04

937 198 36
                                    

¡Ni loco!

¡Absolutamente no!

—Hyung, sólo déjate guiar por la información y...—TaeHyung olvidó lo que el pequeño pelinegro le dijo y se soltó para verlo de frente—, me debes dinero.

YoonGi se cruzó de brazos intentando no soltar algunas palabrotas—. Kim TaeHyung, si no me das pruebas olvídate de que cumpla tus pasos y sobre todo ve despidiéndote del dinero.

El timbre fue la señal para que Min saliera de allí con un toque dramático, impidiendo que el castaño le respondiera. Tae hizo un mohín y rascó su cabeza con fatiga. Podía simplemente ignorar lo que YoonGi decía, no obtener su paga, sentirse indignado y que su menudo compañero no intentara al menos el primer paso que escribió.

El muchacho se dirigió a su primer clase con un horrible debate en su cabeza; ¡se sentía sumamente irritado! Se esforzó muchísimo para que Min YoonGi viniese y le dijera que era poco creíble.

¿Poco creíble? ¡Por Dios! ¡Era el mejor plan para conseguir una cita con cualquier persona en el mundo! Minuciosamente estructurado, sin ninguna falla o error; además, no es que le tuviera miedo a Kim NamJoon, es que simplemente el tipo era sumamente... excéntrico. Con esas gafas, los cabellos despeinados, un libro siempre en mano y su forma tan educada al hablar, solitario en el almuerzo, sin ningún amigo en clases... ¿Quién se animaría?

Pues él.

¿YoonGi quiere una prueba?

¿¡Quiere una prueba!?

—Joven Kim—el maestro le llamó.

—¿Si profesor?

—Lea el siguiente párrafo, por favor.

¡Bien, ya verá ese malagradecido!

En poco tiempo estará entablando una conversación con el demasiado callado, extraño y poco accesible hyung.

Cuando por fin las tediosas horas llenas de información educativa y servible en algún futuro acabaron, los alumnos corrieron a la cafetería con el propósito de saciar el hambre, las ganas de hacer pis o cualquier otra cosa adolescente que se les c...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando por fin las tediosas horas llenas de información educativa y servible en algún futuro acabaron, los alumnos corrieron a la cafetería con el propósito de saciar el hambre, las ganas de hacer pis o cualquier otra cosa adolescente que se les cruzara por la cabeza.

—¿Ya lo pensaste?—el pelinegro se sentó frente a él probando de inmediato el ramen que había pedido.

TaeHyung frunció el ceño enojado mientras bebía de la cajita con leche rosa—. Eres un tramposo, hyung. Sabes perfectamente que no puedo negarme cuando has llamado de esa forma mi trabajo.

YoonGi resopló y una mueca de culpabilidad se instaló en su rostro, es cierto que las personas amaban la funcionalidad de las listas y aclamaban los buenos resultados de éstas, pero no creía que fuera posible que en cuestiones del amor la lista de su querido dongsaeng tuviera un éxito asegurado.

How to have a date in 10 stepsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora