25 Millones.

[4] Regalo de despedida

Me paseé viendo la habitación... "Todo planeado" ¿qué clase de respuesta era esa?
Llegué a unas puertas grandes de cristal el cual a simple vista parecía plástico, forrado con un degradado de tonos rosas, abajo de ellas habían cajones.
En total habían 5 cajones, de los cuales 3 eran largos y estaban abajo, estos estaban vacíos y dos eran pequeños, estaban arriba de los largos pero abajo de las puertas.
Los pequeños de arriba uno tenía muchos bóxers, otro tenía calcetas, calcetines y medias.
Abrí las puertas y observé mucha ropa, algunos eran vestidos, otras eran faldas, pero lo que más llamó mi atención era unas pijamas de animales que parecían botargas, realmente hermosas.
Enfrente de la cama había un buró grande con un espejo de tamaño completo y a lado otro espejo el cual era más ancho, abajo había un espacio de donde podías sacar un pequeño "banco" por así decirlo el cual tenía cojines cosidos abajo.
En éste también habían cajones vacíos, pero arriba, -enfrente del espejo ancho- había un cepillo, un desodorante y muchas diademas.
Habían de flores, con orejas de gato, de conejo y de osito, también habían unas negras delgadas y muchas rosas y rojas.
Me aparté y caminé para poder sentarme en la cama, subí aquella maleta que Kayto me había dado antes de irme y la abrí con cierto miedo y a la vez precaución.

Habían muchas cremas corporales, perfumes, cremas para manos, labiales con olor, algunos con sabor, algunos otros de los dos, dos tubitos de pasta dental, dos botes de tamaño normal de algo que parecía ser shampoo, y 5 paquetes de jabón en barra, todo esto con sabor y/o olor a fresa. También habían barnices, pulseras y un paquete de tres cepillos dentales de colores rosas.

A pesar de todo... La fresa era mi fruta favorita... Sonreí inconsciente al sentirme conmovido hasta que encontré otra bolsa -la cual estaba adentro de la maleta-.

Lubricante, condones, pastillas... Y... ¡Consoladores!, balas, vibradores, correas, un látigo, dos pares de esposas... Todo en tonalidades de rosa y con sabor a fresa... Lo que podía tener sabor... Y olor claro.

-Eres un idiota Kayto.—Bufé molesto hasta que vi una tercera bolsa—.

-¿Por qué tantas bolsas?, ¡Contaminador del ambiente!—Hice mi mano puñito mientras decía la última frase como en las películas, reí y tomé la tercera bolsa, la abrí lento y encontré una caja de Poki's de fresa, solté un gritito ahogado de la felicidad. Al intentar sacarlos, un papelito salió, lo tomé y me dispuse a leer el contenido—.

"Jiminnie...
Fui un idiota contigo
Lo sé, pero... Antes de que
Te vayas de mi lado,
quiero que sepas algo...
No quiero que me odies toda
Tu vida....

A pesar de que
efectivamente soy una mierda de
persona... Creo que deberías
Saber que hice lo mejor que pude
para criarte.

Tus padres te abandonaron y
el meterte a éste negocio era lo único
Que me aseguraba que podrías tener un futuro estable...

Ahora has ganado la lotería...

Min Yoon Gi...

Él sabrá cómo cuidarte...

Olvida tu vida pasada pues estoy seguro que no tendrás que volver a ella...

Vive sano y feliz, recuerda lo que te he enseñado sobre cómo ser un buen baby...

Te he dado un par de cosas, espero te gusten gggg, tómalo como un regalo de despedida.

Úsalas y disfruta tu vida de ahora en adelante... Quién sabe... Tal ves algún día logres tu libertad.

Cuídate mocoso.
Te quiere
Tu Hyung al que más odias.

Kayto."

-Idiota... Eso ya lo sabia... Y no te odio... Nunca he podido odiar a alguien y lo sabes.

Suspiré cansado y cerré la maleta, me levante de la cama y la escondí en el armario, bajé una de las pijamas y me cambie la ropa, elegí una pijama de un osito color café, este tenía un gorrito muy grande y tenía orejitas.

Al terminar de cambiarme me lavé los dientes y me recosté en la cama, apague todas las luces menos una que estaba en una mesita a lado mío la cual también tenía un reloj.

No podía dormir, estaba demasiado ansioso... Vi de lejos la caja de Poki's y la tomé, la abrí lento para no hacer mucho ruido y me llevé uno a la boca.
Fui comiéndolos lento hasta que sentí mucho sueño, dejé la caja casi vacía sobre la mesa, apague la luz y me di la vuelta para poder dormir.

•.   •.   •.   •.

No sé que estaba soñando, pero sí recuerdo que no era algo lindo.
Desperté exaltado, mi cuerpo estaba lleno de sudor y cuando me dí cuenta estaba completamente extendido en mi cama, era de madrugada, lo podía ver por una gran ventana hacia el patio que mi cuarto tenía, rápidamente olvide mi sueño y me distraje con el hecho de que, enserio, me había estirado como estrella sobre toda la cama, incluso algunas cobijas se habían caído.

Volví a tomar las cobijas, las acomodé y me dispuse a volver a dormir, tomando una posición en la cual no me movería en toda la noche, prácticamente me había hecho bolita, cerré los ojos no sin antes haber comido otro Poki y me dejé llevar por el gran sueño que tenía.

No me moví en toda la noche, mi sueño se estaba tornando feo de nuevo...
Me encontraba con mi sugar daddy anterior... Me estaba haciendo daño...
Sentí mi cuerpo comenzar a sudar y la impotencia en mi aumentaba por cada segundo que transcurría sintiendo como me tensaba sin poder hacer nada para impedirlo.

De repente sentí una mano acariciar mi mejilla, sin poder evitarlo y por puro reflejo abrí los ojos, sostuve la mano que me tocaba con mi mano izquierda, jalándolo provocando que se acercara, al estar cerca -lo cual pasó en segundos- di un golpe con mi mano derecha hecha puño, no me detuve a revisar si había acertado. Gracias a la velocidad que llevaba mi golpe pude tomar impulso, dándole una vuelta al dueño de la mano que me acarició, y obligándolo a caer sobre la cama.

De alguna manera u otra, el gran cuerpo al que había golpeado -o lo había intentado- se encontraba sobre la cama acostado y yo sobre su regazo sosteniendo con fuerza sus muñecas con mis manos sobre su cabeza y mis piernas un poco enredadas sobre las suyas para evitar que se moviera.
Gracias a la posición nuestros rostros quedaron bastante cerca, 10 centímetros a lo mucho.
Mi vista aún se encontraba borrosa pues me acababa de despertar, fruncí mi ceño y parpadeé varias veces para poder mejorar mi visión y así poder conocer el rostro perteneciente al cuerpo debajo mío.
Cuando por fin pude verlo sentí como mi corazón se paraba, mi sangre se congelaba y mi cuerpo se tensaba de sobre manera.

-S-señor Min...

Mi cuerpo realmente no reaccionaba, ni siquiera sabía cómo es que había sucedido esto, fue simple reflejo ante el horrible sueño que había vuelto a tener.
Sentía su respiración chocar con la mía y logré ver cómo este fruncía su ceño... no tanto con molestia... más bien con... ¿Angustia?

Las lágrimas contenidas en mis ojos por el desespero de no poder defenderme en mi sueño se hicieron presentes, rodando por mis mejillas y, por suerte, siguiendo su trayecto hasta llegar a mi cuello, me sentí aliviado al notar que ninguna había caído sobre mi dueño.