Tangled | Yoonmin

17

Yoongi se encontraba profundamente dormido en aquel velero al que lo habían metido sus "amigos" con el fin de llegar al reino, donde se encontraban los guardias y Horse.

-¿Qué..? ¿Donde estoy? -Preguntó cuando había llegado aún con voz adormilada porque apenas se había despertado- ¿Jimin...? ¡JIMIN! ¡JIMIN! -Gritó desesperado ya que no había rastros de su chico por ninguna parte.

Inmediatamente, un guardia se percató de los gritos provenientes de aquel velero que se encontraba en la orilla de la laguna gigantesca.

-¡ES EL! ¡ES MIN SUGA!

Yoongi apenas pudo reaccionar cuando los guardias ya lo estaban arrastrando al calabozo del reino, impidiendo que escapara.

-¡HEY! ¡ESPEREN! ¡JIMIN! -Volvió a gritar pero como siempre, no obtuvo respuesta.

Horse, quien se encontraba escuchando todo, vio la orilla a lo lejos., ya sabiendo lo que debía hacer.

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Yoongi se encontraba dentro de ese calabozo, encerrado en una celda que no medía más que 4x4, ideando un brillante plan para salir. Ya había amanecido, el sol irradiaba luz que el no podía disfrutar por estar ahí encerrado, cuando de pronto, la puerta se abre dejando ver al guardia principal acompañado de otros dos guardias más.

-¿Qué quieren? -Preguntó enfadado Yoongi.

-Es hora de acabar con todo esto.

-¿A que rayos te refieres? -Volvió a preguntar sin comprender el fin de sus palabras.

El guardia lo miró con una mirada amenazante, diciéndole en otras palabras "Hora de que te rebanemos el cuello", seña que Min entendió perfectamente.

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-Listo bebé, ya todo volvió a la normalidad.

Pero Jimin no se sentía feliz.
No se sentía como en casa.
Él sentía un vacío inminente que sólo Yoongi podía llenar, y ahora Yoongi no estaba.

-Bien... -Siguió hablando Jon Hye- Ahora, ve a lavarte tus manitos, prepararé sopa de manzanas, ¡Tus preferidas! -Sin embargo, vio la mirada triste que poseía Jimin, y no pudo hacer más que suspirar- Yo traté de decirte los riesgos a los que estarías expuesto si saldrías, y tú no me quisiste escuchar. El mundo es cruel, malvado y egoísta, y al más fino rayo de luz que quiera pararse sobre sus tierras, lo destruye. -Dijo esto para luego cerrar la puerta del cuarto de Jimin e irse a cocinar.

Jimin seguía con esa mirada tan triste desde que llegó a la oscura torre. No pudo hacer más que echarse en su cama, y desenvolver la bandera con el sol que tenía en su bolsillo de la vez que él y Yoongi habían ido al pueblo de Galensia.

Se dispuso a ver el techo de su oscuro cuarto el cual estaba hermosamente adornado con unas bellas pinturas.
Pero las pinturas tenían algo extraño.
Sí, efectivamente. Había soles, había soles como los de su banderín, había soles como aquellos soles que había en el gran pueblo, había soles por todo su cuarto.

A Jimin de inmediato se le iluminó la mirada y no pudo evitar recordar aquella vez en el pueblo donde la vio la hermosa pintura de los reyes con su hijo perdido.

Pero le vino un recuerdo aún más valioso.

-Chaerin, estuvimos a punto de perder al bebé, el milagro de la flor logró que naciera un hermoso rayo de luz.

-¿Ch-chaerin?

-Gracias doctor... no hubiese soportado perder a mi pequeño Jiminnie.

Una luz iluminó por un momento a Jimin, encandilandolo y logrando que tirara sin querer algunas cosas que se hallaban en su tocador.