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  Hongdae era uno de los lugares más concurridos por jóvenes que querían ir de compras, salir con amigos o solo querer aventurarse a dar un espectáculo de baile o canto para intentar correr con suerte y poder ser vistos por cazatalentos. A decir verdad, por más atestado de gente que estuviera, Hongdae era uno de mis lugares favoritos por las noches. No me importaba que el paso fuera casi nulo entre calles, en lo particular, me gustaba merodear de aquí a allá. Siempre dispuesto a tener una nueva experiencia.

  El sol ya se había escondido desde hacía unos minutos; la luna llena se estaba abriendo paso, alegrándome el día. El clima era perfecto para dar una caminata con alguien especial, sin embargo, yo carecía de suficiente carisma para lograr conseguir una pareja e incluso una mejor amiga. Solo el idiota de Minhyuk me acompañaba en momentos de soledad.

  Me senté en la acera de una calle que milagrosamente no estaba tan concurrida como el centro de Hongdae. Di un sorbo a mi Iced Americano y suspiré. Por una extraña razón, me agradaba ver el andar de la gente, me hacía sentir seguro, cómodo. Saqué de mi sudadera los audífonos y mi celular, dándole rienda suelta a mi imaginación. Lo más agradable de andar solitario por las calles cada fin de semana, era escuchar música e inventar una historia entre la gente que iba pasando. Crear posibles escenarios me parecía una buena idea, y más al saber que para mí era casi imposible tener esa clase de "posibles escenarios". Yo era feliz viendo a los demás ser felices.

  Man in a Movie de Day6 comenzó a sonar y fue casi una casualidad que la calle quedara vacía, a excepción mía y de una chica que traía colgada una guitarra. Al pasar frente a mí, sus ojos se concentraron en los míos por unos pequeños segundos que para mi fueron suficientes. Su espesa, larga y lacia cabellera oscura caía con abundancia sobre su rostro, imposibilitando su visión. Parecía que refunfuñaba por una razón que no pude descifrar en ese momento. Al instante que sus ojos se desviaron de los míos y continuó su rumbo, sentí un vacío indescriptible en mi pecho.

  La canción se terminó, yo quedé solo y con un envase a medio acabar de café. La luna cada vez iba cambiando de posición, por lo que decidí cambiar la mía de igual forma. Caminé al menos tres o cuatro cuadras más en dirección al norte hasta llegar al punto céntrico, donde personas entre 12 a 30 años tomaban el escenario creado por el público para mostrar sus habilidades tanto de canto, baile e inclusive, algunos sketches.

  En esta ocasión no había tanta gente reunida como otras veces, algo que me pareció extraño, pues siendo viernes, era casi seguro que se llenara a más no poder. Aproveché esa oportunidad para poder abrirme paso entre la gente y quedar justo en frente del escenario. Un grupo de seis chicas bailó una coreografía de moda, un dúo de chicos hizo de la noche algo íntimo con su interpretación melodiosa de un OST de drama, una señora de edad avanzada cantó una canción trot que los presentes reconocieron de inmediato, entre otros números más.

  Mis piernas comenzaron a dolerme de estar parado por más de una hora. El reloj indicaba que ya eran pasadas de las diez de la noche y que yo ya debía estar en el departamento escolar asignado. Algunos mensajes de Minhyuk me lo recordaban, pues a las once había inspección por parte de nuestros superiores para asegurarse de que no infringiéramos las reglas escolares. Estuve a punto de dar media vuelta y salir del tumulto, sin embargo, una ola de aplausos y gritos me ensordecieron y causaron en mí una curiosidad. Ninguno de los participantes había tenido tanto apoyo.

  Mis ojos no pudieron ver a otro lado. La chica de la guitarra estaba sentada en un pequeño banco con su guitarra en posición para deleitarnos con una melodía, una melodía que ya estaba ansiando escuchar. La poca iluminación era un desastre, sin embargo, la posición de la luna le favorecía. Era la luz exacta para hacerla destacar, la luz de la luna y su luz en particular, esa que la gente desprende cuando se tiene carisma, cosa que yo carecía.

  Su rostro angelical de finas facciones no se comparaba con la voz que tenía. Cualquiera podía pensar que sería igual que las chicas de grupos de idols, empero, ella era la excepción. No era aguda, pero tampoco llegaba a grave, era la clase de voz que te podía hacer sentir de todo y que disfrutabas por completo escuchar. Podía transmitir su amor al canto, el mismo amor que yo tenía por tal, y en cierta forma me emocionaba eso. Al terminar de cantar, otra ronda de aplausos la acompañó hasta desaparecer de mi vista, cosa que hizo doler nuevamente mi pecho.

  A paso lento, caminé hasta el edificio donde pasaba mis días universitarios. Sentía una pesadez indescriptible en todo mi cuerpo que me hizo dudar de la sanidad del café que había comprado. Mientras tanto, mi celular vibró tanto de mensajes como de llamadas, todas realizadas por la misma persona; Lee Minhyuk. Rodé los ojos debido a su exagerada insistencia y proseguí a abrir la puerta del departamento. Su rostro un poco rojo y la cabellera oscura fue lo primero en mi visión. Sabía de sobra que iba llamarme la atención por mí, quizá, primera falta cometida durante mi tiempo de estudiante, pero al ver mi semblante, en automático cerró la boca. Sólo una cosa significaba y no era algo bueno. 

jelou there! como he mencionado en la primera parte, esta historia será corta aunque puede variar depende de mi imaginación

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jelou there! como he mencionado en la primera parte, esta historia será corta aunque puede variar depende de mi imaginación. Espero que sea de su agrado porque estará narrada por el señor yoo y a decir verdad, es mi primera vez narrando desde la perspectiva de un hombre jsjs.

Sin más que agregar, espero le den mucho amor✨

chérie ; yoo kihyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora