Capítulo VI: Abstinencia

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Viernes, 3:45 pm. Café&EsperaTé.

-¡Vamos Andre, necesitas divertirte! –Dani aún no sabe cómo hablar sin gritar.

-Lo voy a pensar.

-Siempre dices eso y luego dices que no.

-No miento, en serio lo pensaré. –Sonreí abiertamente y supliqué internamente que no insistieran más.

Un mes y medio había transcurrido luego de aquel día desastroso. Mi vida no es tan interesante para relatarles cada cosa que aconteció; claro que, hay bastantes primicias y una de ellas es que desde aquella vez, Alejandro no me ha hablado ni para darme los buenos días.

Al principio se sentía bien, pero luego empezó a molestarme mucho que ya ni siquiera me mirara.

Era extraño, parece que realmente me divertía discutiendo con él.

Recuerdo que llegué al día siguiente practicando la cantidad de burlas que le dedicaría si se me llegase a acercar, pero en lugar de eso, sólo me dedicó una mirada de despreció mientras se acomodaba las vendas en su nariz.

-Irán todos los del salón. –Gaby me miraba con ojos de cachorro mientras me tomaba la mano en señal de súplica.- ¡Vamos!

Gruñí.

-Vale.

Ambos se levantaron de golpe y comenzaron a bailar desvergonzadamente atrayendo la mirada de todos en el lugar. Reí fuerte y me uní a su baile sin pensarlo.

-Bien, suficiente de hacer el ridículo. –Me senté y tomé una bocanada de aire- ¿A qué hora y dónde nos vemos?

-Yo paso por ti a las ocho. –Dijo Dani con una sonrisa enorme en su rostro- Llevaré a un amiguito. No hay problema ¿cierto?

-Siempre y cuando no se besen frente a mí.

-No prometo nada. –Me guiñó el ojo.

-¿Y tú, Gaby?

-Yo iré con Carlos. –Dijo sonrojándose.

-¿Todos estarán en pareja? –Bufé. No es que me molestara estar sola, pero ¿qué se suponía que haría allá?

-Ya te conseguirás a alguien, Andre. –Comenzó a reír con picardía- O quizás esta noche Alex te hable. –Fruncí el ceño y lo golpeé.

-Te ves más lindo cuando estás callado.

No quería que me hablara, no necesito hablar con ese idiota.

Bueno, tal vez si quiera, pero sólo para decirle que es un idiota.

8:45 pm, Casa.

Si hay algo que odio más que el transporte público, es esperar. Sé que decir eso es un poco cínico, puesto que soy alguien demasiado impuntual, pero realmente me molestaba.

Justo ahora me encontraba sentada en el sofá viendo como Jack y Tef se besaban de una forma demasiado grotesca. No entiendo cómo fue qué pasó eso, pero de lo que estaba realmente segura es que Jack estaba utilizando a mi hermana para pasar su despecho y ella tenía certeza de eso.

¿Qué tan poco debes quererte para aceptar tan cosa?

-¿Pueden detenerse? –Mi ceño estaba intensamente fruncido.

-No seas celosa. –Tef sonreía como hace mucho tiempo no lo hacía. Lástima que eso no duraría mucho.

Sólo soy realista.

-Sí Andre, deja los celos. –Esta vez fue Jack quien habló. Su mirada, a diferencia de la de Tef, se veía muy apagada y triste. Él insistía en que se sentía bien, pero yo como buena mejor amiga sabía que eso no era así.

Me levanté del sofá y caminé hacía ellos con una leve sonrisa. Tomé de la mano a Jack y lo llevé hasta mi habitación.

-Dime qué demonios estás haciendo. –Dije cerrando la puerta tras de mí.

-Me doy la oportunidad con alguien que sí me ama. –Reí.

-Perfecto, tienes a alguien que amas a tu lado, pero, ¿tú la amas acaso?

-Aprenderé a amarla.

-¿Y qué pasará si no funciona? –Alcé una ceja- ¿Estarás ilusionándola hasta entonces? Disculpa que te diga esto Jack, pero ella es mi hermana y entre ella y tú, sabes quién está primero.

-No pienso volver a lastimarla, ella me hace sentir bien a pesar de que no la ame. –Suspiró- Es inexplicable, es como si con ella me sintiera menos miserable por lo que pasó, pero eso no significa que esté enamorado. ¿Entiendes? –Desgraciadamente, lo entendía, pero eso no lo hacía menos inadecuado de lo que era.

-Vale. –Abrí la puerta y le di paso. Él salió cabizbajo y yo hice un pequeño puchero.

"Querido Jack, necesitas entender tantas cosas.

Quisiera poder decirte todo esto, pero sé que estás en un momento demasiado complicado sentimentalmente.

Quieres hallarte a ti mismo, sentirte menos miserable a cuesta de otra persona; no te das cuenta de que a la única persona que necesitas es a ti mismo.

Hace un tiempo vi un vídeo en internet de una chica que aseguraba que perder el amor se sentía igual a cuando le quitas las drogas a un drogadicto, y el no tenerlo, era entrar en abstinencia.

Quería tratar de entender a Jack, ya que él ahora mismo se encuentra en abstinencia.

Pero, si la droga del amor ya no estaba en su vida ¿Qué vendría siendo Tef?

¿Era ella acaso ese calmante que te quita la ansiedad? ¿O quizás era una dosis mucho más pequeña y menos estimulante? "

Sólo asíWhere stories live. Discover now