En este momento no sé si llorar es lo correcto. No sé qué hacer. Me siento como si no estuviera aquí, sentada en la escalera. Pensar que me voy hace todo esto horrible, sin sentido. Creo que nunca me había arrepentido tanto de algo, de haber salido hoy. No. Esto no puede estar pasándome a mí.
- Ey.- la voz de mi hermano se escucha desde detrás de mi, rompiendo el triste silencio que me inundaba.
No puedo evitarlo, las lágrimas empiezan a salir de mis húmedos ojos, demostrando mi tristeza.
- Eva.- murmura suavemente mi hermano.
Aún llorando, me giro y veo a mi hermano, en pijama, con el semblante lleno de preocupación al verme así. Sin esperar que me pregunte nada, me levanto del escalón donde estaba sentada y me tiro a sus brazos, escondiendo mi rostro en su reconfortable pecho. Pocos segundos después, noto como sus brazos se extienden alrededor mía, dándome uno de sus abrazos protectores.
No puedo irme de aquí, no puedo alejarme de esto. No puedo. Si pudiera volver atrás haría cualquier cosa para volver atrás y no haber ido aquel día al centro comercial. A partir de ese día todo se fue al traste...
- No llores.- me consuela mi hermano, mientras me acaricia fraternalmente la espalda.- Tranquila.
Las lágrimas caen si cesar, no puedo evitarlo.
- Mamá...- murmuro con la voz entrecortada.- me lleva a Londres.
Al terminar la frase más lágrimas caen, humedeciendo la camisa de pijama de mi hermano.
- ¿Qué?- mi hermano me separa de él nada más terminar mi frase.- ¿Cómo que te lleva a Londres?
- Me voy, ya está... - doy un fuerte suspiro, intentando respirar mejor.- Mamá está harta de mi.
Un segundo. Un segundo pasa desde que digo mi frase, cuando veo a mi hermano separarse de mí y bajar rápidamente las escaleras, dejándome sola e indefensa en medio del pasillo... llorando.
Paso mis manos por mi cara, tratando de tranquilizarme.
Si algo se de mi madre es que cuando ella dice algo, hay que hacerlo, nunca se echa atrás... y estás vez no será diferente...Unas suaves caricias me despiertan. Con lentitud abro los ojos, encontrándome a mi hermano mirándome. Suavemente, agarra la manta y me arropa fraternalmente.
Estoy en su cama, en su habitación. Hacía años que no dormía con él. La última vez que dormí junto a él, fue la noche de Halloween cuando yo tenía diez años. Estaba asustada porque Lara me había contado una historia de terror, dejándome aterrorizada. Esa fue la última vez... hasta hoy. Estuve horas llorando en mi habitación, mientras escuchaba cómo Ramón discutía con mis padres. Estuvo así hasta que el reloj dio las doce en punto y la puerta de mi habitación se abrió, revelando a mi hermano. Se acercó a mi y me abrazo, levantándome de la cama y llevándome fuera de mi habitación y metiéndome en la suya.
- Te quiero.- murmura mi hermano mientras termina de arroparme.- Todo va a salir bien, tranquila.
"Todo va a salir bien, tranquila" Esas palabras no me ayudan, no me alivian. Nada lo hará, al saber que me voy por mi madre... Estaré meses fuera hasta que a ella le de la gana de mandarme de nuevo a casa. Esto no es justo.
Lágrimas vuelven a caer por mis rojos ojos, demostrando de nuevo mi angustia.
- Tranquila.- murmura de nuevo mi hermano, abrazándome...
Una semana más tarde...
Llevo más de cinco minutos en silencio, debatiéndome entre llorar o fingir una alegría que no existe. Miro a mi alrededor, tratando de relajarme. Miles de personas agobiadas con maletas, caminan de un lugar a otro, sin mirar a nadie. Estoy en el aeropuerto.
Por quinta vez en este día, mi hermano me abraza mientras lucha contra las ganas que tiene de discutir con mi madre.
- Pasajeros con destino a Londres, por favor, suban a bordo... - la voz que suena por el megáfono me hace chocar con la realidad. No hay marcha atrás...
- Te quiero... - murmura mi padre mientras me mira arrepentido.
- Llámame cuando llegues.- me pide mi hermano al despedirse.
Asiento al saber que si digo algo las lágrimas empezaran a salir de nuevo.
Sin nada más que hacer aquí doy una fingida sonrisa a mi hermano, antes de darme la vuelta, ignorando a mi madre, la cual me mira seria, como siempre.
No miro atrás, solo me acerco a una de las azafatas y le entrego mi billete con destino a Londres. La mujer me dedica una sonrisa antes de hacerse a un lado, dejándome entrar al avión. Avión que me separa de mi familia, de Lara, de mi casa... de mi vida+ Votos o comentario : nuevo capítulo ;)
Gracias por los votos.