-Ya estas lista-
Tragué saliva. Y rece por no arruinar esto.
Cuando estabamos a una distancia de 10 metros Bardo pudo reconocer quienes estaban en el puerto, sus facciones se endurecieron y les dio la indicación a lo enanos que permanecieran así. Alfrid estaba ahí.
Llego la hora de anclar el barco al puerto y cuando Bardo acabo un hombre canoso más o menos cuarenton se le acerco e inmediatamente se abrazaron aparentemente con alegría. Ambos parecían ser muy cercanos. Cuando cesaron las risas el canoso asintió a un comentario que le susurro su amigo. Acto seguido su miraba busco la de alguien mas deteniéndose en la mía, con amabilidad extendió su mano al aire a manera de saludo. Se lo devolví con una sonrisa y algo curioso sucedió, este le hizo una mueca de 'nada mal' a Bardo y lo felicito palmeandole los hombros.
En eso otro personaje entro a escena interrumpiendo el feliz cuadro de los hombres que tenia unos metros al frente. Creo que era joven pero su rostro descuidado hacía que aparentará mas edad, su cabello era largo y tan enmarañado que podria pasar desapercibido como un nido de pájaros si no fuera porque el color de este era negro, de estatura promedio y de tez muy palida, tanto asi que algunas de sus venas se reflejaban.
Llegó con aires de grandeza, se notaba fácilmente que era engreido y mala leche.
-Buenos días Alfrid-
- Bardo, ¿no crees que llegaste con un poco de demora?- dijo ignorando completamente el saludo- Según los registros de Gregor debías de haber llegado ayer en la noche-
-Tentativamente así era pero en esta ocasión he tenido que negociar en un territorio lejano diferente al que habíamos establecido, existe mucha demanda de comida y cada vez a los comerciantes se les agota más rápido-
Este no terminaba de creerse lo que Bardo le decía y examinaba minuciosamente la mercancía que traíamos.
-Curiosos botes que llevas aquí, parecidos a los del rey Thranduil, ¿Cómo crees que reaccionará nuestro Gobernador al escuchar que has tenido contacto con el estirado elfo ese sin antes ... consultarle?-
Gregor carraspeó un poco y se rasco la nuca.
Ooh shit.
Comenzó a explicarle pero Alfried no se veía muy interesado y lo interrumpió.
-¿Quién es ella?- dijo señalándome.
Era mi momento para ser la mejor actriz posible, tantos años de ver telenovelas los sábados con mi madre debían rendir sus frutos hoy.
¡Esto va por ti mami!
Bardo se giro un poco para verme y me extendió su mano.
-Ven cariño- una sonrisa traviesa se hizo presente, al ver que iba para mi, la respiración se me entrecorto.
Paso un segundo para que reaccionara.
Aquí voy
Me acerque risueña y cuando lo tenia cercano mi brazo rodeo su cintura, si seriamos una pareja tendría que ser una afectuosa, así nadie dudaría de nuestro 'amor'. Él me alzo las cejas debido a la sorpresa pero agrando su sonrisa y también lo hizó. Podría verme decidida pero en el momento que sentí su mano apoyándose en mi cuerpo los nervios empezaron a matarme.
- Ella es mi prometida, Vienna-
- ¿Porque apenas me entero de esto?- pregunto con el ceño fruncido.
-No sabia que debía de informarte sobre mi vida amorosa- replicó con humor desenfadado.
Uuuuu mi prometido tiene carácter.
-¿No estas muy grande para ella?- preguntó mirándome lentamente de arriba a bajo, acción que me desencadeno escalofríos. Bardo se dio cuenta y alejo su brazo de mi para ponerme detrás suyo. Suspire aliviada.
-No tanto como lo hacia tu padre con tu madre, creo que se llevaban unos 20 años ¿no?.. es más que no aparte ¿no estaban emparentados?- añadió entrecerrando sus ojos y llevándose sus dedos indice y pulgar a la barbilla, como recordando.
Gregor pudo disimular su risa poniéndose el puño sobre la boca pretendiendo que tocia pero una carcajada que ya ubicaba de cierto enano rubio se escucho perfectamente y antes de que Alfrid se diera cuenta de donde salio fingí ser yo. Me fulmino con la mirada.
- ¿Como es que nunca la he visto aquí?-
- Bardo la conoció hace unos meses, fue cuando cambio de puerto para comercializar peces como su Alteza lo pidio. Fue amor a primera vista- agrego Gregor reprimiendo una risita burlona en la última oración.
JA, así que no era la única que sabia como improvisar.
- Ya sabes que no esta permitido traer a nadie sin la autorización del Gobernador, tendré que confiscarla- se abrió paso para agarrar mi muñeca y tiro de ella, pero antes de que me empezará a arrastrarme lejos Bardo me detuvo agarrándome las caderas con ambas manos.
Confieso que nunca pensé estar tan feliz por que alguien me agarrara por detrás.
- No puedes 'confiscarla' no es ninguna propiedad que puedas quitarme, es mi futura esposa, pronto será parte de mi familia y tendrá mi apellido. No creo que la esposa del Gobernador, ni las mujeres de la comunidad apoyen lo que estas apunto de hacer-
Miro alrededor y cuando vió que las mujeres del pueblo estaban todas reuniendose afuera de sus hogares para ver la situación un tanto preocupadas, me soltó.
Mi falso prometido me giro para atraerme hacia el y me abrazarme, este hombre merecía un Oscar. Sabía simular perfectamente la preocupación y cariño que tienen las parejas. Yo en cambio me sentía como una marioneta dejandome mangonear por todos, aunque los abrazos que recibí no estaban del todo mal.
-Por esta vez Bardo dejare pasar tu falta, ¿escuchaste? Solo esta vez- advirtió agitando su dedo índice. Y después sin más desapareció entre la multitud de mujeres consternadas diciéndoles que regresaran a sus casas y dejaran de ser entrometidas.
Bardo espero a que se esfumará para soltarme, pero no antes de darme unas palmaditas en la cabeza y felicitarme.
......
Sigo vivaa wuuu!!
¿Sigue habiendo lectoras por aquí?
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Getting Lost
FanfictionVienna vive en un departamento con sus mejores amigas, salen a fiestas cada fin de semana, van de compras casi a diario, asisten a la misma facultad, viajan al extranjero y tienen excursiones cada mes por todo el mundo. Ella creía ya haber visto y...