabajo de destruir cada una de las bestias qué habían sido traídas del mundo de la sombras


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