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—¿Por qué tan feliz?—TaeHyung levantó la mirada y su madre le sonrió.

Era domingo por la noche, había comida casera sobre la mesa y el castaño no podía dejar que las comisuras de sus labios no se elevaran.

—Siempre estoy feliz, mamá—llevó un bocado a su paladar.

—Y distraído—agregó su padre con una sonrisa de burla—, pero hoy sobrepasas tu nivel usual de alegría y distracción.

Su alegría empieza con Kim, y su distracción termina en NamJoon. Pero no podía decir eso.

Simplemente—. Hoy estoy más feliz.

Enviarse mensajitos con NamJoon y no sonrojarse por ello era un intento fallido, incluso si sólo pensaba en él fugazmente o cuando recordaba lo que había pasado en la galería de arte del teatro.

Sonrió embobado otra vez y su mamá frunció el ceño notando el actuar de su hijo, fue en esa entonces cuando paró de comer y le echó una miradita a su esposo.

El señor Kim carraspeó un par de veces llamando la atención de Tae—. Hijo, no tuve la oportunidad de preguntarte, ¿cómo te fue en el teatro?

El castaño lo pensó—. Bien.

—¿Bien?—su madre insistió—. ¿Nada nuevo?

El castaño los vio con las cejas fruncidas mientras masticaba con parsimonia y trataba de analizar qué era exactamente lo que querían que él respondiera—. Sí, bien... ¿por qué?

Era como un déjà vu.

—¿Acaso la directora EunJi dijo otra mentira de mí?—el tono aburrido del castaño hizo bufar a la adulta.

—Cariño, sé que no fuiste tú quien empujó a su hija, pero bien sabes que has lucrado con las listas que haces.

Tae gruñó; bien, su elegante madre tenía razón. 

—Está bien si no quieres decirnos qué te pasa—el señor Kim entró en escena—, pero al menos dinos que no es nada malo.

—No es nada de lo que se tengan qué preocupar, lo juró.

Y esta vez no tenía razón para cruzar los dedos debajo de la mesa.

MyeongSuk suspiró concentrada

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MyeongSuk suspiró concentrada. El bullicio de sus compañeros había quedado ahogado por sus maliciosos pensamientos. Masticaba su goma de mascar rosa y de vez en cuando hacía ruidos que serían molestos para cualquier otra persona que estuviera a su lado.

—¿Qué te traes en mente?—Ji, su amiga de confianza se sentó a su lado.

—Creo que ya sé cómo acabar con Tae—susurró con ese tonito que significaba que iba muy en serio.

—Linda—Ji le miró aburrida—, ya pasó un año desde eso, ¿aún crees que a él le interesa lo que ocurrió?

—¿Estás de su parte o de la mía?—ofendida le miró.

How to have a date in 10 stepsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora