➫thirty-eight

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―¿Ella es tu novia? ―pregunto con curiosidad la muchacha de vestimenta celeste

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―¿Ella es tu novia? ―pregunto con curiosidad la muchacha de vestimenta celeste.

Shawn negó con decepción.

―La verdad es que pensaba pedirle que lo fuera el día en el que trajeron aquí, pero creo que ya sabes lo siguiente ―le respondió sonriendo a medias.

La muchacha de ojos castaños no Jennifer, miró con tristeza la expresión del chico. No sabía cómo se sentía aquello, pero de alguna forma y vagamente lo podía relacionar con el número de veces que la rechazaron.

―¿Sabes? ―dijo el castaño captando la atención de Jennifer―. Temo mucho que los golpes que le dio el infeliz de su padre, hagan que ella pierda la memoria ―agregó cabizbajo.

Jennifer mordió su labio, no podía decir lo que pasaba, ya que el doctor le había dicho que no lo hiciera. Aunque era una amnesia temporal, sabía que habían muchas cosas que dejaría de recordar. Rápidamente pensó en una respuesta coherente que no llegará a herir a Shawn.

―¿Cómo puedes pensar eso? ―el castaño se encogió de hombros al escuchar esa pregunta― Hasta donde sé, ella muestra muchas mejora, aunque no podríamos descartar del todo esa posibilidad ―agregó con una sonrisa.

De alguna forma, las palabras de la chica, habían logrado calmarlo.

Ginger llevaba casi dos meses en coma y Jennifer era la única enfermera que se atrevía a quedarse horas charlando con él. Shawn sabia que había desarrollado un pequeño cariño hacia ella, a veces dejaba de verla como una amiga.

Ese día empezaron su cotidiana charla. Al principio tocaron el tema de la ultima película que se estaba haciendo popular en todo el medio, pero entre la vaga conversación, llegaron al tema de Ginger, haciendo preguntas que Shawn contestaba con toda sinceridad.

―Una parte de mí se tranquiliza al escucharte, pero otra parte dice que estas mintiendo ―dijo de repente el castaño, despegando la vista del suelo y mirándola a Jennifer.

―¿Por qué crees eso? ―le sonrió con un nerviosismo que intentó ocultar, pero para su suerte, Shawn no sabía descifrar las expresiones a la perfección.

Se encogió de hombros. Giró levante la cabeza para mirar a Ginger por algunas horas más. Tenia mil formas de llamarla al verla así, aunque sabía que cuando despertará, aquellos apodos serian inapropiados, y más si ella pierde un poco la memoria.

―Shawn... ―llamó la chica, levantándose de su asiento― ¿Quiénes la mujer que está afuera? ―cuestionó.

Enarcó una ceja, pensando en su respuesta. Habían dos opciones, pero quizás la segunda era poco probable.

―Puede ser mi madre ―le sonrió en modo de pausa, para asegurarse de que lo que iba a decir era cierto―, o puede ser la tía de Ginger ―agregó.

La chica asintió y finalmente se marchó, estaba segura de que su sueldo de ese mes iba a ser mas bajo que el anterior.

Shawn volvió a dirigir su vista a Ginger, encontrándose con una sorprendente imagen.

Ella se había movido y casi abría los ojos.

❝𝘁𝗼𝗺𝗯𝗲𝗿 𝘀𝘂𝗿 𝘃𝗼𝘂𝘀❞ ˢʰᵃʷⁿ ᵐᵉⁿᵈᵉˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora