Capítulo Trece♥

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Flor se despertó sintiendo besos húmedos en su cuello y creyó que estaba soñando.

-Buen día hermosa - dijo aún con voz de dormida.

-Hola, hola, hola - dijo Jaz entre besos

-bueno me parece que me quiero despertar así siempre

Y ante esas palabras Jazmín se subió encima de Flor, rodeándola con sus piernas continuando con una sesión interrumpida de besos cálidos.

-Pará linda, está mi hermana acá todavía.

Jazmín se rió y se apartó del cuerpo de su chica, tumbándose de nuevo en la cama buscando regular su respiración.

-¿Siempre te despertás así? - preguntó Flor divertida observándola

-Lo vas a tener que averiguar vos Estrella - respondió Jazmín dirigiéndose a la cocina a preparar un desayuno para las dos.

Flor se sentó en la cama revolviéndose el pelo y mordiéndose el labio inferior, mirando fijamente a Jazmín como salía de la habitación aún con su remera puesta y su pelo despeinado. Pensó que ojalá que esa escena se repitiera todos los días de su vida de ahora en más.

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Flor había acompañado a Jazmín a la casa de té. Se encontraba sentada en un banquito revolviendo su taza mientras la colorada atendía las mesas.

Le encantaba mirarla cuando ella no se daba cuenta, cuando estaba concentrada tomando pedidos, o sirviendo té, cuando acomodaba su flequillo despeinado con un movimiento de cabeza, cuando limpiaba sus manos en su delantal rojo, o cuando se descontracturaba el cuello en señal de cansancio.

Florencia sabía que estaba perdidamente enamorada de Jazmín y que ya no tenía vuelta atrás. Y eso, le encantaba.

-¿Necesitás algo Flopi?

-No amor, estoy re bien, atendé tranquila. ¿Vos querés que te ayude?

- Ah bueno si me vas a decir amor de nuevo, te voy a traer todos los días a que me acompañes al trabajo

Flor sonrió y bajó la cabeza porque sintió vergüenza, pero estaba feliz. Jazmín la hacía muy feliz.

A Jaz la presencia de Flor en su trabajo le daba una inyección de energía. Si bien lograba concentrarse en sus tareas, le encantaba que la Estrella estuviera allí. Como si su presencia le generara una sensación de calidez. Estaba segura con ella.

Miró la hora y el reloj marcaba las 23.49. Por ser Sábado Te de Jazmín estaba abierto hasta medianoche, pero no solo por eso. Estaba abierto porque necesitaba distraerse, faltaban diez minutos para el domingo. Domingo día de la madre. Y Jazmín quería prolongar la presencia de Florencia cuanto más sea posible.

-Jaz, ¿te pasó algo?

-No mi amor, ¿por qué?

-No sé, miraste la hora y te pusiste rara.

-Con vos acá estoy perfecta - dijo Jaz dándole un beso corto en los labios y se dirigió a la cocina.

Flor se dio cuenta que le estaba mintiendo, pero no la quiso invadir.

Jazmín cerró el local en absoluto silencio, pensativa. Era tan transparente que se le notaba todo. Usualmente las veces que Flor la había visto trabajar, siempre estaba cantando o tarareando alguna canción, Jazmín era muy musical. Todo en ella era música. Desde la forma en la que movía sus dedos sobre el mostrador creando una melodía inconsciente, hasta el tono de su voz cuando hablaba.

Té de Jazmín (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora