Había pasado 6 meses desde la llegada de los dos herederos Potter, sin embargo, en la gran mansión no había indicio de que ahí vivieran dos bebés ya que solo se podía ver en los cuadros que decoraban el lugar a un niño pelirrojo con los mejores atuendos y juguetes.
La habitación de Alexander era la segunda más grande de la mansión en el tercer piso, se encontraba forrada de juguetes y peluches, esta a su vez se encontraba decorada de un potente color rojo y dorado como un auténtico Gryffindor, tenía una cuna ridículamente grande y se encontraba llena de almohadas totalmente inútiles ya que no se necesitaban.
Quien entrará a la mansión pensaría que solo había un niño en esa casa, sin embargo, en ese lugar vivían dos.
A pesar de que la habitación de su hermano sería la ideal para todos los bebés, Harry apenas y tenía pertenencias, se encontraba en una habitación aparte que la de su hermano, ya que sus padres pensaban que no tenían que estar soportando los posibles lloriqueos que posiblemente daría Harry y con ello desequilibrar a su hermano.
Nada más alejado a la realidad. Sin embargo su habitación era la de al lado de este y solo contenía una cuna sencilla con colores neutros y una alfombra de lana en el piso, en la habitación no se podía encontrar ni un solo juguete, tenía solo lo indispensable y todo era sencillo.
Sin embargo si los padres del pequeño le hubieran puesta tan siquiera un poco de atención a su primogénito, se habrían dado cuenta que su hijo aberraba los juguetes y él era quien se quedaba con los juegos mentales, libros que no contenían muchos dibujos y todos los artefactos de su hermano que se podrían catalogar para ampliar el razonamiento y coordinación del bebé que, si está de más su hermano había tirado, el los recogía y se los quedaba.
Harry para muchos era el hijo perfecto ya que apenas y lloraba y solo lo hacía cuando tenía hambre o deseaba que lo cambiarán.
Era un niño calmado y muy centrado, era un niño extremadamente curioso y siempre se le veía analizando alguna cosa u objeto que llamaba su atención.
También hubieran notado que su primer derroche de magia accidental fue en su segunda semana de nacido, sin embargo como en muchos casos la palabra hubieran no existe y en esta no es la excepción, la única que sabía de los grandes talentos que tenía el niño era una elfina que era la encargada de cuidar al niño desde que nació, prácticamente se le fue aventado a la elfina y dicho *cuida a este niño Daisy, dale de comer, cámbialo y comprarle solo lo indispensable para la habitación, que posea no más y no menos, encárgate de que no sea una molestia y no descuides tus deberes en el hogar por andar cuidándolo* eso fue dicho por el señor Potter a la elfina Daisy y como le fue ordenado hizo lo que le fue mandado sin chistar ni replicar.
Ella tenía un amor muy grande por su pequeño amo y siempre le trataba de dar todo el amor que sus padres le negaban en todo momento.
Nunca se distrajo en su trabajo por darle toda su atención a su pequeño amo.
Ella sabía que sus amos estaban siendo muy injustos con su pobre amito ya que el era un mago excepcional y ella no tenía duda de que sería un mago muy poderoso. Ya que tenía un gran núcleo mágico.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
6 meses después....
Hoy era el cumpleaños número uno de los gemelos Potter y como es costumbre, una gran fiesta se haría para presentar a los gemelos, aunque en este caso solo se presentaría uno el cual era Alexander, ya que a Harry nunca lo tomaban en cuenta, para sus padres solo era un objeto en la casa que ni siquiera se merecía echarle una ojeada de vez en cuando.
ESTÁS LEYENDO
Consecuencias. (Tomarry)
أدب الهواةJames Potter y Lily Potter tienen a sus primogénitos los cuales son los herederos de la fortuna Potter, sin embargo una profecía cambiará el trato que recibirán de sus padres y eso marcará el destino de la comunidad mágica. Además de que un giro in...