L'art du ciel

03

"Quiero que te reflejes como el mar hace con el cielo"

Cerró la puerta detrás de él cuando entró, las palmas le sudaban y sostenía el mango de su paraguas firmemente, él lo miró sentado en su enorme sillón e hizo una inclinación con la cabeza indicándole que se sentara.

Tyler no dudó en hacerlo, le flaqueaban las piernas más que nunca en su vida.

—¿Cuál es tu nombre?— preguntó él, mirándolo fijamente mientras sus dedos jugueteaban con un pincel mal colocado en la madera.

Tyler cerró los ojos por breves segundos, guardando el sonido del acento francés salir de los labios de aquel hombre. Pero de inmediato los abrió, debía controlarse, en especial si quería parecer profesional.

—Mi nombre es Tyler— contestó.

Se relamió los labios resecos.

—¿Por qué quieres trabajar aquí? ¿Estás interesado en toda la fama y lujos que puede ofrecerte este empleo? ¿Quieres conocer los placeres de... pertenecer al mundo del arte?

Tyler tragó saliva, si estaba interesado en pertenecer al mundo del arte, por supuesto, pero estaba casi un cincuenta por ciento seguro de que la definición que tenía el señor Dun de "placeres" no iba a ser necesariamente la que Tyler tenía.

—No, señor. No soy devoto en los lujos y la fama. Yo tengo una gran afición por el arte, desde pequeño he sentido esa necesidad de ver algo, de ser algo que el mundo no entienda a simple vista, algo que sea digno de apreciar y de comprender y creo que estoy hablando demasiado— susurró lo último cuando el señor Dun se dedicó a mirarlo fijamente, como si estuviese tratando de decidir si lo que él decía no era más que una excusa barata.

Tyler le entendió, de seguro ya habían sido muchos los chicos que habían venido con el mismo discurso.

—Dime una cosa, Tyler, ¿qué harías por este trabajo?

—Lo que sea, señor.

La seguridad se dio a relucir en su respuesta, la cual se desvaneció cuando el señor Dun sonrió ampliamente hacia él.

—Bienvenido a L'art du ciel, Godiva.