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Adornos extravagantes, luces de todas tonalidades y formas, meseros por aquí y por allá, cocineros, bandejas, copas, telas de seda cubrían el lugar. La música era magnifica para poder convivir, podías hablar a gusto con buena música de fondo.

Era la cena y no cualquiera, la que más significado tiene para Harry. Todos los años organiza una con gente importante, gente de dinero la cual aporta voluntariamente cierta cantidad para proyectos de caridad no solo para niños si no, gente de la tercera edad, familias de la calle, adolecentes que fueron echados de sus casas, gente que no tiene recursos para ellos o sus familiares enfermos entre muchos más. La gente se divertía, pasaba un buen rato y sobre todo presumían la gran fortuna que cargaban. Al rizado no le molestaba pues para ellos el que diera más era el mejor eso significaba que montones de dinero irían a una buena causa además de alimentar el ego de alguien.

Tomó un gran y merecido baño, el día fue agobiante dando tantas órdenes y un poco de gritos para que todo saliera de maravilla, ser alguien que manda y grita por doquier nunca fue lo suyo, pero vamos ¿Quién confunde el color melón con el salmón?

Cuando salió del cuarto de baño su atuendo lo esperaba extendido por la gran cama, un exquisito traje color gris que debajo de él se encontraba una camisa negra, y a un lado mocasines color negro, estaba todo hecho a la medida y perfección a su cuerpo. Estaba terminando de acomodar el cuello de la camisa y el pañuelo que guardaba en el bolsillo en la parte izquierda de la chaqueta cuando unos brazos se enrollaron alrededor de él y alguien depositaba un beso en su mejilla.

—Te ves muy bien— ambos se miraban atreves del espejo.

—Gracias Lou— se dio la vuelta y junto sus brazos alrededor del cuello del mayor, mientras unas grandes manos se posaban en su cintura— Tu también te ves muy guapo— le dejó un pequeño beso en los labios. No mentía al decir lo bien que se veía Louis, el traje color azul resaltaba sus curvas dando una buena vista de su grandioso trasero, la camisa blanca que amoldaba tan bien en su pecho junto a su corbata del mismo color del traje, su cabello peinado perfectamente hacia arriba dejando ver sus rasgos y su barba recién afeitada.

—Te tengo una sorpresa— susurró a su oído, haciendo que la piel se le erizara— Espera aquí y cierra los ojos no tardaré— el rizado acató las instrucciones esperando llenó de curiosidad.

—¿Ya puedo abrirlos?

—Ya.

Louis estaba parado frente a él con un ramo de rojas y hermosas rosas, los ojos de Harry desprendían un bonito brillo, la sangre subiendo a sus mejillas y las mariposas colando por todo su estómago. Se acercó con una gran sonrisa brillante hacia el tomando en sus manos el ramo.

—Son hermosas— susurró y las acercó para poder olerlas.

—Solo las mejores para ti— colocó una mano en su mejilla para que pudiera mirarlo.

—Muchas gracias amor— se besaron por un rato dejando las palabras de sobra— Te amo.

—Yo más— otro beso rápido — ¿Estás listo?

—Solo me falta algo— dejó el ramo de rosas sobre la cama y arrancó una.

—¿Qué es?

Con mucho cuidado colocó una hermosa rosa en donde se encontraba su pañuelo.

—¿Se ve bien? — caminó de vuelta a su esposo.

—Se ve perfecto— ambos salieron rumbo al gran salón a pocas calles de su hogar, al llegar en uno de los grandes carros del castaño todos los recibieron con grandes sonrisas, saludando cortésmente y ellos correspondían el saludo.

Todo iba a la perfección, mucha gente que saludar, mucha a la cual se agradecía su presencia y las que daban felicitaciones por organizar todo. En ningún momento la pareja se separó hasta que Harry tenía que subir al escenario para dar unas palabras. Su amado esposo lo beso cortamente antes de subir, susurrándole que todo estaría bien, dándole su apoyo. Le cedieron un micrófono al subir las escaleras del escenario, los reflectores solo apuntaban a él, suspiro y dejó a la vista una sonrisa que contagiaba a todos en el lugar, los aplausos retumbaban en las paredes provocando que su corazón latiera rápido y fuerte.

—Gracias a todos — los aplausos no paraban— Muchas gracias por venir— buscó el par de ojos color del mar los cuales ya lo miraban, sonrió y siguió hablando, poco a poco los aplausos cesaron para dejar escuchar solo su voz por las bocinas del lugar— Bien, este año como los anteriores buscamos un solo objetivo.

La pantalla detrás de él se ilumino, ilustrando letras de colores azules en ella.

"Fundación Stylinson"

—Nuestra fundación busca hacer del mundo un mejor lugar, brindando apoyo monetario, psicológico y seguridad a la vida de las personas que más lo necesitan, pero no podemos hacerlo solos, por eso agradecemos su ayuda voluntaria esta noche— todos empezaron a aplaudir— Esperemos que este año sea igual o mejor que los anteriores y logremos recaudar una suma de dinero que ayude a muchas personas.

Avanzó un poco a su lado izquierdo para dar mejor vista a la pantalla, los números subían y bajaban de la gran cifra escrita, después de un rato pararon revelando la cifra final de ciento veinte millones, quinientos mil dólares. Todos al igual que el quedaron con la boca abierta, la alegría desprendía de su cuerpo, su sonrisa parecía que le partiría la cara, estaba impactado, él sabía que sería mucho dinero, pero no pensó que tanto.

Este año sí que se les subió el ego.

Los gritos y aplausos incrementaron, el todavía no se movía. De pronto las luces se apagaron haciéndolo reaccionar, Louis salió corriendo en su dirección.

Sintió la presencia de alguien a sus espaldas, una respiración caliente en su nuca, no se podía ver nada, una mano le acaricio la mejilla y de pronto las luces se encendieron, detrás de él no había nadie, el castaño logro tomarlo del brazo dándose cuenta que fue producto de su imaginación o ¿no?

—¿Qué es eso? — miro a la misma dirección del castaño viendo que en su mano tenía un sobre blanco ¿en qué momento llego ahí?

Clouds||L.S||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora