Ross
Ruedo los ojos y toco la bocina por cinco segundos, Laura se aleja del hombre y me saca el dedo del medio para después decirle algo al idiota que la acompañaba y subirse al auto.
— Eres tan insoportable. — dice, fulminándome con la mirada.
No, nuestra relación no había cambiado en todos estos años. Ella seguía despreciándome.
— Tengo que soportar tu trasero en mi casa, buscarte al trabajo y encima esperar a que termines de enrollarte con un imbécil de mala suerte. — contraataco.
— Una jodida vez te pido que me pases a buscar, porque eres un inútil y no has ido a buscar mi auto. ¡Y no es un imbécil de mala suerte, ya quisieras estar en mis piernas! Idiota.
— Primero, ¿por qué debería ir a buscar tu auto? Segundo, ya lo he estado y ahora me veo atado a ti. Tercero, ¿yo soy el idiota? Lamento decirte que tu chico se está yendo con tu compañera de trabajo.
— Son amigos. — contesta. — Y no es mi chico.
Río con ironía. — Claro... Y Brittany es mi mejor amiga también.
— No metas a esa zorra de mala muerte. — me amenaza. — ¿No era Bethany?
— ¡Oh, es por eso que me dijo que era un imbécil! — exclamo.
— No hace falta que te confundas de nombre para que saber que eres un imbécil... — murmura. — ¿Puedes arrancar de una vez?
— ¿Puedes dejar de ser un grano en el culo?
Laura rueda los ojos y se cruza de brazos, sonrío levemente y me dirijo hacia el jardín de nuestra hija. Durante el viaje, Laura me cuenta sobre su día y yo la escucho atentamente, estaba preocupada por los números de la empresa así que decido ser una buena pareja y consolarla.
— Linda, encontrarás la solución. Te conozco desde que somos niños, no hay algo que no puedas resolver. — le digo sinceramente.
— Pero... — suelta un suspiro. — Me despedirán. Estoy segura. ¿Y si piensan que les estoy robando?
— ¿Cuánto dinero falta?
— Dos pesos con veinticinco centavos.
— ¿Me estás jodiendo? ¿Eso es todo? ¿Crees que perderás tu trabajo porque creen que robaste dinero para comprarte un caramelo?
— Yo... ¡No lo sé! Soy un desastre. Tengo que entregarlo mañana por la mañana, tiene que estar perfecto. Además, tengo que hacer el disfraz de Amy y ayudarla con sus tareas.
— Escucha, esto es lo que haremos. Te olvidas que somos dos, así que presta atención... Ahora llegarás a casa, te darás un baño relajante mientras yo ayudo a Amy con sus tareas, hacemos el disfraz juntos y cuando Amy ya esté dormida, nos quedaremos revisando la planilla. — propongo.
— Ross... Tú tienes tu vida.
— Mi vida son Amy y tú.
Laura suelta un suspiro y me sonríe con dulzura. — Gracias, Ross... Joder, te besaría.
Freno el auto de golpe y la miro, afortunadamente estábamos solos en la calle.
— Estamos llegando temprano a buscar a Amy... Y estamos a dos cuadras. — digo, sonriendo de lado.
Ella suelta una pequeña risa y me toma por el cuello antes de besarme como sólo Laura Marano sabe hacerlo. Le correspondo el beso con deseo y la subo a mi regazo, sus piernas quedan a los costados de mi cintura y su cuerpo presionado al mio.
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Amy (Raura)
RandomAmy es una niña de siete años. Como lo dice su significado, es amada por todos. No tiene la típica pareja de padres, su madre tiene otras citas, su padre también, pero viven juntos. Su mayor deseo es ver a sus padres ser una pareja feliz, y tener un...