A la mañana siguiente, Dallas se encontró a sí misma sentada en la mesa de la cocina sola. Su madre estaría ausente, en algún puesto de trabajo de baja categoría ganando el sueldo mínimo, y se imaginó que Mike estaría desmayado en algún bar o que finalmente había organizado sus cosas y estaba en la oficina de empleo temporal.
Apostaba por la primera. Se quedó mirando su cereal en silencio esperando a que el autobús llegara al parque de caravanas donde vivía. Odiaba montar en autobús; era ruidoso y estaba lleno. Pero no tenía otra elección, era su única forma de llegar a la escuela, considerando que no tenía un coche que funcionara y se encontraba demasiado lejos como para ir caminando. Sus cereales flotaban tristemente, pasados por estar en la leche demasiado tiempo.
Golpeó un par de ellos con su cuchara, y al oír llegar el correo salió corriendo al buzón para ver si hoy era el día. Dos semanas atrás había solicitado una beca de la que oyó hablar en la escuela para la academia de danza en Nueva Inglaterra. Era un internado, lo que significaba que podría alejarse de Mike y de su madre y de todos sus repugnantes hábitos; que podría tener ella misma. Pero la escuela era sumamente cara y la única forma en que
Dallas podría ir era si conseguía una beca completa, algo que no era muy probable que sucediera, pero la esperanza era todo lo que Dallas siempre tuvo para aferrarse. Ella sabía que si no encontraba una forma para salir de este infierno, no había manera de que pudiera ir a la universidad o tener algún tipo de escolarización profesional.
Su madre no tenía el dinero, y Dallas realmente creía que tampoco quería que se fuera. Era uno de esos padres que quieren que te quedes y cuides de ellos, en lugar de hacerlo por tu cuenta. Dallas también creía que su madre no quería que fuera más inteligente que ella; puede sonar extraño, pero algunos padres son así. Se supone que quieren lo mejor para ti, pero Dallas pensaba que si su madre realmente creyera eso, habría abandonado a Mike y encontrado un trabajo de verdad hace mucho tiempo.
En cambio, su madre se drogaba con heroína cada noche y tenía discusiones con su novio descerebrado. Dallas prácticamente bajó corriendo por las escaleras de madera para llegar al buzón en la ubicación dieciséis. El mismo número de remolques en su lado del lote. Cuando llegó, la cartera seguía poniendo paquetes en los buzones.
— ¿Tiene algo para los Tanner?—preguntó Dallas con expectación.
La mujer asintió. —Sí, creo que tengo un par de cosas aquí para ti. Espera un segundo.
Buscó en su bolso azul marino y sacó tres sobres. Dallas pensó por un momento en el DVD que había enviado como su audición. Un chico de escuela secundaria tocaba el piano de fondo mientras Dallas puso cada una de sus emociones en una rutina lírica que ella misma coreografió. Era una pieza hermosa, y sólo podía esperar que la junta de admisión de la escuela estuviera de acuerdo.
Tan pronto como Dallas los cogió, sintió que el de abajo había sido hecho con material más sustancial. Lo puso arriba y sus ojos se ensancharon cuando vio que la dirección del remitente era de la Academia de Danza Allenwood, de Cape Haven, Connecticut. Fue entonces, mientras regresaba lentamente a sus escalones y se sentaba, que la decepción la inundó. Había oído a todos los de último año hablar acerca de que lo sobres delgados eran negativas, y que los sobres más gruesos querían decir que la escuela había dicho que sí. Unas cuantas pequeñas lágrimas rodaron por su mejilla mientras abría el sobre lentamente. Sacó una carta de hermosa apariencia con un sello dorado de dos zapatillas de ballet en la esquina. Pero lo que sus ojos vieron después fue completamente inesperado.
Srta. Dallas Tanner:
Gracias por su interés en la Academia de Danza Allenwood. Hemos revisado su solicitud ampliamente y encontrado que es usted una candidata cualificada para nuestro programa de becas. Estamos muy contentos de iniciar esta aventura con usted en su próximo paso hacia una carrera de danza, y nos gustaría que comenzara de inmediato para el semestre de otoño. Puede responder por teléfono o correo electrónico, que se encuentran en la parte superior de esta carta. De nuevo nos gustaría darle la bienvenida a Allenwood para apoyarla en sus esfuerzos de baile.
Atentamente, Director Fallsworth.
Academia de Danza Allenwood.
Dallas agarró el papel en sus manos con tanta fuerza que tuvo miedo de rasgarlo. Las lágrimas fluyeron con mayor libertad cuando la felicidad sobrepasó su decepción y se dio cuenta de que sus sueños finalmente se hacían realidad. Iba a salir de este lugar y a hacer algo con su vida. Pensó por un momento en llamar a su madre, pero no estaba segura de que las noticias la emocionaran tanto como la habían hecho feliz a ella.
Decidió que iba a saltarse el autobús ese día y a comenzar a empacar sus cosas, llamando a un taxi más tarde para conseguir los papeles en su escuela actual. Si podía estar en un autobús hacia Connecticut mañana, lo haría.
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Move
Teen FictionMove. Brina Courtney. Bueno, este es uno de mis libros favoritos, y lo quería compartir con ustedes. Ojala les guste tanto como me gustó a mi. ¡Disfrútenlo!