Un Bebé En El Área (Newt y tú) CORRIGIENDO ORTOGRAFÍA

36

-Bienvenidos, chicos-exclamó-Aunque nadie me creía, yo siempre dije que iban a regresar. Me alegra que hayan tomado la decisión correcta.

-Comencemos de una vez por todas-repuso Thomas.

-Me parece una idea excelente-dijo Janson mientras retrocedía unos pasos y hacía una ligera reverencia-Adelante.

Caminamos delante de la Rata e ingresamos en el cuartel general de CRUEL.

Entramos en un amplio vestíbulo que tenía sillas y sofás colocados frente a un escritorio grande y vacío. Era diferente de los que había visto la última vez que había estado allí.

-Pensé que podríamos pasar unos minutos por mi oficina-dijo Janson señalando el corredor hacia la derecha del vestíbulo. Comenzamos a caminar en esa dirección-Lamentamos muchísimo lo ocurrido en Denver. Es una pena perder una ciudad con semejante potencial. Una razón más para hacer esto con toda rapidez.

-¿Y qué es lo que tiene que hacer?- preguntó Thomas.

-Conversaremos sobre eso en mi oficina. Allí nos espera nuestro equipo líder.

-Está bien-asintió Thomas-Pero primero tengo que ir al baño.

-Hay uno allá adelante-respondió la Rata.

Doblamos en esquina y continuamos andando por un pasillo aún más sombrío que conducía al baño de hombres.

-Esperaremos afuera-anunció Janson señalando la puerta con la cabeza.

Thomas entró sin decir una palabra.

Confiaba en el que pudiera hacer todo al pie de la letra. Y que todo saldría bien una vez que el dispositivo fuera instalado.

》¿Y los niños?-preguntó Jason dirigiendo su mirada hacia mi.

-Estan bien.

-No pensé que te separarias de ellos.

-Yo tampoco-mi voz flaqueo por un momento al pensar en mis bebés-Pero era mejor asi. Ellos estaban durmiendo cuando Thomas y yo salimos; ademas, es mejor que no estén aqui ¿verdad?

-Si, puede ser-asintió Jason-¿Y Newt? Supongo que él los está cuidando.

-No... Él... Como sabes, no es inmune, y pues...

-Entiendo, siento escuchar eso.

En ese momento, Thomas salió del baño.

-¿Todo listo? -preguntó Janson con una amabilidad irritante.

-Todo listo-asintió Thomas.

En el camino pasaron frente a algunos retratos torcidos que colgaban de las paredes. Eran de la Ministra Paige, iguales a los que había visto en los carteles de Denver.

-¿Alguna vez conoceremos a la Ministra?-preguntó finalmente Thomas.

-La Ministra Paige está muy ocupada-respondió Janson-No debes olvidar que completar el plano y finalizar la cura es sólo el principio. Todavía estamos organizando la logística de cómo lo daremos a conocer a las masas. En este mismo instante, todo el equipo está trabajando con gran empeño.

-¿Por qué están tan seguros de que esto funcionará? ¿Por qué solamente nosotros?

Janson se dio la vuelta y lo observó unos segundos.

-Estoy seguro, Thomas. Creo en esto con todo mi ser. Y te prometo que recibirán el reconocimiento que merecen.

-No quiero ningún reconocimiento.

-Ni yo-hablé.

-Hemos llegado-repuso la Rata, sin prestar atención a nuestras palabras, o eso parecia.

La Rata abrió la puerta, igual a todas las demás, y nos hizo pasar.

Había dos personas sentadas frente al escritorio.
Una mujer que llevaba saco y pantalones oscuros, pelo largo y rojo y unos lentes de marco fino. Y, un hombre calvo, de rostro anguloso y delgado, vestía el uniforme verde de cirujano.

-Estos son mis socios-dijo Janson tomando asiento detrás del escritorio. Nos hizo un ademán a Thomas y a mi para que nos sentaramos en las sillas restantes, entre los dos visitantes, y así lo hicimos-. La doctora Wright-señaló a la mujer-es nuestra psicóloga principal, y el doctor Christensen es nuestro médico líder. Discúlpenme si las presentaciones son un poco breves, pero tenemos mucho que discutir.

-¿Por qué somos los Candidatos Finales?-preguntó Thomas, yendo directamente al
Janson puso en orden sus pensamientos mientras jugueteaba con los objetos que había encima del escritorio. Luego se reclinó y juntó las manos sobre las rodillas.

-Excelente pregunta. Teníamos un puñado de, perdón por el término, reclutados destinados al comienzo para... competir por este privilegio. Recientemente se redujo a Teresa y a ustedes dos. Pero ella tiene una manera de obedecer las órdenes de la que tú, Thomas, careces. Y _______ simplemente te sigue a ti, aunque conociendola, sino estuvieras, tampoco obedeceria, siempre fue algo rebelde. Su tendencia al pensamiento libre es lo que finalmente determinó que sean los Candidatos Finales.

-Acabemos con esto de una vez-dijo Thomas.

-Un poco de paciencia, por favor. Esto no llevará mucho tiempo. Recuerda que reunir los Paradigmas de la Zona Letal es una operación delicada. Estamos tratando con su mente, y el más ligero contratiempo puede hacer que las conclusiones resultantes carezcan de valor.

-Sí-añadió la doctora Wright-Yo sé que Janson te mencionó cuán importante es que hayan regresado. Y estamos contentos de que hayan tomado esta decisión. Su tono de voz era suave, pero firme.

El doctor Christensen se aclaró la garganta.

-Yo creo que esta era la única decisión posible. El mundo entero está al borde del colapso y ustedes pueden ayudar a salvarlo.

-Si usted lo dice-repuso Thomas.

-Exactamente-intervino Janson-Nosotros lo decimos. Todo está listo. Pero todavía hay una cosita más que tenemos que contarles para que puedan entender exactamente la decisión que han tomado.

-¿Una cosita más? ¿Acaso no es precisamente la intención de las Variables que no sepamos todo? ¿Nos van a arrojar a una jaula con gorilas o algo así? ¿O tal vez hacernos atravesar un campo minado? ¿Lanzarnos al mar y ver si somos capaces de regresar nadando a la orilla? ¿Mandarnos a la luna con unos monstruos y tener que sobrevivir alli?

-Cuéntales el resto -replicó el doctor Christensen.

-¿El resto?-exclamó Thomas.

-Sí, Thomas-asintió Janson con un suspiro-Después de todas las Pruebas y de todos los estudios, luego de todos los Paradigmas que se recolectaron y analizaron, y de todas las Variables a las que los expusimos a ustedes y a sus amigos, todo se reduce a esto.

-¿A qué se reduce?-pregunté.

Janson se inclinó hacia adelante y apoyó los codos en el escritorio; una mirada grave ensombrecía su rostro.

-Una última cuestión.

-¿Cuál es?

-Chicos, necesitamos su cerebro.

No olviden que los amodoro.

*Belu