Tangled | Yoonmin

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Min corría y corría ya que, para su desgracia el policía y su caballo lo estaban persiguiendo.

-¡Más rápido Horse! -Le gritó el policía a su caballo.

-¿¡Qué no tenía nombre más original para ponerle?! -Gritó Suga corriendo desesperado.

-¡ESTAS EMPEORANDO LAS COSAS MIN! -Gritó el guardia tratando de alcanzarlo.

-Veamos si me atrapa! -Min le hizo la típica broma de dejar que una rama se estrelle contra la cara del guardia, y el guardia cayó al suelo rendido.

-¡JA! En tu cara guardia de mi...

Pero antes de que pudiera terminar la oración Horse estaba golpeándolo tratando de quitarle la bolsa con el oro.

-¡Caballo estúp-Estaba por gritar Suga cuando el caballo lo tiro por un acantilado, cayéndose el también.
Por suerte no se hicieron daño, cayeron en distintas partes del bosque y a Suga le dolía un poco la espalda pero nada más.

Suga caminaba desorbitado tratando de ubicarse en el lugar, cuando encontró una oscura torre demasiado alta escondida.
Y el no tuvo mejor idea que entrar.
Escaló como pudo, y cuando llegó, pudo entrar observando la belleza del interior.

-Wow... si es real podría valer una fortuna...

Siguió apreciando las cosas del interior, pensando que podría robarse.

-Pero mira que lindos jarron... -Pero antes de que pudiera terminar la oración, una sartén le golpeó Justo en la nuca de la cabeza, provocando que se desmaye al instante.

-NO-TOQUES-NUNCA-MIS-JARRONES -Gritó un muy enojado Jimin- Oh, ¿Quien eres? Oh espera, esta desmayado. ¿Tu qué opinas Pascal? -Habló refiriéndose al camaleón- Oh cierto, no puedes hablar.

Jimin no sabía que hacer con ese extraño chico, así que decidió encerrarlo en el armario porque sabía que su madre llegaría pronto y no le agradaría la idea de que haya un chico desmayado en medio de su sala.

-Jimin~ ¡Tira de la cuerda para que pueda subir!- Era la voz de su madre. Como siempre, obedeció su orden.

-Jiminnie, a que no sabes. Tengo una sorpresa–Dijo Jon Hye cuando había podido entrar a la torre.

-Yo también madre... -¿Estaría bien decirle que tenía a un hombre encerrado en su armario?

-Pero mi sorpresa es mejor.

-¿Cuál es tu sorpresa?

-Te compre manzanas, de tus favoritas.

-Madre, ya te dije que no me gustan esas manzanas... yah, olvídalo. Tengo una sorpresa para ti.

-Espero que no tenga que ver con esa estúpida idea de salir afuera.

-Mhm, algo así. ¿Recuerdas que tú me dijiste que el mundo exterior era peligroso y no podría cuidarme por mi mismo?

-Jimin, escucha. Estoy completamente segura de que no puedes cuidarte solo. Allá afuera es muy peligroso y...

-No madre, debes escucharm...

-Jimin

-Pero madr...

-NUNCA SALDRÁS DE ESTA TORRE JIMIN! JAMÁS! -Gritó ya bastante enfurecida, sin dejar que Jimin abra el armario y provocando que se asuste.

Jimin se había quedado estático por la actitud de su madre. Ella solía ser muy amorosa, y que haya reaccionado de esa manera lo ponía tenso. Nunca se imagino que la mujer podría reaccionar así, por lo que tuvo otra idea.

-Solo te quería decir que cambie de opinión acerca de ir a ver las lámparas flotantes... Quiero otra cosa madre.

-¿Y que es lo que quieres ahora Jimin? -Respondió mientras se sentaba y se agarraba la cabeza, pues había comenzado a dolerle.

-Quiero... pinturas, las que me compras todos los años en el bosque encantado de Galensia.

-¿Sabes que es un viaje largo que durará una semana, verdad?

-Sí madre. Prometo cuidarme solo y no salir nunca de esta torre. Ya soy un hombre responsable, ¿sabes?

-Está bien mi amorcito... todo sea por ti.

La vieja Jon Hye puso en una vieja canasta varias manzanas que usaría para comer y botellas de agua para el camino. No confiaba en absoluto en Jimin, pero sabía que si no le conseguía las pinturas su hijo seguiría molestándola y no le agradaba esa idea.

-¡Hasta pronto, Jiminnie! -Gritó su madre ya afuera, abajo de la torre para después marcharse hacia aquel bosque encantado.