Caleb debe irse a trabajar. Me levanto junto con él llevado por el deseo de acompañarlo en el desayuno y asegurarme que no intentará nada con Aarón. Pude oír con claridad cuando Aarón llegó luego de su guardia, volvió en la madrugada y ahora descansa junto a Jared. Con Caleb casi ni hablamos desde la noche anterior, el silencio ha sido nuestro compañero en las últimas horas, pero no es un silencio molesto, sino más bien, es un silencio casi cómplice, un silencio que dice que hemos llegado a un punto en el cual confiamos el uno en el otro y no necesitamos cuestionar lo sucedido.
Lo acompaño hasta la puerta y nos despedimos con un beso cargado de angustias y promesas que no se expresan. Ir hoy a la oficina es en absoluto necesario dado que no hay que llamar la atención y debe firmar las planillas de la licencia por vacaciones, sin embargo no puedo dejar de estar angustiado por su partida ya que la última vez que nos separamos las cosas se pusieron realmente difíciles y casi no volvemos a vernos. Soy absolutamente consciente de lo cerca que estuve de la muerte y él también lo es. Solo se irá por el día, pero serán horas de angustia hasta que estemos todos resguardados de nuevo. Veo su vehículo alejarse y siento que el estómago se me contrae.
Me he perdido en mis cavilaciones y ya no llevo la cuenta de cuánto tiempo ha pasado desde que Caleb se fuera. Me quedo observando el camino un momento más antes de volver a entrar en la casa. Apenas ingreso al comedor veo que Jared ya se ha levantado y está desayunando solo, en el living. Me acerco en silencio y saludo con un suave hola y me siento cerca de él. No sé bien en qué ocupar el tiempo libre que tengo, veo que hay una notebook cerca y entonces decido tomarla y ponerme a leer el diario online. El aire me abandona de súbito y siento que me cuesta respirar. Jared me observa algo consternado ante mi reacción, parece notar que algo no va bien y claro que no va bien, la primera noticia de la sección de policiales habla de la empresa donde trabajo, la empresa a la que se dirige Caleb en este momento.
<<ROBO EN CIUDAD. Empresa de diseño publicitario "Alter ego", robada a entradas horas de la noche. Los malvivientes ingresaron encapuchados y fuertemente armados, alrededor de las doce de la noche. Los guardias de seguridad fueron sometidos sin provocar heridos ni muertos. Al parecer los ladrones tenían un botín específico, dado que destrozaron gran parte de las oficinas pero no se llevaron nada además de los archivos personales de los empleados de la empresa>>
—Morgan ¿Te encuentras bien?—Jared interrumpe mi lectura visiblemente preocupado.
—Estoy bien, es solo que acabo de leer una noticia que me inquietó un poco—miro a Jared tratando de aclarar en algo mis pensamientos antes de continuar hablando—Han entrado a robar en la empresa donde Caleb y yo trabajamos. Creo que podrían ser los hombres de Jofré, porque solo se han llevado los legajos personales de los empleados.
—¿Crees que Caleb esté en peligro?
—No lo creo, pero cabe la posibilidad de que hayan encontrado algo que los traiga hasta aquí—Estoy sacando conclusiones apresuradas, pero en verdad no estoy seguro de que mis pensamientos no estén absolutamente errados—Aarón ¿A qué hora se acostó?
—¿Qué estás pensando?
—Estoy pensando que en este instante Dana está en la colina vigilando, Aarón está durmiendo agotado por pasar toda la noche despierto y Óscar no es un poderoso adversario para nadie en la condición en que se encuentra.
El celular de Aarón comienza a sonar bruscamente, en la habitación de Jared, sacándonos de nuestra conversación. Oímos como Aarón se levanta y atiende la llamada. Su conversación no dura mucho, el silencio estira el tiempo y este se hace eterno. Puedo imaginar a Aarón sentado en la cama intentando tomar decisiones que nos valdrán la vida o la muerte a Jared y a mí. Los nervios que sentimos, dado el tema de nuestra charla, son indescriptibles y se pueden adivinar por los movimientos nerviosos de los dedos de Jared jugando con un trocito de papel y por mi ansiosa necesidad de morder mi labio inferior. Ambos estamos con la mirada clavada en la puerta de la habitación a la espera de ver salir a Aarón y enterarnos de que es lo sucede. Finalmente sale de la habitación y se queda mirándonos como intentando descubrir qué sabemos.