Capítulo I

2K 152 27
                                    

Ross

Ruedo los ojos y toco la bocina por cinco segundos, Laura se aleja del hombre y me saca el dedo del medio para después decirle algo al idiota que la acompañaba y subirse al auto.

— Eres tan insoportable. — dice, fulminándome con la mirada.

No, nuestra relación no había cambiado en todos estos años. Ella seguía despreciándome.

— Tengo que soportar tu trasero en mi casa, buscarte al trabajo y encima esperar a que termines de enrollarte con un imbécil de mala suerte. — contraataco.

— Una jodida vez te pido que me pases a buscar, porque eres un inútil y no has ido a buscar mi auto. ¡Y no es un imbécil de mala suerte, ya quisieras estar en mis piernas! Idiota.

— Primero, ¿por qué debería ir a buscar tu auto? Segundo, ya lo he estado y ahora me veo atado a ti. Tercero, ¿yo soy el idiota? Lamento decirte que tu chico se está yendo con tu compañera de trabajo.

— Son amigos. — contesta. — Y no es mi chico.

Río con ironía. — Claro... Y Brittany es mi mejor amiga también.

— No metas a esa zorra de mala muerte. — me amenaza. — ¿No era Bethany?

— ¡Oh, es por eso que me dijo que era un imbécil! — exclamo.

— No hace falta que te confundas de nombre para que saber que eres un imbécil... — murmura. — ¿Puedes arrancar de una vez?

— ¿Puedes dejar de ser un grano en el culo?

Laura rueda los ojos y se cruza de brazos, sonrío levemente y me dirijo hacia el jardín de nuestra hija. Durante el viaje, Laura me cuenta sobre su día y yo la escucho atentamente, estaba preocupada por los números de la empresa así que decido ser una buena pareja y consolarla.

— Linda, encontrarás la solución. Te conozco desde que somos niños, no hay algo que no puedas resolver. — le digo sinceramente.

— Pero... — suelta un suspiro. — Me despedirán. Estoy segura. ¿Y si piensan que les estoy robando?

— ¿Cuánto dinero falta?

— Dos pesos con veinticinco centavos.

— ¿Me estás jodiendo? ¿Eso es todo? ¿Crees que perderás tu trabajo porque creen que robaste dinero para comprarte un caramelo?

— Yo... ¡No lo sé! Soy un desastre. Tengo que entregarlo mañana por la mañana, tiene que estar perfecto. Además, tengo que hacer el disfraz de Amy y ayudarla con sus tareas.

— Escucha, esto es lo que haremos. Te olvidas que somos dos, así que presta atención... Ahora llegarás a casa, te darás un baño relajante mientras yo ayudo a Amy con sus tareas, hacemos el disfraz juntos y cuando Amy ya esté dormida, nos quedaremos revisando la planilla. — propongo.

— Ross... Tú tienes tu vida.

— Mi vida son Amy y tú.

Laura suelta un suspiro y me sonríe con dulzura. — Gracias, Ross... Joder, te besaría.

Freno el auto de golpe y la miro, afortunadamente estábamos solos en la calle.

— Estamos llegando temprano a buscar a Amy... Y estamos a dos cuadras. — digo, sonriendo de lado.

Ella suelta una pequeña risa y me toma por el cuello antes de besarme como sólo Laura Marano sabe hacerlo. Le correspondo el beso con deseo y la subo a mi regazo, sus piernas quedan a los costados de mi cintura y su cuerpo presionado al mio.

Amy (Raura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora