Players - Zarry & Larry |En Edición|

Capitulo 11.

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Lunes, 7:16

Me encontraba amarrando las agujetas de mis converse, listo para salir a la preparatoria. El domingo fue un dia bastante corriente, estuve en casa con Mamá y con Gemma, tratando de evadir los comentarios grotescos por parte de esta última (El asunto de Zayn la tenía muy ocurrente). También me texteé un poco con Zayn ¡Okay! Quizá no fue un poco, solo quizá.

Mientras estaba terminando mi desayuno recibí un mensaje de Perrie diciéndome que estaba en la entrada de mi casa. Me levanté rápidamente, puse el tazón donde estaba desayunando en el lavavajillas y fui a por mí mochila.

– ¡Adiós Ma, Adiós Gem! – Grité antes de salir de la casa y cerrar la puerta.

– Hola, Hazz.

– ¿Qué tal, trensitas? – Dije acariciando el nuevo look del cabello de mi amiga.

– ¿Te gustan? – preguntó refiriéndose a su cabello.

Reí – se te ven muy bien.

Subimos al auto-bus y me senté de lado de la ventana como de costumbre, Perrie tomó asiento a mi lado. El sonido de mi teléfono alertó un mensaje.

« Buenos Días, Rulitos. Te veo en el Instituto (: – Zayn. »

Mordí mi labio inferior mientras miraba la pantalla del aparato. Noté como Perrie me observaba con una sonrisa.

– ¿Soy o me le parezco? – pregunté con gesto desinteresado.

– Eres un tonto – dijo riendo.

« Rayos, Perrie se está dando cuenta. »

Rodé Los ojos con una sonrisa en el rostro. Me concentré en responderle al moreno.

Flashback

Domingo, 19:46

Bajaba las escaleras rumbo a la cocina cuando escuché el timbre sonar, así que cambie mi rumbo hacia la entrada de la casa.

– ¿Zayn? ¿Qué haces aquí? – dije al abrir la puerta.

Una expresión de sorpresa surcó su rostro – Si quieres puedo irme – dijo señalando su auto y dándose media vuelta.

Cerré la puerta detrás de mí y lo tomé de la mano – no seas tonto – dije mientras lo acercaba a mi cuerpo para darle un abrazo.

Zayn rio y me dio un beso en la mejilla – ¿Cómo estas, Hazz?

– Ahora estoy mejor – dije, separándome de él.

Mi mano fue instintivamente al ojal de la puerta, tapando con la palma dicho agujero.

– Maldita sea – se escuchó decir a Gemma detrás de la puerta.

Zayn no pudo evitar carcajearse, yo trate de no hacerlo, pero al final me vi envuelto en una risa incontrolable, lo cual causo una fuerte punzada en mi abdomen.

– ¡Auch! – dije con una mueca de dolor.

– ¿Qué pasa, Harry? – Preguntó Zayn – oh, cierto el golpe... ¿Te duele?

– No mucho.

– Déjame ver – dijo.

Pasó sus manos por el borde de mi sudadera y la comenzó a levantar lentamente, dejando desnudo mi pálido torso. Zayn examinó un rato y luego rio para sí mismo, me miró a los ojos y se acercó a mí hasta regalarme un corto beso en los labios.