-Con...
Lo que usted quiera mi señor...Daddy se acercó aún más, hasta que nuestros hombros estaban a punto de rozarse. Bastante incómodo trataba de retroceder, pero ya estaba en el borde de la cama, cuando el señor Min ejerció un poco de fuerza, provocó que cayera y quedara acostado en la cama.
—Entonces lo que yo quiera...— Repitió mi amo con voz ronca, casi como un susurro, pero tan firme cómo la orden de un general del ejército.
Yoongi comenzó a subirse lento al pequeño cuerpo que se encontraba enfrente, el cual tenía marcas en su cuello, aquel cuello de color tan perfecto, y con una textura única mezclado con un olor tan embriagante que hipnotizaba al mayor gritándole sigilosamente "márcame".
Solo pude asentir con la mirada, quisiera o no, era mi deber, mi obligación mantener contento a Daddy... debía cumplir con sus ordenes y hacer lo que fuera necesario. Aquí no importaban mis sentimientos, solo importaba el bienestar de mi amo.
Yoongi se acercó lento, y juntó sus labios con los de su pequeño bebé.
Ahh... tanto tiempo había esperado para éste momento, tanto esfuerzo había hecho para no probar aquellos carnosos pero prohibidos labios que le llamaban tanto la atención, cada vez que lo miraba e iba a visitarlo... Sin que él se diera cuenta, claramente.Jimin solo cerró los ojos con fuerza, con su ceño, inconscientemente fruncido, como si haciendo eso, aquel momento pararía y él podría escapar.
A pesar de que su amo era bastante apuesto, lo que ocurriría no lo hacía feliz... Con apenas dos días de conocerlo, no era tiempo suficiente para entregarse de tal manera, al menos eso pensaba él.
Yoongi no había notado la incomodidad de su pequeño; estaba tan cegado y controlado por su deseo, que no se fijaba en nada, ni siquiera en un detalle tan obvio.
Su brazo izquierdo estaba a lado de la cabeza de Jimin, se estaba recargando en su antebrazo ya que así lograba tener más cercanía. Su mano derecha bajó delicadamente, y llegó hasta las rodillas del más pequeño. Sin pensarlo dos veces, comenzó a recorrer su cuerpo, proporcionando caricias en sus cortas piernas, hasta que, un pequeño roce en la zona sensible del menor, fue suficiente para que Jimin se tensara por completo. Fue hasta ese momento, en que el más grande notó aquellas lagrimas sigilosas que caían por los ojos cerrados de su bebé. Rápidamente apartó la mano de aquel lugar, y notó como éste se calmaba un poco más.—¿Jimin?— Dijo Yoongi con una voz demasiado grave, debido a la excitación.
Jimin no abría los ojos, así que Yoongi volvió a hablar.—Jimin.— Dijo en tono autoritario. —Abre los ojos.— repitió firme.
A Jimin no le quedó de otra opción más que obedecer.
Al hacerlo pudo ver el rostro de Yoongi, lleno de confusión, Yoongi puso su mano nuevamente, sobre la hombría del más bajo; notando inmediatamente como éste fruncía levemente su ceño, y apretaba las sabanas con sus manos hechas puños.
Yoongi apartó la mano, y pudo escuchar un suspiro de alivio, proveniente de Jimin.-Jimin tú... ¿Aún eres virgen?
Sentí como un peso muy grande se colocaba sobre mí. Si él sabía eso, era más propenso a dejar de serlo. Creí que justo en ese momento, Yoongi se lanzaría a mi, y me haría algo... doloroso.
Lo único que sentí, después de haber escuchado un pequeño bufido de felicidad, fueron sus brazos, rodeándome y apresandome.—¿Daddy...?— Pregunté con cierto nerviosismo.
Yoongi no dijo nada, solo suspiró y aprovecho para aspirar aquel aroma a fresas que el chico desprendía.
—¿Está molesto?...— pregunté con miedo. Daddy sólo negó con la cabeza y me abrazó más fuerte.
-No lo estoy... Ni un poco.—admitió in una sonrisa enorme en su rostro. No podía verlo (lamentablemente), pero pude sentirlo...
-Ven pequeño...
Yoongi se levantó y cargó a Jimin como una princesa, para posteriormente acomodarlo de manera correcta en la cama, recargando su espalda en la cabecera de ésta. Después, él también hizo presencia en aquel lugar, y se acostó junto a su amado bebé.
-Veamos una película, ¿bien?
Estaba totalmente confundido, pero no pude evitar sonreír al escuchar aquella propuesta. Amaba las películas... más que nada amaba los mimos, y sobre todas las cosas, amaba cambiar de actividad con tal de seguir siendo virgen.
Yoongi se dió cuenta, y sonrío. Estaba completamente feliz, aunque el pequeño no lo supiera, Yoongi tuvo que esperar mucho para poder hacerlo de su pertenencia... Desde el primer momento en que lo miró, supo que era alguien con quien quería compartir muchísimo tiempo...
Jimin realmente era ignorante de muchas cuestiones, pero todo esto fue por orden directa de Yoongi...
Sus vidas ya se hallaban cruzadas, pero el mayor se negaba a que se diera a conocer esa información, por miedo a obtener el rechazo de Jimin por pensar que era un acosador.
Jimin... Park Ji Min... Él realmente no sabía que tan involucrado ya estaba con Yoongi... Pues gracias a éste, Jimin pudo vivir una vida no tan mala como realmente debía ser. Pero el hombre millonario, no aceptaba la idea de que le dijeran así como así, que a Jimin le iba masomenos bien, gracias a que un hombre mayor que él, pero bastante joven de edad, y con mucho dinero, pagaba por su bienestar.—Bien, hermoso..., ¿Qué quieres ver?— me quedé pensando un rato y después llegó una idea a mi mente. —¡MULAN!— grité emocionado.
Yoongi prendió el gran televisor que tenía en su habitación, y entró a la aplicación de Netflix.
Buscó aquella película que su bebé quería ver, pero por más esmero que hizo en buscarla, jamás la encontró.-No se preocupe Daddy, podemos ver otra.
No quería hacerlo sentir mal, así que actúe con naturalidad, e hice un leve aeyo.
Al ver que asentía, sonreí y me acomodé mejor en la cama.—¡¡Daddy!!, ¡Quiero ver Hércules!
-De acuerdo, pequeño.
(...)
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25 Millones.
Fanfiction3 millones fue la primera oferta. 8 millones fue la segunda oferta. El señor Kang terminó comprandote por 12 millones. El tipo de cabellera azul está dispuesto a pagar más del doble por ti. Donde Jimin se esfuerza para tomar una postura firme e imp...