De cómo empezó su historia

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Thor tenía alrededor de dos años, y por ello no recordaba como Loki llegaba a sus vidas. Creyó que venían como el resto de los bebés, donde las madres entraban a un aposento y aparecían con una bolita de carne en sus brazos. Eso le intentaron hacer creer en su infancia.

Pero sus memorias, a pesar de su corta edad, no olvidan los irises verdes, inocentes al mirar y brillantes hacia él.

El príncipe lo adoro desde ese momento.

Era el mayor, por tanto, debía protegerlo. De los gigantes de hielo en especial. No se atreverían a secuestrar a su hermano ni en esta, ni en otra vida.

Odín y Frigga se sintieron aliviados de los balbuceos del niño, pronto futuras promesas de protección y devoción a su hermano. Estaban tranquilos de que no lo rechazara.

Pues la verdad...no era su hermano.

El hijo de Bor le contó a su reina y a Heimdall la verdadera procedencia de Loki. Un gigante de hielo. El hijo de Laufey. Abandonado por sus padres, rescatado por el enemigo, proclamándolo como suyo.

El medio para un tratado diplomático. Ninguno de sus dos confidentes vieron esos motivos con buenos ojos, pero se callaron sus opiniones. En especial al ver lo felices que eran Thor con Loki detrás suyo, sonriendo con cariño e inocencia.

~●O●~

Loki llegaba un poco más arriba de los hombros de su hermano cuando la burbuja se reventó. Para uno de ellos.

Su padre les había mostrado las reliquias de Asgard como lección para aquel día. La historia de como él derrotó a Laufey en Jotunheim, tomando de premio el Cofre de los Inviernos Eternos. Thor juró que los destruiría a todos.

Luego se arrepentiría de esas palabras.

Cuando Odín los creyó esperando por Frigga y sus lecciones, Thor instó a Loki a escaparse.

-Pero mami ya viene-dijo el niño. El rubio hizo un mohín.

-Madre entenderá-dice extendiendo su mano. El ojiverde volvió a negar. El niño suspiró, retirando su mano y con ello la invitación. Se volvió hacis la puerta y dijo-Iré contigo o sin ti. Verás si quieres estar solo.

Eso último provocó miedo en el menor. Se levantó rapidamente y corrió hacia la puerta donde su hermano había pasado.

-¡No me dejes!-dice apunto de sollozar.

Unos pasos más adelante, Thor esboza una sonrisa triunfadora.


Ese fue el primer indicio de quién sería.

~●O●~



Terminaron por jugar a las escondidas en el Salón de Reliquias. Loki estaba contando, y la revelación se presentó mientras contaba del 3 hasta el 10.

Le dijo que contara apoyado en el Cofre, ya que era el lugar más obvio donde su hermano menor lo vería en cualquier punto. Le facilitaba el trabajo.

-Uno...dos...tres...-se quedó en silencio. Luego de volteó al pasillo, con una mano tapando sus ojitos cerrados y la otra apoyada en el cofre-¿Thor que sigue?

-¡Cuatro!-el pelinegro regresó a su posición anterior, mientras Thor se asomó con una sonrisa.

-Cuatro...-el mayor quiso reirse de la ternura de su herma...

Odinson abrió sus ojos desmesuradamente, y su sonrisa se terminó por borrar. Esto lo hacia por la imagen de la mano que habia apoyado en la reliquia, tornándose de un color azul.

-...Nueve...Diez...¡Allá voy!-descubrió sus irises verdes, y lo primero que vio fue al mayor asomado-¡Te vi Thor! ¡Gané!-celebró el pequeño.

-S-Sí...-musito, fingiendo una sonrisa de alegría-Ganaste.

~●O●~



Una mano azul...Loki...su mano cambió de color azul.

Thor hizo lo mismo que su hermanito antes de que Frigga los descubriera y les reprendiera por saltarse la clase.

El más pequeño se mostró avergonzado honestamente, Thor...seguía shockeado.

Miró su propia extremidad. Su mano no se transformó como hizo con Loki.

¿Por qué? ¿Era una maldición?

Su primer instinto fue el de correr con sus padres y pedir una respuesta, con tal de acabar con la preocupación que hacia mella en él. Mas una segunda voz, le susurraba que, de haber querido decirle algo, lo hubieran hecho. ¡Eran una familia, por las nornas! Si algo afectaba al más joven de los Odinson, debían decirselo también, ¿No?

Asi que hizo caso a la segunda y se detuvo a pensar; necesitaba una explicación que, si iba por sus padres, la negarían. ¿Donde más..?

Chasqueo la lengua (un gesto raro de un niño de ocho años), pensando en cómo no lo pensó antes; La biblioteca del castillo estaba llena de conocimientos de hace eones, por lo que debían contestarle en alguno de los manuscritos.

No lo dudó y fue corriendo en dirección contraria a sus aposentos.

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