Capítulo 11.- Quédate

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A la mañana siguiente, Mauro salió muy temprano

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A la mañana siguiente, Mauro salió muy temprano. Los celos que no quería admitir lo estaban matando.

Tony tenía razón. Él no tenía derecho a ponerse así. Ni siquiera él podía comprenderse.

¿Qué le importa lo que el otro haga? De seguro lo pasó muy bien en la cama de Wilson la noche anterior.

Se decidió por salir a comprar su café favorito y algunas frutas frescas, mientras más temprano mejor para poder escogerlas.

Mauro caminaba confundido viendo las frutas en venta, ni siquiera estaba concentrado en lo que hacía. Él sentía algo nuevo por ese chico. Nunca nadie le hizo sentir tantas cosas juntas: Admiración, odio, risas, coraje, enojo, estrés, deseo... ¿amor?

Pero eso era estúpido, no es posible hablar de amor cuando apenas y llevas unos pocos días conociendo a una persona.

—No se necesita ser sabio, para saber que ese niño está trapeando el suelo contigo, Chef —La voz de Nicole apareció de la nada. Mauro parpadeó y se sorprendió de verla a su lado.

—No puedes verme y asumir cosas que no son, niña.

Ella sonrió muy dulce, era pequeña y tierna.

—Todos lo hemos notado, Chef. No le quitas los ojos de encima. Cuando Tony cocina, habla, brinca o baila, si tan solo respira, solo tienes ojos para él.

—Estás confundida. Vigilo a mis trabajadores por igual, eso es todo.

—Él es un chico amoroso y muy bello. A kilómetros se nota que su corazón es bueno —lo miró a los ojos— a veces el amor llega de formas inesperadas y en el peor momento que se le pudiera ocurrir. Hay quienes tienen una pareja de muchos años y al final la relación no funciona. Entonces yo pienso que si aquello es verdad, tal vez y funcione a la inversa. Tal vez uno se puede encontrar con su alma gemela con solo verla, supongo que a eso es a lo que llaman amor a primera vista.

—Pero él no se parece a mí en nada —el Chef estaba muy frustrado—somos opuestos en todo. Él es tan ruidoso, brilla como la escarcha todo el tiempo, no se está quieto nunca, es muy exasperante, quiero matarlo casi todo el tiempo.

La chica comenzó a reír.

—¿Y te haría feliz alguien que fuera igual a ti?

Mauro no sabía qué responder.

—Eso pensé —Nicole le guiñó un ojo— toma una decisión o lo vas a perder. Wil tiene un sincero interés en él y no se rendirá a perderlo tan fácilmente.

—No es tan fácil. Mi vida tiene una rutina, su presencia la cambia por completo.

—Me haces recordar un viejo refrán que me decía mi abuelita: "A quien más se resiste, el amor con más fuerza lo arrastra".

Aquellas palabras de Nicole, sacudieron su corazón.

—Gracias.

—Creo que tienes mucho en qué pensar, te veo en el trabajo. Piensa muy bien lo que vas a hacer, suerte Chef.

Tony, chocolate y picanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora