Acompañé a mi mejor amigo hasta su casa y le dí un gran abrazo en cuanto aparcó su bicicleta en su garaje.
— Te quiero mucho, Ben —dejé un beso en su mejilla y le revolví el pelo. — Descansa, mañana a la misma hora de siempre.
— Yo también te quiero, Chel. Gracias por todo...
Le guiñé el ojo y me fui andando con la bicicleta a mi lado. Tan solo se escuchaba el sonido de la cadena y el viento mover las hojas de los árboles que habían florecido en primavera.
Aproveché para encender el teléfono, puesto que no veía sentido tenerlo encendido cuando lo que quería era relajarme con Ben y descubrí unas 20 llamadas perdidas de Gracie y 150 mensajes de diferentes grupos.
En vez de abrir el servicio de mensajería llamé directamente a Gracie. Inocente error.
— ¡Chelsea! ¿Dónde estabas? ¡Estaba jodidamente preocupada! —tuve que separar el teléfono de mi oído para que mi tímpano sobreviviese una noche más.
— Tranquila, estoy aquí... Tan solo me he tomado un día libre.
— ¿Has leído el correo que le han mandado a todo el instituto? —su voz sonaba alterada pero pensé que sería algún mal menor como una epidemia masiva o algo parecido.
— ¿Cuándo leo yo los correos del instituto? —pregunté irónica.
— Han filtrado una foto en la que salís tú y Bennet Jewell a punto pegaros un tiro en la cabeza.
Me paré en seco.
— ¿Qué...? ¿Cómo...?
Tragué grueso.
— ¿Es esa foto real? ¿Estás bien? ¿Lo saben tus padres?
Dejé de escucharla un instante porque en cuanto llegué a casa vi a mis padres en la puerta y se me cayó la bicicleta al suelo.
— Hablamos... Hablamos luego —colgué y mi madre corrió hacia mí para abrazarme.
Me mantuve estática. No sabía cómo reaccionar... ¿Quién había podido hacer algo así? ¿Qué sentido tenía publicar aquello?
— Mi niña... Mi niña no... ¿Por qué nos ocultas esto? Queremos apoyarte cielo, si necesitas un especialista podemos buscar la forma de llevarte...
— Mamá... Yo...
— De verdad, confía en nosotros, ven, vamos dentro.
Mi padre recogió mi bicicleta yo caminé junto a ella.
Nos sentamos en el sofá y ambos me miraron comprensivos pero no había nada que comprender, yo estaba mal como para...
— ¿Estás bien? —preguntó mi padre.
— Yo... Sí. Supongo... —me encogí de hombros me crucé de brazos. — Pero la fotografía no es lo que parece... Yo... Nosotros...
— Tranquila, cariño.
— Es Ben quien quería... Yo solo quería evitarlo —miré el teléfono y alcé ambas cejas. — ¡Mierda, Ben!
Corrí escaleras arriba y llamé rápidamente a Ben una y otra vez pero no lo cogía... Empecé a agobiarme y sentí una mano en mi hombro cuando empecé a llorar.
— Él no merece aguantar esto ahora, no después de haber intentado quitarse la vida mamá. ¿Quién puede hacer una fotografía así y divulgarla?
— Los padres de Ben llamaron preocupados antes, supongo que ya se habrán enterado ellos también...
No volví a saber nada de Ben durante un tiempo.
[...]
— Debiste haberme hecho caso cuando pudiste... Mírame, ya estoy muerto y todo ha sido tu culpa. Tú podrías haberme salvado y sin embargo preferiste quedarte con las animadoras e ignorar a tu mejor amigo... ¿Por qué, Chelsea? ¿Por qué eres tan egoísta? —escupía con rabia un Bennet que tenía un agujero de bala en su cabeza.
Grité con rabia y escuché el despertador que me asustó.
Me llevé una mano al pecho, me había despertado sudando y aquella había sido la primera pesadilla de muchas que vendrían después.
Suspiré y cerré los ojos unos instantes.
— Chelsea, cariño. El desayuno ya está —gritó mi madre.
Gruñí y me levanté de la cama con desgana, bajando a desayunar.
[...]
— ¿Dónde estamos?
— En casa de Ben.
Gracie aparcó su coche frente a la casa de mi mejor amigo y me bajé para acercarme y tocar la puerta un par de veces.
No se escuchaba nada... Absolutamente nada. Ni un alma residía en la casa de los Jewell. Me encogí de hombros y volví al coche. Gracie arrancó y fuimos rumbo al instituto de nuevo.
— Estoy preocupada.
— Supongo que se estarán tomando un tiempo, Chels..
— Lo sé, pero... Supongo que mi mejor amigo me habría avisado.
Gracie puso la radio y empezó a sonar Eraser de Ed Sheeran, supuse que de mi playlist. Normalmente hubiese intentado soltar el rap entero de memoria pero en aquel momento solo pude mirar por la ventana pensando en Ben.
And when the world's against me is when I really come alive
And everyday that Satan tempts me, I try to take it in my stride
Aparcó en el instituto y cogí mi mochila y la suya del asiento de atrás.
Nada más salir del coche todas las miradas se dirigían a mí. Intenté mantenerme impasible pero cuando entramos y me acerqué a la taquilla, un graffiti de color negro coronaba mi taquilla y la de Ben. En él se podía leer en mayúsculas "Putos suicidas".
La gente empezó a murmurar y Gracie me tocó el hombro intentando calmarme pero ya habían terminado con mi paciencia.
— ¿De qué cojones vais? ¿Es que sois idiotas? ¡Estamos en el instituto, joder, no en el puto jardín de infancia! —di un golpe a mi taquilla. — ¿Primero la nota y ahora esto? Casi conseguís matar a mi mejor amigo, así que felicidades a quien quiera que haya sido. ¡El suicidio no es un puto juego! —exclamé.
Todo el mundo estaba en silencio.
— Smalls, a mi despacho —espetó el director.
Di una patada al cubo de basura y cogí mi mochila caminando tras él.
— Que os jodan, instituto Durant —saqué mi dedo corazón.
[...]
— La actitud de los vándalos no es justificable, pero la tuya tampoco Chelsea. No pienses que porque estés pasando un mal momento voy a dejar de castigarte. Una amonestación y 2 semanas de castigo a partir de ahora. Que no se vuelva a repetir —me tendió la hoja e impasible cogí la misma saliendo de aquel despacho.
Me dirigí directamente al aula de castigados y me senté al final del todo. Sólo estábamos en ella una chica morena y yo, además del profesor de turno, que se encontraba haciendo un Sudoku.
Me tumbé en la mesa y suspiré, intentando fijar mi vista en un punto, pero una bola de papel me dió en la frente. La recogí del suelo y la abrí.
"Siento lo que te han hecho esta mañana. Nadie se merece esa criba, y menos cuando sois las víctimas".
Miré a la chica y alcé una ceja.
"¿Quién eres?" Escribí de vuelta y le lancé la bola.
Ella cogió un rotulador y escribió en su cuaderno: "Jadyn". Levantó el cuaderno y me lo enseñó.
Nunca había visto a esa chica.
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Nothing To Prove. -LGTB-
Fiksi RemajaNunca es tarde para intentar ser feliz. "La historia de superación y de amistad que siempre quisiste leer cuando estabas en el instituto. Un apasionante viaje de descubrimiento y aceptación de unos jóvenes que van más allá de la sociedad y tienen el...