~~~> Capitulo 2

16.7K 1.3K 107
                                    


jimin lo miró confundido, ¿no sería...? De pronto los labios de jeon estaban contra los suyos, sus manos en su espalda apretándolo contra él, y su lengua entrelazándose con la suya... tardó unos instantes en comprender la situación.

Puso las manos en el pecho de kook y lo apartó de un empujón...
-¿Qué haces? -preguntó pasándose la mano por la boca.
-Terminar lo que tú empezaste.
-Yo no empecé nada, simplemente saludé a mi nuevo vecino, y ahora si no te importa, me gustaría vestirme...
-Me importa.
-Me da igual, bye cariño.
-Eso no quedará así -le advirtió él.
-Claro que no, pero ya hablaremos, hasta mañana, cielo.
jimin lo empujó hasta la puerta y luego la cerró, apoyándose contra ella y soltando un suspiro, se agachó y recogió el cepillo de dientes que había dejado caer inconscientemente. No había planeado que él respondiera así, pero acababa de comprobar que lo podía controlar, y el plan seguía adelante.

kook cerró con un portazo la puerta de su casa, haciendo que todo resonara, estaba furioso, y frustrado, se había quedado sin sexo, ahora no tenía a el chico del bar, este no lo había llegado a excitar, pero el pelinegro...  el pelinegro lo acababa de dejar tirado, pero eso no iba a quedar así, el acabaría en su cama, ya se cobraría el que lo hubiera dejado en semejante estado, ahora lo que necesitaba urgentemente era una buena ducha de agua fría, muy fría, y luego dormir y relajarse.

Su segundo café en medio de la noche. jimin no conseguía dormir, no conseguía quitarse la sensación de los labios de su vecino acariciando los suyos, sus manos acariciándole la espalda...


-¡Estoy totalmente loco! -gritó en medio del silencio.
Con un gruñido, se metió de nuevo en la ducha, necesitaba despejarse, y el baño era el mejor sitio, su paraíso... Mientras se bañaba planeó el día siguiente, tenía que tener a kook vigilado, sobre todo si no quería que algún tipo se le acercara, eso significaba seguirlo a todas partes. El no tenía que trabajar, tenía dinero suficiente para vivir tres vidas, así que no se tendría que distraer en el trabajo ni nada por el estilo, podría dedicar su tiempo a fastidiar a, jungkook algo que iba a hacer encantado.


Eran las 3:30am cuando se durmió, pero el reloj marcaba las seis de la mañana cuando escucho la puerta de enfrente, de un salto se levantó del sofá y se asomó a la mirilla de la puerta.
¿Qué hacía tan temprano levantado kook un sábado?
Iba en ropa deportiva y estaba mirando el reloj, se disponía a ir a correr, eso le daba tiempo para ir duchándose y poder despejar la mente tranquilo, no iría a ligar a las seis de la mañana principalmente porque la gente dormía.


No lo hacía todos los sábados, pero este le hacía falta, necesitaba correr y despejarse, ya que la cama no le había servido de nada, no había podido pegar ojo, cada vez que los cerraba se imaginaba a cierto vecino en sus brazos rodando por la cama entrelazados... era mejor alejar esos pensamientos, y si corría seguramente los podría alejar.
Dos horas más tardes jimin estaba asomado en la ventana de su casa, mirando a la calle, pendiente de la vuelta de kook, estaba empezando a impacientarse cuando lo vio llegar, estaba increíblemente atractivo, las mejillas coloradas, el pelo revuelto, el pecho agitado...
-¡Ya Park!

Lo vio entrar a la cafetería de abajo y se apuró a  salir. Al entrar lo vio sentado con un periódico en las manos gesto que la sorprendió, y una taza de café delante, también vio que las chicas y chicos se le empezaban a acercar, y coqueteaban con él. kook bajó el periódico y comenzó a hablar con las chicas con una de sus sonrisas en los labios, jimin se apresuró y se acercó a él, le rodeó la cintura con los brazos...
-Hola cielo -lo saludó- perdón que tardara en bajar, no sabía que volverías tan pronto de correr.
kook se encogió al sentir los brazos y oír la voz, era la de su vecino, la misma que la noche anterior lo había dejado con la calentura, las chicas que estaban a su alrededor desaparecieron, y tras ellas, el pelinegro se separó de él y se sentó en una silla ignorándolo. Lo comenzaba a sacar de sus casillas, le estaba espantando los ligues, y eso no le gustaba ni un poco. Debería hablar con el y decirle que lo dejara en paz, o que por lo menos le explicara su conducta.
Se giró y se dispuso a mirarlo...

Jugando con fuego +18⭐ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora