~~~> Capitulo 15

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Él se levantó y abrió la puerta de su casa se dirigió al sofá y soltó todas las cosas, de nuevo fue a salir para recoger su bolso, pero se encontró a Jeon en la puerta con su bolso colgado de un dedo.

-Gracias –dijo él arrebatándose lo.
Volcó todo el contenido del bolso sobre la mesita y comenzó a comprobar si estaba todo.
-No te he quitado nada –dijo Jeon en un tono burlón.
-Ja, ja, ja –contestó él- muy gracioso, compruebo que todo esté bien, y no se haya perdido o partido nada. Por cierto ¿Qué haces aquí?
-Que amable por tu parte.
-No pretendía ser amable.
-Si, me he dado cuenta –contestó haciendo una mueca.
-Bueno –Jimin se sentó en el sofá y se quitó los zapatos colocándoles a un lado- ¿en qué puedo ayudarte?
Jeon sonrió con picardía ¡oh, dios, si dijera todo en lo que la requería...! Cerró la boca conteniendo la sonrisa. Se fijó como Jimin comenzó a moverse por el salón sacando cosas de la cantidad de bolsas que tenía.
Lo vio sacar libros y colocarlos en un montón sobre la mesa.
-Bueno yo... -Jimin se movió por el salón, colocó los libros en una estantería donde había más libros del mismo estilo, él dejó uno sobre la mesa y él se fijó en la portada que era muy erótica y se perdió en sus pensamientos ¿Qué estaba diciendo?
-Jeon –lo urgió él, mientras volvía delante del sofá y sacaba ropa de una bolsa, la extendió sobre el sofá, dios lo iba a volver loco como no se quedaba quieto.
¿Dónde estaba? Ah sí...
-Bueno, he pensado... -Jimin desapareció por el pasillo y entró en una habitación- ¿puedes estarte quieto un momento? Intento invitarte a cenar.
Él paró en seco.
-Yo... -dijo en un susurro, sosteniendo unas cuantas prendas de encaje. La boca de Jeon se hizo agua, Dios ¿por qué le había tenido que detener cuando tenía esas cosas en la mano? Se las imaginaba sobre él... él se encargaría de quitárselas.
-Esperaré que termines de guardar... eso.
Jimin miró sus manos y se sonrojó.
-Ahora vuelvo.
Jeon se sentó en el sofá y fijó de nuevo la vista en aquella portada, no le hacía nada bien mirar aquello, le gustaría que fueran él y Jimin...
Miró hacía su lado y se fijó en las bolsas que aún quedaban.
¿Pero que compraba ese hombre?
-Habrás dejado a la tienda sin nada –le dijo cuándo la oyó entrar de nuevo en el salón.
-Ha, ha, muy gracioso. Bueno ¿Qué decías?
-Termina de guardar, si quieres.
-Quedan zapatos, pueden esperar.
Él quitó las bolsas del sofá y las colocó a un lado. Sin poderlo evitar buscó la caja de los zapatos negros y lo sacó. Quería verlos de nuevo. Le encantaban.
Colocó la caja sobre la mesita y la abrió, sacó uno de los zapatos y comenzó a observarlos.
La boca de Jeon se secó al imaginarlos con aquellos zapatos, con aquellos zapatos y el conjunto negro que le había visto de lencería.
«Oh, dios» dijo para sus adentros. Se removió en el asiento, imaginar aquello no era nada bueno, nada bueno para su entrepierna.
-Jeon –lo llamó él.
-Oh, perdona. Verás... -que difícil era, jamás le había costado nada pedirle salir a alguien, quizás era porque la gente se le acercaba, y estaba el hecho de que no solía invitar a mucha gente a cenar- bueno, he pensado que quizás... podríamos salir a cenar... juntos.
-Yo... no sé qué decir.
-Podrías probar diciendo «si»
Jimin agachó la cabeza, y suspiró.
-No me parece buena idea. Siempre acabamos pelando.
-No tenemos porqué acabar así, somos adultos, sabemos comportarnos.
-Ya...
-¿Entonces?
-No sé que ponerme.
-Pues te has comprado muchas cosas.
-Pero es que no me he duchado ni nada.
-Es temprano, puedo esperar.
-No sé, es que...
-¡Deja de ponerme excusas! –se quejó Jeon.
-Yo...
-Mira Jimin, quería ser amable, he pensado que salir a cenar nos ayudaría conocernos, podemos pasar un buen rato juntos, tanto fuera como dentro de la cama, y te lo quería demostrar, pero si me pones excusas no consigo nada.
Jeon se levantó del sofá, y caminó con decisión hasta la puerta.
-Jeon...
-Jimin, son las seis de la tarde. A las ocho y media saldré de mi casa, si quieres venir conmigo, te espero en la puerta, si no estás, estaré en el bar de abajo un rato. Luego me iré, te dejo en las manos la decisión... -abrió la puerta de la calle- ¿Qué otra opción me queda? –Preguntó para sí mismo riendo irónicamente- espero que vengas –añadió.
Luego la puerta se cerró y volvió a dejarlo solo y aturdido.




espero les guste este es el ultimo capitulo de aquí a el próximo sabadoo domingo ya que comenze exámenes y eso me absorbe mucho espero y entiendan y les siga gustando el fic , por mi parte es todo que tengan linda noche 

Jugando con fuego +18⭐ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora