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Cuando empiezas a crecer y tus responsabilidades pasan de dormir, comer y hacerte en el pañal a: comer, dormir, usar el inodoro; escuela, responsabilidades domésticas, internet, hormonas, etcétera etcétera... te das cuenta que el tiempo es corto, tocas fondo, empiezas a cuestionarte si estás haciendo las cosas correctamente, piensas en acabar con tu vida y luego te sientes patético por pensar en ello cuando apenas estás en plena flor de la juventud.

Es más, apenas estás tocando la etapa de crecimiento.

Aunque ese no es el caso de Kim TaeHyung. Era un adolescente poco común rodeado de muchos comunes.

Si existiera una forma de describirlo, probablemente sería con la palabra obsesivo, aunque quizás eso sería un poco exagerado.

Pero estamos en un mundo de locos; con compradores compulsivos, obsesionados con el orden y la limpieza, acumuladores, las personas adictas al sexo.

Kim TaeHyung padecía de algo similar, menos turbio o peligroso, o eso es lo que quería pensar. Su obsesión con hacer listas para realizar casi cualquier actividad empezó a los ocho años, cuando su madre se paseaba afligida por la casa porque no sabía cómo hacer que su estudio de fotografía luciera ordenado y profesional. Y como forma de distracción para un niño, le pidió ayuda para decorar su lugar de trabajo.

Claramente, el TaeHyung de ocho años quería sorprender a su mami. Ser un superhéroe para ella.

Y por más increíble que pareciera, la mente de un chiquillo había logrado describir —cabe resaltar, con una ortografía digna de su edad— siete prolijos pasos para decorar un estudio de fotografía. Además, su madre estaba tan sorprendida que no dudó contarle a sus colegas sobre esto, lo que hizo que dicha lista se vendiera como si de pan caliente se tratara, y todo eso dio inicio al TaeHyung de hoy.

El chico es conocido en el instituto por ser una persona que vive bajo el concepto Hakuna Matata. Alguien sin preocupaciones y con un estilo libre que recorre los pasillos de la escuela con aquella sonrisa cuadrada, muy característica en él. No vivía bajo la nube de estrés estudiantil por culpa de tareas fuera y dentro del establecimiento. Un alumno casi eficaz y casi responsable que estaba bajo el cuidado de sus queridas listas, lo que lo ha mantenido vivo de las garras de la escuela durante mucho tiempo.

Si alguien deseaba empezar con un proyecto de arte, Kim TaeHyung tenía la respuesta. Una lista para empezar un estudio sobre la historia de la Dinastía Joseon, Kim TaeHyung tenía la respuesta. Elegir el outfit preciso para el día, Kim TaeHyung sabía cómo; elegir la mascota perfecta, cortarse el cabello, limpiar el área de estudio, hacer un tour dentro o fuera del país; Kim TaeHyung sabía cómo armar cada una se esas listas para hacer la vida de las personas un poco más sencilla.

Y sabía tan bien aprovecharse de eso, porque cualquiera que estaba al tanto de su pequeño pasatiempo, sabía que si buscaba resultados rápidos tendría que buscarlo a él. Kim TaeHyung vendía sus listas en los pasillos de la escuela, y si se pedía algo en lo que nunca antes había trabajado, el precio subía considerablemente.

Era todo un personaje dentro de la multitud de estudiantes. El chico que todos buscaban mantener a su lado.

Sin embargo, dicen que mucho de algo es malo y TaeHyung supo comprender aquellas palabras cuando conoció al otro rarito del instituto. Ese tipo era otro caso completamente al suyo; obstinado, coqueto, responsable y que comparte apellido con el célebre TaeHyung, Kim Namjoon.

Aunque el muchacho no tuviera una especie de obsesión compulsiva con hacer listas, era una persona demasiado extraña. No sólo para los ojos de Tae, sino para todo aquel estudiante que lo había visto de lejos.

El moreno era invisible ante sus compañeros, aunque sumamente listo, lo que le hacía destacar precisamente, mas no es lo suficiente como para ser el centro de atención.

NamJoon se apartaba de todos, TaeHyung era como el alma de la fiesta.

NamJoon leía antes de dormir, TaeHyung prefería tomar el control de la consola y desvelarse todas las noches.

NamJoon no podía empezar su día sin una buena taza de café, mientras que TaeHyung estaba más a favor del té.

NamJoon vestía tan normal que no sobresalía ni un poco, en cambio TaeHyung hacía un esfuerzo por comprar ropa de marca, aún si eso significara gastar meses de ahorros. 

NamJoon era desordenado, torpe y olvidaba todo constantemente; TaeHyung amaba el aroma a canela con el que limpiaba sus muebles en su habitación.

Kim NamJoon no necesitaba de tontas listas para hacer algo y Kim TaeHyung sólo quería probar la eficacia de estas, especialmente la que acababa de guardar en la carpeta de NUEVO que se encontraba en el escritorio de su Mac.

—No debiste subestimar mi trabajo, hyung—susurró a la pantalla de la laptop, siendo esta la única iluminación en la penumbra de su habitación—. Tengo lo que necesitas.

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A D V E R T E N C I A S

Pareja principal - NamTae

Lamento cualquier falta de ortografía o de redacción, así como también de incoherencia, incongruencia y/o huecos argumentales.

How to have a date in 10 stepsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora