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Los meses pasaron y aunque no me sentía mejor, por lo menos ya había aceptado que Jos estaba muerto, todo iba mal, pero las cosas empeoraron la noche anterior, cuando Jos se apareció frente a mi diciéndome que volvería.
Al día siguiente como de costumbre desperté con la luz del sol de medio día, lo primero que se vino a mi mente al estar un poco consciente fue la imagen de lo que había pasado la noche anterior, pero finalmente termine por suponer que había sido un sueño, porque vamos era una tontería, "los muertos no regresan", o al menos eso pensaba hasta que desperté por completo y me di cuenta que estaba en él piso de mi habitación, justo donde había caído de rodillas cuando Jos desapareció, unos pasos mas adelante estaba la navaja que había dejado caer, tal vez... No había sido un sueño.
Él sonido de alguien llamando a mi puerta me saco de mis pensamientos.

-Larguense, ¿cuando van a entender que no quiero ver a nadie?- supuse que de nuevo era mi madre tras de la puerta con su estúpida charola con comida, hasta que un rostro que no había visto en meses apareció.

-Hola, ¿puedo pasar?- sonrió mostrando los dientes.

-¿Qué haces aqui Alan?- Torcí los ojos y me levante del piso para recostarme sobre mi cama.

-Yo quería ver como estabas- dijo mientras miraba mi cuarto con horror, supongo que era por lo desordenado que estaba.

-Estoy mal, ya puedes irte- conteste cortante.

-Vamos Alonso, han pasado meses ¿cuando vas a perdonarme?- camino adentrándose a la habitación para después sentarse a mi lado.

-Nunca, y largate, a ti no quiero verte ni en pintura.

-Alonso se que lo que hice fue una estupidez y que nada de lo que diga va a cambiar lo que paso, pero por favor perdóname, yo estaba y aun estoy enamorado de ti desde hace años, y aquel día cuando discutí con Jos él empezó a echarme en cada que tú y él iban a casarse, los celos me cegaron simplemente no pude contenerme, no creí que lo que dije causaría tanto daño.

-Pues si lo causo Alan, Jos esta muerto y él que estuvieras o estés enamorado de mi no es justificación, jamás te di motivos para que me besarás aquel día ni para que le dijeras a Jos que tú y yo nos acostamos, tú sabes que eso no paso ni pasara, siempre te deje en claro lo que yo sentía por ti, y sabes que era un cariño de hermanos.

-Lo se Alonso, lo se, pero si tan solo supieras lo que yo siento, si me equivoque y lo se, dije e hice cosas que no debía, y estoy consciente de ello, pero tú más que nadie sabe lo que es amar de verdad, dime tú que hubieras hecho en mi lugar, si Jos se fuese a casar con alguien más y a ti solo te dejara en él lugar del "mejor amigo" mientras tú mueres de amor por él dime que harías si te hechan en cara que jamás vas a poder tener a esa persona cuando te queda más que claro día con día.

-Lo que hubiera hecho ya no importa, porque no paso y porque Jos ya esta muerto.

-Alonso por favor, perdóname, se que soy culpable de muchas cosas, pero solo necesito que me perdones, no puedo seguir así cargando con esta culpa.

-Pues no, no te voy a perdonar porque te mereces cargar con esa culpa, y con mi odio.- lo mire fríamente con él ceño fruncido, pero sus ojos llenos de lágrimas apunto de derramarse me hicieron cambiar de semblante, en sus ojos podía ver él dolor que llevaba en él alma y por alguna razón sentía que su dolor era de la misma intensidad que él mío, después de todo, Alan no tenía la culpa de las decisiones que Jos había tomado.
Me lance sobre él abrazándolo con todas mis fuerzas, él correspondió a mi abrazo y ambos rompimos en llanto, por un momento me sentí seguro, necesitaba los brazos de mi mejor amigo desde hace mucho, la última vez que estuvimos así fue en él hospital aquella noche que marco mi vida para siempre.

Después de algunos minutos nos separamos aun entre lágrimas, él silencio se hizo presente por un periodo algo largo, hasta que decidí romperlo.

-Jos estuvo aquí anoche.- Alan me miro extrañado con un semblante confundido.

-Alón, Jos esta...

-Muerto, lo se, pero él estuvo aquí, me dijo que volvería.- Sonreí como niño pequeño.

-Alon, tal vez fue un sueño Jos, no pudo estar aquí eso es una...

-¿Tonteria?, se lo que vi, Jos vino, volvió, se esfumo después de unos minutos, pero estuvo aquí yo lo se, no estoy loco.

-Alón, creo que debo irme, vendré mañana a verte, de a cuerdo.

Sin más él morocho se esfumo dejándome solo de nuevo, me dio tanta rabia saber que no creyó en mi, pero tuve que contenerla al ver un pequeño rostro observándome por una pequeña rendija de mi puerta.

-Hola Alón, ¿quieres jugar? Hace mucho que no juegas conmigo.

-Braulio ahora no, ve a jugar con Diego.

-Pero Diego no es divertido como tú, te extraño, ya no me lees cuentos para dormir, ni me ayudas a robar helado de la nevera, ya ni siquiera sales de tú habitación.

-Braulio ese Alonso se murió junto con Jos, entiéndelo, no puedo ser feliz como antes porque la única persona que me amaba esta muerta.

-¿Y mamá y papá que? ¿Y Diego y yo que? Nosotros también te amamos, José no era él único que te amaba y se que te duele que él ya no este, a mi también me duele, a mamá y papá también Jos era como un hijo para ellos, pero Alonso la vida no se acaba aquí, al menos no la tuya.

Él pequeño pelirrojo salio de mi habitación dejándome con el corazón hecho pedazos, y haciéndome sentir como una basura.

¿Adios? ||J.V.||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora