Capítulo 2

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A  la  mañana siguiente,  Dallas  se  encontró  a  sí  misma  sentada  en la mesa de la cocina sola. Su madre estaría ausente, en algún puesto de trabajo de baja  categoría  ganando  el  sueldo  mínimo,  y  se  imaginó  que  Mike  estaría desmayado en algún bar o que finalmente había organizado sus cosas y estaba en la oficina de empleo temporal.

Apostaba por la primera. Se quedó mirando su cereal en silencio esperando a que el autobús llegara al parque de caravanas donde  vivía.  Odiaba  montar  en  autobús;  era  ruidoso  y  estaba  lleno.  Pero no tenía otra elección, era su única forma de llegar a la escuela, considerando que no tenía un coche que funcionara y se encontraba demasiado lejos como para ir caminando.  Sus cereales flotaban  tristemente,  pasados  por  estar  en  la  leche demasiado  tiempo.

Golpeó  un  par  de  ellos  con  su  cuchara,  y  al  oír  llegar  el correo  salió  corriendo  al  buzón  para  ver  si  hoy  era  el  día.  Dos  semanas  atrás había solicitado una beca de la que oyó hablar en la escuela para la academia de danza en Nueva Inglaterra. Era un internado, lo que significaba que podría alejarse de Mike y de su madre y de todos sus repugnantes hábitos; que podría tener ella misma. Pero la escuela era sumamente cara y la única forma en que

Dallas  podría  ir  era  si  conseguía  una  beca  completa,  algo  que  no era  muy probable que sucediera, pero la esperanza era todo lo que Dallas siempre tuvo para  aferrarse.  Ella  sabía  que  si  no  encontraba  una  forma  para  salir  de  este infierno, no había manera de que pudiera ir a la universidad o tener algún tipo de escolarización profesional.

Su madre no tenía el dinero, y Dallas realmente creía que tampoco quería que se fuera. Era uno de esos padres que quieren que te quedes y cuides de ellos, en lugar de hacerlo por tu cuenta. Dallas también creía que su madre no quería que fuera más inteligente que ella; puede sonar extraño,  pero  algunos  padres  son  así.  Se  supone  que  quieren  lo  mejor  para  ti, pero   Dallas   pensaba   que   si   su   madre   realmente   creyera   eso,   habría abandonado a Mike y encontrado un trabajo de verdad hace mucho tiempo.

En cambio, su madre se drogaba con heroína cada noche y tenía discusiones con su novio descerebrado. Dallas  prácticamente  bajó  corriendo  por  las  escaleras  de  madera  para llegar al buzón en la ubicación dieciséis. El mismo número de remolques en su lado del lote. Cuando llegó, la cartera seguía poniendo paquetes en los buzones.

— ¿Tiene algo para los Tanner?—preguntó Dallas con expectación.

 La  mujer  asintió. —Sí,  creo  que  tengo  un  par  de  cosas  aquí  para  ti. Espera un segundo.

Buscó en su bolso azul marino y sacó tres sobres. Dallas  pensó  por  un  momento  en  el  DVD  que  había  enviado  como  su audición. Un chico de escuela secundaria tocaba el piano de fondo mientras Dallas  puso  cada  una  de  sus  emociones  en  una  rutina  lírica  que  ella  misma coreografió.  Era una  pieza  hermosa,  y  sólo  podía  esperar  que  la  junta  de admisión de la escuela estuviera de acuerdo.

Tan pronto como Dallas los cogió, sintió que el de abajo había sido hecho con material más sustancial. Lo puso arriba y sus ojos se ensancharon cuando vio que la dirección del remitente era de la Academia de Danza Allenwood, de Cape Haven, Connecticut. Fue entonces, mientras regresaba lentamente a sus escalones  y  se  sentaba,  que  la  decepción  la  inundó.  Había  oído  a  todos  los  de último  año  hablar  acerca  de  que  lo  sobres  delgados  eran  negativas,  y  que  los sobres  más  gruesos  querían  decir  que  la  escuela  había  dicho  que  sí.  Unas cuantas  pequeñas  lágrimas  rodaron  por  su  mejilla  mientras  abría  el  sobre lentamente. Sacó una carta de hermosa apariencia con un sello dorado de dos zapatillas  de  ballet  en  la  esquina.  Pero  lo  que  sus  ojos  vieron  después  fue completamente inesperado.

Srta. Dallas Tanner:

Gracias por su interés en la Academia de Danza Allenwood. Hemos revisado su solicitud ampliamente y encontrado que es usted una candidata cualificada para nuestro programa de becas. Estamos muy contentos de iniciar esta aventura con usted en su próximo paso hacia una carrera de danza, y nos gustaría que comenzara de inmediato para el semestre de otoño. Puede responder por teléfono o correo electrónico, que se encuentran en la parte superior de esta carta. De nuevo nos gustaría darle la bienvenida a Allenwood  para apoyarla en sus esfuerzos de baile.

Atentamente, Director Fallsworth.

Academia de Danza Allenwood.

Dallas agarró el papel en sus manos con tanta fuerza que tuvo miedo de rasgarlo.   Las   lágrimas   fluyeron   con   mayor   libertad   cuando   la   felicidad sobrepasó su decepción y se dio cuenta de que sus sueños finalmente se hacían realidad.  Iba  a  salir  de  este  lugar  y  a  hacer  algo  con  su  vida.  Pensó  por  un momento  en  llamar  a  su  madre,  pero  no  estaba  segura  de  que  las  noticias  la emocionaran tanto como la habían hecho feliz a ella.

Decidió que iba a saltarse el autobús ese día y a comenzar a empacar sus cosas, llamando a un taxi más tarde  para conseguir los papeles en su escuela actual. Si podía  estar en un autobús hacia Connecticut mañana, lo haría.

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