Desnudista.

Pluie

Dos años, dos años desde
que la lluvia me sigue.

Tiritando debido al frío.

Está tan helado pero
hay una llama a lo lejos,
una llama que te invita
a seguir adelante.

¿Mi llama? Tal vez podría
ser mi madre o mi tía,
mis amigos cercanos.

Son las mejores personas
del mundo.

Ésa llama tiene unos
brazos reconfortantes
y llena de besos tu frente,
una y otra vez, repitiendo
que todo está bien.

Todo estará mejor.

Siempre caigo prisionero
en sus palabras,
de verdad quiero creerlas.

Derrumbado me siento
en mi trono de marfil.

Me siento como un rey derrotado.

Mirando mis lágrimas
de oro deslizarse por
mis mejillas, delinear mi
mandíbula, caer en el cuello
de mi casaca de seda.

Un príncipe muerto.

Dos velas apagadas.

¿La tercera? No hay tercera,
no estoy seguro de que la haya.

Dicen que la tercera es la vencida.

Sácame estás esposas
y llévame a la luz.

La luz del sol.

Tan gloriosa, limpia,
fuerte, como el hilo rojo,
ése que está amarrado
a tu meñique, dicen que
no se rompe.

Todavía estoy conservando
un poco de esperanza
en un frasco, cosechando más.

¿Por qué? He pensando que
debería hacerlo, nunca sabré
si después de la tercera ronda
habrá otra o no.

Está en mi sangre.

En las venas de mis tristones ojos,
rotos.

Rotos como mi corona.

La lluvia viene nuevamente.