14. Imagina... Acoso.

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"El día que me violen, va a morir una muy grande parte de mi" éstas son las palabras que el 50% de mujeres se recalcan al salir a la calle, lo peor del caso es que muchas personas son testigo del acoso a toda mujer y no se atreven a hacer absolutamente nada. Estas mujeres sufren desde piropos sexuales hasta tocamientos violentos al montarse en algún transporte público. Muchas niñas han sufrido este acoso cuando apenas están comenzando su proceso de pubertad, éstas han crecido con miedo e inseguridad al notar que un depravado observa sus piernas detenidamente al utilizar algún pantalón corto o alguna falda. Éste capítulo que les dejo a continuación es para observar lo que sufre toda mujer por el simple hecho de vestir ropa que a nosotras nos gusta.

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Como siempre, te levantas de muy mal humor pues los lunes por las mañanas no eran tus favoritos, siempre te entristeces al saber que es domingo pero lamentablemente no puedes hacer nada como para parar el tiempo. Te duchas y te vistes decidida en ponerte algo lindo para satisfacer a tu novio, pero sin pensarlo dos veces antes de hacerlo.

Tomas tus llaves y cierras la puerta de tu casa para luego caminar con un semblante confiado en tu aura, pues te sentías de maravilla, te sentías bastante hermosa y muy bien dando a olvidar el mal humor que tenías hace poco. Siguiendo tu camino, tu vista solo se fija hacía delante, sin darle importancia a las demás personas que se encontraban a tu alrededor, no te percataste de las miradas que lanzaban los hombres hacía ti, no fue entonces que escuchaste los silbidos y "piropos" que te daban aquellos enfermos.

No te sentías igual que antes, te sentías indefensa, pudiste notar las miradas que se clavaban en tus piernas al igual que miles de cuchillos. No llevabas algo fuera de losñ normal, pero aquella falda común y corriente, dejaba ver tus piernas las cuales se encontraban cubiertas por medias que te llegaban a las rodillas.

oye cariño ¿por qué no te quitas esas medias? Así puedo ver mejor tus lindas piernas todo aquello te resultaba bastante incómodo, pero no podías hacer nada, ya el mal estaba hecho.

Al llegar a la parada de bus, pudiste observar como un bus venía cerca así que apresuraste el paso para que así no te dejara. Tu pesadilla se había cumplido ¡no habían puestos! Pero bien sabías que había solución, solo tendrías que esperar. Justificando a las demás personas, creíste que el señor que se encontraba a tu lado no era de esas personas perversas y enfermas pues no todos son así. Confiada pero a la vez con miedo te acercaste al señor para poder aguantarte con el tubo que se encontraba frente a él.

Tus pensamientos ingenuos fueron completamente equivocados, el señor que estaba a tu lado, se fue acercando aún más pero siempre buscabas una manera de justificarlo "hay muchas personas aquí... Debe ser por eso que se está acercando, no cabemos todos" como siempre, te encontrabas equivocada, al pasar los segundos el señor se fue acercando aún más a ti, haciendo que te pusieras un poco nerviosa y asustada, pero tu miedo aumentó más al sentir como la mano de aquel señor se había posicionado en tus piernas acariciandolas suavemente.

¡oiga! Aleje esas sucias manos de mí— gritaste indignada y muy molesta.

—¡pero que yo no le he hecho nada!— contestó el señor de mala manera, parecía molesto como se le hubieras ofendido. Al pasar los minutos pudiste volver a sentir la mano del descarado sobre tus piernas pero esta vez no te ibas a quedar sin hacer nada.

¡eres un maldito mama huevos! ¡Bastardo!— le pediste al chofer que te dejara en esta parada y sin mirar atrás, saliste del bus un poco enfurruñada y con las mejillas rojas por la ira. Aunque sabías que aún faltaban 6 cuadras para llegar a tu destino decidiste ir caminando, todo era mejor que el bus.

Otro día cualquiera, esta vez, te colocaste un pantalón corto deportivo junto a tu suéter y tus zapatos, en tu hombro colgaba el bolso el cual llevabas varias cosas para poder practicar en paz. Hoy era el día en que tenías que practicar aquella difícil coreografía que te había enseñado Jungkook y pretendías ir cómoda para poder ensayar mejor.

Vamos de nuevos, silbidos, piropos que tu nunca pediste que te dijeran, todo aquello ya te esta hartando pero no podías pedir ayuda pues sabías bien que nadie te iba a ayudar. De un momento a otro, un señor te siguió con la mirada para luego ir a la misma dirección a la cual ibas tu "seguramente va al mismo lugar que yo..." cada paso que dabas contaba cada paso de daba él, y por cada esquina por la que doblabas se encontraba aquel señor que te venía siguiendo desde hace ya rato.

Unos estudiantes de secundaria te miraron fijamente mientras sacaban un celular para poder tomar una foto de tu gran culo pero estos no eran muy discretos que digamos.

oye linda ¿por qué no posas para la cámara? Apuesto que te veras ardiente con ese culazo que te cargas... aquellos estudiantes se rieron para así tomar una foto pero ni caso le hacías, por dentro era que te estabas muriendo de asco y miedo.

Los días siguieron iguales, todos los piropos parecían hacerse más y más constantes pero a pesar de esto, nadie sabía por lo que estabas pasando, no querías preocupar a nadie y mucho menos a Jungkook. Un día trataron de violarte pero por suerte no lo consiguieron y pudiste escaparte lo más rápido posible. Te sentías sumamente pequeña, indefensa, muy insegura al salir, ya ni te gustaba salir por aquellos piropos que tenías miedo que te dijeran.

Era muy preocupante, porque a pesar de que demuestres una sonrisa de oreja a oreja, tus ojos reflejan aquella tristeza y dolor el cual habías estado sufriendo hace ya mucho tiempo pero de la cual nadie sabía ni creía que estabas pasando.

Un día como otros, llegaste con lágrimas en los ojos, tu cabello castaño, largo y sedoso ahora se encontraba totalmente despeinado, tus prendas estaban muy desordenadas y en tu mejilla se encontraba una mano marcada dando a entender que te habían golpeado, tu respiración era muy agitada y tus piernas eran muy débiles como para caminar por si solas. Otra vez. Otra vez. Otra vez.

Esa palabra rondaba por tu cabeza una y otra vez, otra vez habían tratado de abusar de ti pero esta vez fue mucho más grave. Los chicos al verte así, se asustaron y trataron de averiguar que era lo que había pasado. Sin poder más, comenzaste a llorar sin parar, tus lágrimas salían como una cascada y tu nariz estaba roja.

Aunque no entendiera, Jungkook te tomó para poder darte un fuerte abrazo el cual consiguió calmarte y hacer que tus lágrimas cesaran.

estoy contigo, no te preocupes, te voy a apoyar en lo que sea que te haya pasado, te amo y me preocupo por ti, solo quiero que confíes en mi y me digas con exactitud que fue lo que te ocurrió. Golpearé al que te haya hecho esto y te juro por Dios que nunca más estarás sola, te protegeré pase lo pase...

Imagina... Una Vida Juntos. (Jungkook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora