Capítulo XII

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Diez años atrás...

Ross

Le doy un trago a mi bebida mientras veo bailar a Laura, a mi lado había una rubia queriendo llamar mi atención pero jamás estaba interesado cuando cierta castaña estaba al rededor.

— ¡Eh, Lynch! — me llama uno de mis amigos. — Laura está tomando.

Vuelvo a dirigir mi mirada hacia la sala, y ella ya no está allí. De inmediato me levanto y me dirijo a la cocina de mi casa, Laura estaba allí dándole un largo trago a una botella de Vodka. Joder...

— Vaya, la mojigata ha decidido soltarse un poco... — murmuro, sonriendo de lado.

— Vete a la mierda. — responde, para después darle otro trago.

Busco con la mirada a Natasha, a la chica que es su mejor amiga y además me hace el favor de vigilarla. Seguro se estaba enrollando con alguien.

— Deja de tomar así. Esos tragos no son para ti.

El desafío brilla en su mirada y sus ojos no se apartan de los míos mientras toma. Jodida castaña. Le saco la botella y la tiro lejos de ella.

— ¿Quién te crees que eres? ¡Déjame en paz! — me grita, histérica. — ¡Eres insoportable!

— ¡Y tú eres una idiota! Nunca has bebido así y te hará mal. — respondo.

Laura rueda los ojos y está a punto de irse, pero yo la tomo en brazos y la subo a mi hombro como bolsa de papa para después llevarla a las habitaciones de arriba, en donde la música no se escuchaba demasiado.

— ¡Bájame! ¿Por qué no te vas a follar a alguna de tus zorras, imbécil? — pregunta, mientras golpea mi espalda.

Suelto un suspiro y la bajo. Ella me fulmina con la mirada, pero de todas formas no se va.

— ¿Por qué estás tan pendiente de mi?

— No te creas la gran cosa. Estás en mi casa, si algo te pasa será mi responsabilidad.

— No me pasará nada. Sé cuidarme.

— Si, ya veo... — murmuro sarcásticamente.

— ¡Eres un imbécil! — me grita. Aquí vamos otra vez...

— ¡Y tú eres una infantil!

Ella jadea indignada. — ¡No soy infantil!

— Eso te hace completamente infantil.

Laura suelta un gruñido y comienza a golpearme, provocando mi risa. Decido dejarla unos segundos, antes de tomar su brazo y acorrarla contra la pared.

— ¡Déjame! — grita.

— Deja de gritar tanto... — digo, sonriendo de lado.

Ella forcejea, pero no logra soltarse. Finalmente se rinde y suelta un suspiro. Mis ojos se encuentran con los suyos y todo desaparece a mi al rededor. Es sólo ella. Ni siquiera me doy cuenta de que la he soltado, recién me percato de aquello cuando sus brazos rodean mi cuello y me besa.

Es un beso caliente, su lengua acaricia la mía mientras que mi cuerpo se presiona al suyo. Laura estaba enojada, y joder... Cuan caliente besaba cuando lo estaba. Sus manos se enredan en mi cabello y un jadeo se nos escapa cuando la tomo por las piernas y la pego a la pared. Esto era el paraíso.

— Ross... — susurra, mientras yo beso su cuello. Jodidamente exquisita.

— No pidas que me detenga ahora... — le ruego. — He querido esto durante años.

Amy (Raura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora